Columna | P U L S O   P O L I T I C O

              En su virtual conferencia de prensa ayer, el gobernador Miguel Barbosa Huerta, dijo que la Federación y el Estado, están conformando un modelo de regreso a la actividad económica, en forma paulatica.

              Abrirnos de golpe a la actividad normal, provocaría un rebrote de los contagios de coronavirus y tendríamos que dar marcha atrás para proteger a la población, señaló el mandatario.

             Dijo que las secretarías de Gobernación, Economía y Trabajo, están dialogando para hacer propuestas al gobierno federal, para llegar a un acuerdo sobre la forma en que se reanudarán las actividades económicas, para no provocar un rebrote.

             El proyecto de modelo de retorno a la actividad económica, deberá estar listo para el 7 de agosto, fecha en que se anunciará a la población en general, advirtiendo que la apertura será cuidadosa, paulatina, que no ponga en peligro lo que se ha logrado.

             Los decretos emitidos por el gobierno estatal durante la emergencia sanitaria, continuarán vigentes, solo que con los cambios necesarios para adaptarse a la nueva realidad.

             Se convoca a la población, para no romper la disciplina sanitaria que ha estado vigente en los últimos meses. Es necesario que la población colabore usando el cubre-bocas, lavarse frecuentemente las manos, guardar la sana distancia y mantenerse lo más posible en confinamiento. En esta situación que estamos viviendo, dijo el gobernador, la disciplina de la población en general, a las disposiciones sanitarias, es de mucha importancia.

            AHORA RESULTA, QUE EL PAN, que gobierna al Estado de Guanajuato desde hace más de dos décadas, es el héroe en la captura de “El Marro” uno de los delincuentes más peligrosos del país, al que se le atribuye ser el responsable de más de diez mil asesinatos.

             Los gobiernos de Acción Nacional, en Guanajuato, son los responsables de la gravísima situación de violencia e inseguridad que los habitantes de ese estado, han vivido en los últimos años y para colmo, su actual gobernador, se negaba a asistir a las reuniones de seguridad convocadas por el actual gobierno federal, se negaba a trabajar sobre este tema en coordinación con las autoridades federales y cuando la situación que se vivía en esa entidad, ya eran insostenible, tuvo que ir el Presidente de la República, López Obrador, a convencer al mandatario panista de aceptar una acción coordinada de las autoridades federales y estatales, para resolver el problema.

            Solo así se logró, unas semanas después, la detención del principal capo mafioso de la delincuencia organizada en el Bajío, no solo responsable de miles de asesintatos, sino de extorsiones a comerciantes e industriales de la región, de secuestros, de robos de autos y de robo de combustible de los ductos de Pemex, en toda la zona.

           Los gobiernos panistas a nivel federal, sí son responsables del surgimiento en gran escala, de la criminalidad organizada, de la inseguridad ciudadana, de la elevada corrupción que imperó en los organismos encargados de mantener el orden y la tranquilidad en el país, poniendo al frente de la secretaría de Seguridad Pública a un cómplice del cártel más fuerte y peligroso, como lo fue, según las investigaciones de las autoridades estadounidenses, el señor García Luna, preso en el vecino país, acusado de complicidad con los traficantes de drogas.

           LOS GOBIERNOS PANISTAS DE GUANAJUATO, son responsables sí, de haber cedido tanto terreno a los delincuentes sin haber sido enfrentados adecuadamente, ni siquiera cuando el gobierno federal, propuso la coordinación; es culpable de que pese al desarrollo industrial en esa entidad, tenga los más altos índices de marginación y pobreza, como el primer gobierno panista de Puebla, es el responsable de la más grande deuda del gobierno local, que haya tenido en toda su historia; de la realización de obras costosas sin ninguna repercusión social, de haber concentrado en la capital del estado la mayor parte de la inversión pública, sin que esto significara reducción de la pobreza (la ciudad de Puebla tuvo en ese sexenio, el índice de pobreza más elevado de todas las más importantes ciudades del país) y responsable también, del surgimiento del robo de combustible, llegando a tener el más elevado número de tomas clandestinas del país y también es responsable, del despido de más de 10 mil trabajadores del Estado, sin ninguno de los pagos que la ley establece para casos de despido injustificado. Es responsable del crecimiento artificial de la militancia panista y desde luego, del abandono de esa militancia al partido blanquiazul, una vez que concluyó ese gobierno.

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