Columna | P U L S O    P O L I T C O

            En conferencia de prensa la ex presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera, dijo que aceptaba los resultados de las elecciones del 6 de junio, que le fueron adversos pues no logró su pretendida reelección, pero que iba a denunciar varias irregularidades, entre ellas, mencionó el “mal trato que le dieron los medios de difusión, que no actuaron con imparcialidad”. Atribuye tal hecho, a que a diferencia de otros candidatos, ella no pagó publicidad.

           Lo cierto es que doña Claudia siempre ha tenido una idea equivocada de los medios de difusión y de los periodistas. Al iniciar su campaña, un grupo de siete columnistas políticos, entre los que estaba su servidor, convivían en un desayuno invitado por una candidata de Morena a una diputación local. Al saber lo anterior y dado que doña Claudia estaba en el mismo edificio, entró a donde esta el grupo, para saludarnos y advertirnos, que con ella no habría contratos de publicidad con el ayuntamiento y que tampoco habría “chayotes”.

          Ahí mismo fue parada en secó por uno de nuestros compañeros: “Oiga señora, creo que está usted muy equivocada al hablarnos en esta forma. Primero indague usted quienes somos nosotros. Que le informen como se manejan los medios de difusión con los gobiernos estatal y municipales y que le digan también, quienes de nosotros andamos de “chayoteros”.

          La ex presidenta, que había hablado en tono regañón, sin siquiera conocernos se notó un poco desconcertada, pidió una disculpa y salió apresuradamente.

          Todos los ahí presentes supusimos que como gobernante del municipio, si ganaba, iba a tener serios problemas con la prensa televisiva y escrita.

           No sabemos si tuvo convenios de publicidad o no los tuvo, con las empresas periodísticas, pero sí sabemos que ninguno de los ahí presentes buscó alguna vez, una entrevista o alguna declaración de la presidenta. Recibió críticas por su actuación: por abandonar el bacheo de calles, cuando más se le necesitaba; por no atender las necesidades más elementales de colonias populares; por andar construyendo ciclovías en avenidas de gran circulación vehicular, reduciendo el espacio para el tránsito de automotores, para el estacionamiento en avenidas como “Circunvalación y Las Margaritas”, que las nuevas autoridades ya están destruyendo, a menos de un año de su construcción, para reparar las banquetas, y que sus viajes al extranjero provocaron gastos al erario y ningún beneficio para el municipio.

           Y que eso y más, provocó malestar en la población pues consideraba que estaba gobernando mal. Se habó incluso de no haber ejercido gran parte del presupuesto que de haberlo dejado perder.

           LOS PANISTAS ERAN IGUAL O PEOR QUE LOS perredistas en el poder. Poco a poco han ideo cambiando de actitud, gracias a personas como Paco Fraile, Ana Teresa Aranda, Humberto Aguilar Coronado y otros, que sí entienden la labor de los periodistas a quienes tratan con amabilidad y respeto.

           Ellos ya saben, lo que siempre han sabido los priístas, que las campañas políticas y la publicidad oficial cuestan. Las empresas televisivas, radiofónicas y de periódicos impresos, se sostienen de la publicidad comercial , política y oficial. Los gastos de estas empresas son elevados y tienen que salir de la venta de espacios publicitarios.

           Eso no quiere decir que vendan su criterio, sino que si a alguien le interesa en hacer saber a la comunidad lo que está haciendo como político o como gobernante, tiene que pagar por ello. Que hay periodistas que exigen pagos personales que a veces alcanzan cifras sumamente elevadas, como ya ha denunciado el propio presidente López Obrador, pues sí también los hay, pero eso lo pagan quienes tienen cola que les pisen y se dejan chantajear. No es por ahí, doña Claudia: usted debe reconocer que al frente del ayuntamiento, falló en muchas cosas y que se ganó a pulso el repudio de la gente que confió en usted y más bien en Morena y en el líder nacional Andrés Manuel López Obrador, que arrastró en su triunfo arrollador, a todos los políticos primerizos, sin oficio, sin sensibilidad política y social y completamente desconocidos.

           En su triunfo, se hizo evidente un principio de Derecho: “Lo accesorio, sigue la suerte de lo principal” y lo principal lo es y lo sigue siendo, el Presidente de la República y no los candidatos a puestos menores y menos cuando han fallado.

           SE INICIO LA DEMOLICIÓN DEL HOSPITAL SAN ALEJANDRO, del IMSS. Fue el hospital más grande de México y de América Latina, con capacidad para 420 camas.

           La construcción de ocho pisos tenía en total 22 mil metros cuadrados. Fue construido en 1972 y su demolición fue acordada por presentar serios daños a consecuencia del terremoto del 2017. Tanto la demolición como la construcción de un nuevo hospital que lo sustituya, estará a cargo de la SEDENA y tendrá un costo de 400 millones de pesos, menos de lo que ya se ha gastado en la compra de un predio en Angelópolis y el intento de iniciar ahí la construcción para reponerlo.

           El Colegio de Ingenieros Civiles, dice que no hay necesidad de demolerlo y construir uno nuevo, pues tiene remedio la construcción que ahora está abandonada: hay que remodelarlo, dice el ingeniero Raúl Carpinteyro, quitarle dos pisos y aprovechar la fuerte estructura de cemento que tiene la actual construcción, que ha resistido ya dos terremotos y que solo tiene una inclinación de 12 centímetros.

          Pero la demolición ya se ha iniciado y pronto se iniciará la construcción de un nuevo hospital que lo sustituya.

          San Alejandro, atendía a enfermos de Puebla, Tlaxcala, Veracruz y Oaxaca. Daba mil 168 consultas diariamente y realizaba más de 5 mil estudios de laboratorio para intervenciones quirúrgicas.

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