Miércoles, 20 Noviembre 2019 07:00

La indefinición política, hundió a Patjame

Columna | P U L S O    P O L I T I C O

             Para algunos tehuacaneros con quienes platicamos ayer, la indefinición política y la ineficiencia en el desempeño de sus funciones, hundieron al alcalde Felipe Patjane Martínez.

              Fue panista; dentro del PAN militó en el grupo o la corriente morenovallista y opotunistamente saltó a Morena, logrando ser postulado como candidato a presidente municipal del segundo municipio más importante de la entidad.

              Ganó la elección arrastrado por la corriente lopezobradorista y ya en el poder, no se percató de que las cosas ya no serían igual. Que el Presidente de la República iniciaría un nuevo sistema y que para eso tenía que desmontar al viejo régimen.

              Tal vez pensó en que todo seguiría como antes y empezó a dar tumbos, tanto en lo político, como en lo social y en lo económico.

               Se alejó del pueblo que le dio su voto, no atendió las necesidades básicas de la población, tuvo problemas internos con miembros de su ayuntamiento, no hubo claridad en los gastos que hacía, en menos de un año corrió a un buena parte de los funcionarios que el puso y nunca tuvo base social en que apoyarse. Políticamente durante su primer año de gobierno, fue un desastre.

            Nos dicen que pretender que fue derrocado por alguna venganza del gobernador Barbosa Huerta, es absurdo. Ante el gran número de quejas que el mandatario estatal había recibido por la mala administración de Patjane, el mandatario estatal le hizo un llamado público para corregir el rumbo, pero no atendió ese llamado, sino que desapareció del panorama tehuacanero y el ayuntamiento tuvo que tomar las medidas que tomó, pues estaba obligado a ello para responder los reclamos de la ciudadanía.

             Los integrantes del grupo de tehuacaneros con los que hablamos (eran cinco) estuvieron de acuerdo en lo que acabamos de relatar.

            Tehuacán es un municipio importante económicamente: allá se ubican las granjas avícolas más importantes del la región; allá funcionan las embotelladoras de aguas y refrescos minerales, más importantes del país.

             En Tehuacán funcionaron hasta hace poco, el mayor número de maquiladoras establecidas en el estado; cuenta con hoteles importantes, con restaurantes de primera, pues fue un centro turístico que durante varios años, las décadas de los cincuenta y sesenta, era visitado por numerosos viajeros nacionales y extranjeros.

             También fue un municipio políticamente conflictivo, sobre todo después de la ruptura de los priístas de la región, en tiempos del gobierno de Luis Echeverría, que impuso como candidata a diputada federal a un personaje femenino conocido en Puebla, pero ajeno por completo a Tehuacán.

             Cuentan las malas lenguas, que los mismos priístas la hicieron perder y que hubo tantas irregularidades en esa elección, que el gobierno se vio obligado a repetirla, pero con un candidato de la región muy cercano al líder campesino Amador Hernández y ganó.

              Pero los tehuacaneros se dieron cuenta de la importancia de su voto y en las siguientes elecciones locales, votaron en gran número por el PAN, partido que de ahí en adelante, creció y fue protegido por empresarios de la región.

               Se dio un fenómeno de alternancia, único en el estado: un ayuntamiento era panista y lo sustituía un priísta, según el caso, es decir, según se hubiera portado el ayuntamiento en funciones y el partido al que perteneciera.

               El PAN llegó a tener tanta importancia en Tehuacán, que fue el primer municipio a nivel nacional, que tuvo casa propia, donada por una simpatizante rica, doña Paula G. de Haneman.

               La izquierda surgió en Tehuacán gracias al trabajo que realizó en la región, el licenciado Luis Miguel Barbosa Huerta, que era priísta y pariente político de don Amador Hernández.

               Fue invitado a trabajar por el PRD, por Jorge Méndez, viejo militante de la izquierda y por Arturo Noyola y realizó un trabajo tan bien hecho, que los entonces líderes perredistas decidieron traérselo a Puebla, para que les ayudara a organizar al Partido de la Revolución Socialista en la capital.

             Y aquí, el actual gobernador se dedicó a trabajar con ahínco y logro el fortalecimiento del perredismo al grado que pudo sacudirse la tutela de los viejos líderes y con apoyo del grupo, corriente o tribu, Nueva Izquierda, “de los Chuchos”, figuró como el líder indiscutible del partido del sol azteca durante varios años.

              Fue diputado federal, senador de la república y finalmente se pasó, junto con otros senadores perredistas al lado de Andrés Manuel López Obrador, quien fue dos veces candidato a Presidente, postulado por el PRD.

              El gobernador Barbosa Huerta, pues, no es ningún extraño en la entidad. Aunque su lugar de residencia siempre ha sido Tehuacán, conoce todo el estado y sobre todo, su problemática política y social. Tiene gente en toda la entidad y conoce la situación que prevalece en cada región.

              Este asunto de Tehuacán, es pan comido para él. Jamás ha estado desligado del estado, incluso cuando era el líder del Senado de la República, todos los fines de semana estaba en Tehuacán. Esa es la gran ventaja que tiene sobre muchos políticos locales. El conocimiento de la gente y de las regiones.

Publicado en COLUMNAS

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