Columna | P U L S O    P O L I T I C O

             Si aquí en Puebla, como ha ocurrido en el vecino estado de Tlaxcala, se diera una alianza entre el PRI, el PAN y el PRD, para las elecciones del 2021, quedaría de manifiesto la enorme caída de los tres partidos políticos, que durante décadas fueron los más importantes del país.

             No sería la unión de esas “fuerzas políticas” como les gusta ser considerados, sino de tres “debilidades políticas” y entre los tres no podrían hacer gran cosa y tal vez quedarían en ridículo ante sus propias militancias y ante la ciudadanía en general.

             Muchos priístas se niegan a aceptar que su partido sea aliado del PAN, aunque en los hechos ya lo sea, pues no hay que olvidar, que un alto dirigente panista, ex candidato a la Presidencia de la República, ex dirigente nacional de su partido, que además fue, siendo diputado federal, muy cercano colaborador del presidente Carlos Salinas de Gortari, padre del neoliberalismo en México, se trata de Diego Fernández de Cevallos, a quien diputados, senadores y altos funcionarios priístas le llamaban “El Jefe Diego” y también le decían “La Ardilla”, porque no salía de Los Pinos. La alianza PRI-PAN pues, se dio desde hace ya como tres décadas,

             La alternancia PRI, PAN, en el poder federal, se dio por los arreglos que Salinas hizo con los Estados Unidos para la firma del Tratado de Libre Comercio. El vecino del norte, exigió esa alternancia que debería ser entre los dos partidos tradicionales, como ocurre en los Estados Unidos, pero en México, en los inicios del siglo XX,  había surgido la izquierda que funcionaba como partido clandestino llamado Partido Comunista Mexicano y esa organización fue cobrando fuerza especialmente entre académicos y estudiantes universitarios y normalistas y ya resultaba imposible hacerla a un lado. El gobierno mexicano se encargaría de que no creciera, fue la promesa, pero falló en el intento.

             La implantación del neoliberalismo, como doctrina económica en el país y los pésimos gobiernos neoliberales priístas y panistas, propiciaron el crecimiento del número de pobres, el empobrecimiento paulatino de las clases medias, los bajos ingresos de la clase trabajadora, el abandono del campo mexicano, todo eso hizo aumentar la desigualdad social y surgieron los problemas de inseguridad y violencia, que aunados a la corrupción gubernamental, hizo crecer a las organizaciones políticas o progresistas al grado de que en el 2018 ya se veían como la única opción para salir del retroceso político, económico y social en que había caído el país.

             ACTUALMENTE EL PRI y el PAN, están divididos internamente; tienen dirigentes estatales impuestos por sus respectivas cúpulas nacionales. El PRI quedó sin estructura en todo el estado o la tiene muy deteriorada; el PAN nunca ha tenido una estructura fuerte en la entidad, excepción de contados municipios importantes como Tehuacán, Atlixco, Teziutlán y algunos otros. El PRD ha sido un partido que desde sus inicios ha permanecido dividido en corrientes, grupos o tribus, como quiera llamarles, pero a pesar de eso, tuvo sus momentos de gloria, sobre todo en elecciones federales con Andrés Manuel López Obrador como su candidato presidencial.

              La salida del actual presidente de la república del PRD, para formar el Movimiento de Regeneración Nacional, significó el derrumbe del que estaba considerado como el partido representante de la izquierda mexicana y en las elecciones del 2018, casi quedó borrado del mapa político nacional.

              La alianza de esas tres debilidades políticas, no les alcanzaría, en Puebla, para desbancar a “Morena” que pese a participar de muchos de los problemas que enfrentan sus adversarios, tiene la ventaja de contar con un auténtico líder, AMLO, que arrastra simpatizantes de todos los sectores, especialmente populares.

              Ojalá y esa alianza no se de en Puebla, por el bien de las tres corrientes políticas mencionadas, que aunque actualmente carecen de identidad ideológica, la pueden recobrar con el tiempo y un ganchito.

             AYER HUBO UNA MANIFESTACIÓN Y PLANTON de poco más de 500 trabajadores ambulantes, frente al palacio municipal. Pertenecen a la agrupación denominada Fuerza 2000, que dirige Federico López Flores, para protestar por la persecución, el acoso y la intimidación, dijeron, que sufren por parte de la Policía Estatal a través sus fuerzas especiales y de inteligencia.

             Dijeron que ya han solicitado la intervención de Derechos Humanos del Estado y están demandando la intervención de la Comisión Nacional también.

              Por lo pronto se les han unido en su protesta, la organización “11 de Marzo” que dirige Martín Juárez y de otra organización que dirige Lorenzo Coxtinica.

              Están demandando también la intervención de la presidenta municipal Claudia Rivera.

             ALONDRA MONSERRAT LARGO TRUJILLO, estudiante de primaria en la colonia Cuauthémoc de esta capital, se quejó de que la mayor parte de las personas que habitan en esa y otras colonias del sur de esta capital, carecen de alimentos y no tienen posibilidades de adquirir lo básico para su subsistencia, debido a que por la pandemia, los jefes de familia y las mujeres en edad de trabajar, no han podido hacerlo.

              La Organización Antorchista, informa que son numerosas las familias de las colonias del sur, que están en las mismas condiciones y que ni las autoridades estatales, ni las municipales, han hecho algo para remediar esta situación que amenaza con agravarse pues está provocando serios casos de desnutrición entre adultos, gente de la tercera edad y niños.

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