Columna | P u l s o    P o l i t i c o

          Al preguntar al precandidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, si Puebla volvería a ser negociada como lo fue hace siete años, Antonio Hernández y Genis, secretario de Cultura del comité directivo estatal del Revolucionario Institucional, estaba haciendo suya la pregunta que muchos priístas se hacen dados los secretos, la falta de claridad con que los prisitas locales actúan.

          Luego el diputado federal poblano, Víctor Giorgana Jiménez, habló de la actitud excluyente del anterior gobierno local y señaló la necesidad de que la alianza que se ha dado a nivel nacional de los partidos Verde Ecologista y Nueva Alianza, se de también en los estados en condiciones más equitativas, pues se requiere unir fuerzas para apoyar la candidatura de quienes luchan por la inclusión.

          La respuesta de Meade fue la de afirmar que aquellos que dicen que la candidatura para gobernador de Puebla está negociada, están equivocados y que el inicio de su pre-campaña ha sido en Puebla, precisamente para que se entienda que el PRI pretende recobrar a la entidad.

         “La respuesta del casi candidato presidencial, fue la que tenía que ser. Si ya hay una negociación, si se va a dar ésta a corto o mediano plazo, no lo iba a decir. Sin embargo, el ambiente que se percibe entre la población, es de oposición a que el PAN morenovallista, siga gobernando, es decir, a que el ex gobernador siga decidiendo las cosas en la entidad, como si fuera de su propiedad”, nos dijo uno de los asistentes poco después de haber terminado el acto que se llevó a cabo en uno de los grandes salones del Centro de Convenciones.

          Ahí estuvieron los dirigentes nacional y local: Enrique Ochoa Reza y Jorge Estefan Chidiac, respectivamente. Bien formaditos en primera fila fueron vistos el ingeniero Alberto Jiménez Merino, Javier López Zavala, Enrique Doger Guerrero,  Antonio Godina y Juan Carlos Lastiri.

          Ocupando también lugares de priístas distinguidos: Ricardo Urzúa, la senadora Lucero Saldaña. José Chedraui, dirigente municipal del PRI, Leobardo Soto, dirigente de la CTM y los dirigentes de los sectores tradicionales del priísmo: obrero, campesino y popular, así como Antorcha Campesina, Confederación Campesina Independiente, la dirigencia de las mujeres y de los jóvenes del PRI.

           En general el acto no se apartó mucho de los cánones priístas: aplausos, porras, dianas y repetición constante de “Meade Presidente”, “Meade Presidente”......

            Se dio oportunidad a muchos de los líderes de las agrupaciones presentes, a formular preguntas al precandidato, preguntas suaves, no comprometedoras y todo transcurrió bastante bien: a la pregunta le seguían aplausos y luego venía la respuesta y más aplausos.

            El PRI es como la iglesia católica, permiten la introducción de pequeños cambios en sus rituales, cada tres o más siglos. El PRI todavía no cumple un siglo y por eso no ha cambiado casi nada.

            Bueno, el PRI como el PRD y como el mismo PAN, han tenido una fuerte desbandada derivada de la pérdida de sus principios ideológicos y han llegado nuevos elementos a llenar los huecos dejados por los que se fueron y eso provoca algunos cambios internos, pues los nuevos militantes todavía no le agarran la onda a eso del ritual. Ya irán aprendiendo.

           El primer candidato a la presidencia de la república del PRI que no es priísta, sino un simpatizante de dicho partido y además se nota: no es solemne, se le ve sencillo en su trato, no es ampuloso. Su esposa no se siente la mamá de los pollitos, pues tiene un trato sencillo y hasta generoso con la gente en general y con las mujeres en particular. No se ve que haga distingos de ningún tipo. Hasta ahora se ven como gente normal. Quién sabe si con el andar del tiempo,  vayan a tomar un cursillo con algún creador de imagen y los echen a perder, pero bueno, eso lo dirá el tiempo y las circunstancias.

         Por lo pronto podemos decirle que el señor Meade Kuribreña, nunca ha sido político y además se nota. No tiene la solemne y engolada voz del orador profesional y las preguntas las responde con llaneza, sin salirse, eso si, del marco en el que están encuadrados los tecnócratas: ¿Cuál será su política para el sector obrero? Le preguntaron y él respondió: “impulsar su capacitación, porque vivimos en un mundo competitivo, en el que solo triunfan los más capaces, los mejor preparados, los más productivos”, palabras más, palabras menos.

         Bueno, él responde de acuerdo a su formación tecnocrática, pero, como le dijo Hernández y Genis, también es abogado y entenderá que los trabajadores, los campesinos, los maestros, los profesionistas, etc., son seres humanos con necesidades, tanto económicas, como espirituales, que requieren convivir con sus familias, divertirse sanamente, descansar adecuadamente. Es decir, que tienen obligaciones, pero también derechos y muchos de esos derechos les han sido conculcados hace poco por gobiernos panistas. En Puebla, hay más de 10 mil ex trabajadores del gobierno local, que fueron despedidos sin liquidación, sin darles la compensación a la que por ley tenían derecho. Trabajadores que después de diez, quince, veinte o más años, se quedaron sin trabajo y sin siquiera saber porqué.       

        Muchos están pelando porque se les liquide conforme a la ley y que al no haber causa para su despido, se les reinstale y lo están logrando mediante juicios que llevan ya dos o más años, que al fin terminan, faltaba más, con una resolución favorable. La gente quiere autoridades con sentido humano, no genios que crean que siempre tienen la razón y adopten poses autoritarias y despóticas.

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