Columna | P U L S O   P O L I T I C O

           Ayer informó la delegación Puebla del IFE, que fueron recibidas cuatro millones setecientas treinta y nueve mil, novecientas veintiún boletas electorales para votar, el día 6 de junio próximo por los 15 diputados federales que representarán a Puebla en el Congreso de la Unión.

           Las boletas fueron recibidos por el titular de la delegación del INE en la entidad, Marcos Rodríguez del Castillo  y por los consejeros. El cargamento fue custodiado por elementos de nuestras fuerzas armadas hasta la sede de las 15 juntas distritales ejecutivas del Estado. Además llegaron los impresos de las actas de escrutinio y computo. Se cumplió con la Ley que establece que el material para el proceso electoral, debe estar en poder de los organismos encargados de llevar a cabo el proceso en cada entidad federativa, quince días antes de la elección.

           En las próximas elecciones intermedias próximas concurrirán a las urnas aquí en Puebla, si concurren a las urnas todos los empadronados, más de 4 millones 700 mil electores, de los que el 53.24 por ciento son mujeres y el 46.76 por ciento, son hombres.

           Para que el proceso sea ágil y expedito, se instalarán en toda la entidad, 7 mil 860 casillas.

          YA NO HAY PROBLEMA PARA LA ELECCIÓN FEDERAL, todo está dispuesto, ¿pero para la elección de diputados locales y de ayuntamientos?

          Las boletas no pueden estar listas puesto que todavía muchos partidos no llegan a acuerdos sobre quiénes serán los candidatos. Hay protestas en muchos distritos y municipios y exigen cambios en las listas de los abanderados de dichos partidos.

          Hay un plazo para cerrar las listas y está por vencer. De todos modos, habrá problemas para la impresión de las boletas de los municipios o distritos locales, donde las designaciones se hagan a última hora.

          Este desorden, ya lo hemos dicho, en gran parte se debe a los partidos políticos que funcionan en medio de una gran desorganización estructural, que no tienen un sistema realmente democrático, para elegir a sus candidatos y que siguen recurriendo a las imposiciones como en los viejos tiempos.

          Eso provoca el enojo de sus militantes y se provocan divisiones internas muy difíciles de subsanar.

          LO QUE ACABA DE PASAR EN CHILE, LO QUE ESTA pasando en Colombia, debería hacer reflexionar a los políticos y dirigentes de partidos de nuestro país para enderezar el rumbo.

          La gente, el pueblo llano, los trabajadores, los pequeños comerciantes, los vendedores ambulantes, los artesanos, los campesinos y ganaderos en mediana y pequeña escala, los maestros, los burócratas, todos los que sienten la desigualdad provocada por las malas políticas sociales y económicas, todos los que piensan que los gobiernos solo se preocupan o se han preocupado por los ricos y poderosos y se olvidan de la gente del común, aumentando su pobreza, la inseguridad, la violencia. Todos los que sufren injusticias y nunca ven respetados sus derechos, toda esa gente, llega a un grado de hartazgo, que la obliga a rebelarse sin medir las consecuencias.

         En Chile, la rebelión de las clases medias urbanas estalló el 18 de julio por el aumento del costo del pasaje del metro en la capital del país Santiago y eso, como si fuera un incendio, se propagó con rapidez por toda la nación sudamericana y se llegó a plantear la necesidad de hacer cambios sustanciales a la Constitución, para acabar con las injustas políticas pinochetistas basadas en el neoliberalismo. Las elecciones de los delegados constituyentes que se realizaron la semana pasada y la derecha en el poder, lo mismo que la izquierda, fueron derrotadas contundentemente. El triunfo fue de los ciudadanos, de los candidatos independientes que obtuvieron 48 delegados, que constituyen la primera mayoría; la derecha oficialista, obtuvo 37 y 28 para el Frente Amplio de izquierda. La derecha perdió los gobiernos de 55 alcaldías pues de tener 143, se quedó solo con 88.

             En Colombia, un país gobernado por la derecha, estalló una rebelión en todas las importantes ciudades del país que lleva ya más de tres semanas y no amaina, por el contrario, sigue creciendo. El motivo, fue el incremento de las tasas impositivas que afectan principalmente a las clases medias y bajas.

             Esto ha dado surgimiento a  problemas provocados por la desigualdad social que siempre ha existido en nuestros pueblos. Las clases altas, reciben todas las atenciones y privilegios de los gobiernos; se restan oportunidades de desarrollo a los mestizos, a los indígenas y a los negros y mulatos y eso provoca odios raciales que se agudizan en crisis como la de la pandemia que padece el mundo.

          Ha habido enfrentamientos violentos en todo el país y ayer las fuerzas armadas colombianas se disponían a reprimir a los miles de personas que estaban realizando más de 30 bloqueos carreteros.

          EN MÉXICO SE PRETENDE PROVOCAR UN problema semejante al de los países mencionados. La derecha hace todo lo posible por romper la paz y volver contra el gobierno a las clases marginadas, cosa que no han podido lograr, porque han actuado torpemente. Pero si los partidos nuestros siguen durmiendo en sus laureles en vez de ponerse a trabajar en la organización y educación ciudadana, el desorden puede estallar y no hay que olvidar que tenemos desde el 2006, una guerra intestina que no termina. Que han sido introducidas a nuestro país miles de armas de alto poder y que en muchas regiones la pobreza es extrema.

           Si los partidos no sirven como debe ser, para tener una patria que garantice un futuro digno a nuestros hijos, no sirven para nada y hay que suspenderles las millonarias cantidades que los gobiernos gastan en ellos y que solo garantizan el enriquecimiento ilícito de sus dirigentes.

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