Columna | ETIQUETA CON DESTINO

• Afectó a campesinos de Puebla y Tlaxcala con bombardeo de nubes

Volkswagen de México durante los últimos años ha recibido la certificación como Empresa Socialmente Responsable –ESR-, sin embargo ante el escándalo que se generó hace unas semanas de afectar a más de 10 mil campesinos de los municipios de Cuautlancingo, Coronango y la Junta Auxiliar de la Resurrección por bombardear las nubes para evitar el granizo y también generaron la ausencia de lluvias, decidieron no confrontarse con la población y dar marcha atrás.

Los directivos de la firma alemana inicialmente se negaron a dejar de usar el cañón antigranizo y señalaron que “tenían permiso de las autoridades”, mismos que nunca mostraron y menos aun cuando autoridades federales negaron haber autorización a Volkswagen el uso de esa tecnología.

La empresa automotriz dio a conocer que las pérdidas por las granizadas del año pasado (2017) ascendieron a más de 20 mil millones de pesos, porque el granizo afecto capos, toldos y cajuelas, sobre todo.

Sin embargo en lugar de invertir en la protección de sus unidades con un techado o enmallado, determinaron hacer una inversión menor y aplicaron la tecnología de los cañones antigranizo, sin hacer conciencia que afectaban no sólo a los campesinos de Cuautlancingo, Coronango y la Resurrección, porque el problema ya se estaba extendiendo hacia San Pedro y San Andrés Cholula y parte de Tlaxcala, donde ya se estaban organizando para aliarse a quienes demandaban al alto a cañonear las nubes.

Los daños ya llegaban a más de las 2 mil hectáreas inicialmente estimadas y para Volkswagen sus afectaciones iban a ser mayores al perder incluso a nivel nacional los distintivos como Empresa Socialmente Responsable y su credibilidad como empresa interesada en el bienestar social.

El escándalo llegó a los medios nacionales y los campesinos amenazaron con realizar denuncias ante autoridades federales, mantener cada vez más bloqueos a la autopista México-Puebla, además que exigieron la intervención del gobierno de José Antonio “Tony” Gali Fayad, quien no estuvo dispuesto a asumir la responsabilidad de haber autorizado a la filial alemana de bombardear nubes y afectar a miles de campesinos.

Fue entonces que la semana pasada el Secretario de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial, Rodrigo Riestra Piña, dijo que pidieron a Volkswagen parar los bombardeos al cielo.

A la armadora alemana no le quedó mas remedio que dar a conocer que ya no utilizaría el cañón anti granizo “en forma automática”, lo que hacía hasta por 3 horas dispersando nubes y lluvia, y anunciar que “sólo lo ocuparían en forma manual” cuando existiera alto riesgo de granizada.

Asimismo, dijo que haría la inversión de colocar una malla protectora para las miles de unidades varadas en sus patios, algo que debió haber previsto, sobre todo considerando que este tipo de erogaciones pueden ser “deducibles” ante las autoridades hacendarias.

Lo cierto es que desde el pasado sábado, domingo y lunes se han incrementado las lluvias en toda la región de los municipios de San Pedro y San Andrés Cholula, Coronango, Cuautlancingo, La Resurrección, y Tlaxcala, lo que es un alivio para los productores de la zona, aunque hay cultivos que fueron dañados por la ausencia de las lluvias.

¡Ojalá alguien, gobierno estatal o la misma armadora alemana hagan algo por atender las afectaciones a los campesinos!

Volkswagen lo que hizo fue tratar de proteger su patrimonio y su inversión, algo que es legítimo, aunque fue desmedido.

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