Columna | P U L S O    P O L I T I C O

            Están por iniciarse las campañas políticas de los candidatos a la gubernatura de Puebla, que por primera vez, por lo menos después de la Revolución, tendrá elecciones extraordinarias.

            Se sabe bien que en los años sesenta y setenta, la entidad tuvo graves problemas políticos por las luchas ideológicas entre los grupos conservador y liberal del Estado, que se iniciaron en 1961, por el control de la Universidad Autónoma de Puebla, en ese tiempo en manos de la derecha.

            Esas luchas provocaron frecuentes cambios de gobernador pero todos fueron designados por determinación del Congreso local, pues no había razón jurídica para convocar a elecciones.

            Cuando por decisión propia el doctor y general Rafael Moreno Valle renunció a la gubernatura por falta de entendimiento con el Presidente de la República, Luis Echeverría, se le hizo saber, que en primer lugar, no podía renunciar, sino solicitar licencia por tiempo indefinido, pero que eso lo podría hacer hasta después de haber cumplido dos años en el poder, para evitar la realización de elecciones extraordinarias.

            Por tal motivo, el doctor y general Moreno Valle, presentó varias veces solicitud de licencia al Congreso local, para ausentarse temporalmente del cargo de gobernador, por razones de salud.

           En esos periodos fue sustituido por el Presidente del Tribunal Superior de Justicia y cuando se cumplieron los dos años de que asumió el poder, solicitó licencia definitiva y fue designado para sustituirlo el entonces presidente municipal, Gonzálo Bautista O!Farrrill, quien se cargó a la derecha lo que un año más tarde provocó un enfrentamiento entre universitarios y la policía, un primero de mayo y falleció un estudiante lo que dio origen a un cambio por decisión del Congreso de la Unión y el designado fue el senador Guillermo Morales Blumenkron.

              Antes, en 1964 fue la caída del entonces gobernador Antonio Nava Castillo, depuesto por decisión del Congreso después de un fuerte movimiento popular y como gobernador sustituto fue designado el ingeniero Aarón Merino Fernández.

              Por cierto, que en la administración de Merino Fernández, inició su carrera política el actual gobernador interino de Puebla, licenciado Guillermo Pacheco Pulido, que había participado como orador en la campaña de Nava Castillo.

               Fue diputado local en el gobierno merinista y de ahí siguió su carrera política que abarcó posiciones de elección popular y posiciones partidistas, así como el desempeño de cargos administrativos. Fue presidente del Tribunal Superior de Justicia en dos periodos, secretario de Gobernación en tiempos de Morales Blumenkron, diputado federal, etc.

              Los tiempos han cambiado y el actual gobernador, ya no tendrá nada que ver en los asuntos electorales que se avecinan.

              Respetuoso de la ley, como ha sido, ya ha reiterado que el proceso electoral se desarrollará sin su participación, pues para eso está el Instituto Nacional Electoral, que atrajo la elección poblana por la desconfianza manifestada por los partidos hacia el Instituto Estatal Electoral y ha solicitado a todos los funcionarios estatales y a los presidentes municipales, que se abstengan de tomar parte activa en el proceso que ya está en marcha.

              Como ya hemos informado, hay tres candidatos ya designados y registrados por los partidos que los apoyan: Luis Miguel Barbosa Huerta, de Morena; Alberto Jiménez Merino, del PRI y Enrique Cárdenas Sánchez, del PAN.

               Los tres partidos principales de México, como ya es costumbre, llevan como aliados a los partidos de la llamada “chiquillería”, pequeñas agrupaciones políticas que se ven orilladas a aliarse con los partidos más importantes, para no perder su registro, por no alcanzar la votación necesaria para mantenerlo.

               No se prevén problemas durante el proceso electoral que se efectuará el 2 de julio y las preferencias del electorado, según diversas encuestas, siguen siendo para el partido del Presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque ha mejorado, principalmente en la provincia poblana la situación del PRI cuya intención de voto ha crecido y la del PAN ha bajado por los difíciles problemas internos a los que se enfrenta ese partido, cuyo presidente nacional, Marko Cortés, sigue insistiendo en que se aclare el caso de la muerte del matrimonio Moreno Valle, pese a que la Fiscalía General del Estado, ya ha afirmado que entre las líneas de investigación que se siguen, está la de un posible complot por razones políticas.

Publicado en COLUMNAS

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos