Columna | P u l s o    P o l i t i c o

           Todos los partidos que participan en el proceso electoral en marcha, se están enfrentando en Puebla a tres grandes problemas: la improvisación, por falta de oficio político de los candidatos; la imposición, realizada por las dirigencias partidistas locales, y la falta de propuestas, por desconocer la problemática local actual.

            La inmensa mayoría de los candidatos a puestos de elección popular de todos los partidos políticos que toman parte en la contienda, son cuando mucho aficionados a la política, pocos, muy pocos tienen lo que se llama oficio político y por tanto carecen de sensibilidad política y social, carecen de información sobre los reales problemas de la entidad y no tienen ni idea de lo que hay que hacer.

           El 80 por ciento de los candidatos a senadurías, diputaciones federales, diputaciones locales, a presidencias municipales y regidurías, según políticos avezados en estos temas, son totalmente desconocidos. Por eso sus campañas son un desorden total. Lo están improvisando todo.

           Al no tener idea de lo que el pueblo espera de sus futuros gobernantes, se dedican a agredirse unos a otros, incluyendo dentro de sus mismos partidos; por eso hay tantas deserciones en las filas de Morena, en las del PRI, en las del PAN y en las del PRD.

            El descontento provocado por las imposiciones de candidatos, que en la mayoría de los casos fueron muy evidentes, que hasta se habla de venta de candidaturas, es mayúsculo. Eso mismo ha provocado deserciones por todas partes.

            Las estructuras partidistas han quedado muy dañadas y en algunas organizaciones ya ni existen, como también se han perdido las ideologías que constituían la característica de cada partido, eran las que les daban personalidad.

            Nunca antes se había registrado un fenómeno político como éste. La degradación de los partidos, ha provocado la degradación de la actividad política y por ende, la degradación de la sociedad, que ahora enfrenta problemas de descomposición tan graves, que nadie acierta a proponer algo para parar la violencia y para recomponer el tejido social que en muchos estados, en la mayor parte de ellos, está completamente destruido.

              El problema, bastante grave, es que tendremos ocupando senadurías, diputaciones locales, diputaciones federales y ayuntamientos, a personajes completamente ajenos a la actividad política y les llevará mucho tiempo aprender el oficio, pues los oficios y menos el político, no se aprenden de la noche a la mañana, ni en cursos por internet.

          Tendrán nuestros nuevos políticos que empezar desde abajo, dialogando con los ciudadanos, preguntándoles por el sistema de vida de sus pueblos, sobre sus carencias en materia de salud, de educación, de agricultura y ganadería, sobre el estado que guardan sus caminos, en fin, deberán poner el mayor interés en trabajar junto con los ciudadanos en solucionar esos problemas.

         Y si esto, ha sido difícil, en tiempos normales y con políticos más o menos experimentados, imagínese lo que va a pasar con políticos primerizos, inexpertos, desconocidos y desconocedores de la situación del país, del estado y de sus municipios y además, engreídos porque en la mayoría de los casos, llegan por un dedazo y no por la voluntad de sus compañeros de partido.

         La gete sabe identificar los problemas que le afectan directamente. Por eso si usted pregunta a un ciudadano cualquiera, cual es el problema más grave del país, le dirá que la inseguridad y es cierto, porque ese problema afecta directamente la vida de la gente, pero hay muchos más que deben ser atendidos de inmediato, como el de impulsar la agricultura y la ganadería, actividades que han sido descuidadas por los gobiernos de la república y de los estados y que han provocado el desempleo en el campo, la carencia de alimentos básicos como maíz, frijol, arroz, productos lácteos, etc., La carencia de un servicio generalizado de salud eficiente en las ciudades y en el medio rural; el impulso a las artesanías, a la pequeña y mediana empresa; la educación para el trabajo a fin de que nuestros jóvenes tengan, al terminar la secundaria o la preparatoria, una actividad que les permita vivir con independencia y con dignidad.

           Hace falta una campaña de culturización de nuestros pueblos para lo que deben aprovecharse los medios modernos como el cine, la televisión, la divulgación de folletos, a través de los cuales se den a conocer las terribles consecuencias de las adicciones como el alcoholismo, el tabaquismo, pero también la drogadicción; que informe sobre las consecuencias de una diabetes más atendida, pues somos un pueblo con una epidemia de diabetes y además el pueblo que más consume refrescos de cola.

           Son tantas las cosas que nos hacen falta y que por andar en pleitos de comadres, a los políticos no se les ocurre, ni analizar, ni hacer propuestas para resolverlas.

           Los candidatos del PRI y de Morena al senado de la república, Juan Carlos Lastiri Quirós y Xitlali Ceja, por el primero y Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra, son de los más experimentados políticos que participan en esta contienda.

           Los cuatro se formaron en el PRI y los de Morena, salieron hace algunos meses del partido tricolor para formase en el partido de Andrés Manuel López Obrador.

           Ayer dieron, cada fórmula por su lado, una coferencia de prensa en la que los priístas hablaron del preocupante incremente de la delincuencia en Puebla y los morenistas, se refirieron a que encabezan las preferencias entre los electores, pero pidieron no confiarse y trabajar duro, para ese triunfo que se anuncia, se haga realidad.

Publicado en COLUMNAS

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