Jueves, 25 Noviembre 2021 21:14

Causas de accidentes en la México-Puebla

Columna | SIN LÍMITES

*Privatizaciones, las razones del porqué México tiene las carreteras más inseguras

El sábado 6 de noviembre se registró un accidente dantesco en la caseta de San Marcos, en el kilómetro 33 de la autopista México-Puebla, donde perdieron la vida 19 personas. Bomberos, peritos, policías y la Guardia Nacional acudieron a la zona donde un camión de carga se impactó contra más de 8 vehículos que se incendiaron.

No fue un hecho aislado. Hay una serie de factores que fueron promovidos durante el sexenio del Presidente Ernesto Zedillo que ocasionó que las carreteras mexicanas sean las más peligrosas del mundo y en particular este tramo.

De acuerdo con el reportero Alejandro Ruiz del portal periodístico independiente Pie de Página, aunque parezca un hecho aislado, este accidente se entrelaza con una política de privatización que ocasionó que México tenga las autopistas y carreteras más peligrosas del mundo.

Así lo denunciaron diversas organizaciones sociales durante el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), Capítulo México, realizado durante los años 2012 y 2014. Y como de costumbre las autoridades no les hacen caso, pero anuncian costosos estudios para averiguar las causas de los constantes accidentes.

Durante el sexenio de Ernesto Zedillo, de 1994 a 2000, la autopista México-Puebla cobró vital importancia al ser uno de los epicentros de distribución del Plan Puebla Panamá, que provocó la industrialización del centro del País para la elaboración, transformación y maquila de materias primas y maquinaria.

Inaugurada en 1962, la México-Puebla se convirtió rápidamente en uno de los puentes de conexión más importantes de México. Su estratégica ubicación, posibilita que, por el centro del País circulen mercancías provenientes de los puertos del sur poniente y oriente del país, trasladándolas hacia el Bajío, una de las regiones ensambladoras más importantes a nivel nacional.

Este hecho, sumado a la dependencia económica de la actividad industrial y maquiladora generada a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, han hecho que cada año, circulen más de 50 mil vehículos por esta carretera, lo que eventualmente provocó su deterioro y colapso.

Otro de los factores que ha provocado la sobrecarga de flujo vehicular en las carreteras del país fue el desmantelamiento y privatización de los sistemas ferroviarios nacionales, que privilegió el uso de trailers y camiones sobre el del ferrocarril con el fin de seguir desarrollando la industria de la construcción privada carretera.

Además, la privatización de los caminos y carreteras del país ocasionó que el flujo vehicular se sature en los tramos que no han sido concesionados, generando un exceso y sobrecarga en estos tramos que, eventualmente, se traducen en accidentes.

Aunado a esto, en épocas recientes, el incremento de actividades delictivas asociadas al crimen organizado reveló el abandono institucional por parte de las autoridades estatales y federales, por lo que la México-Puebla es catalogada como una de las carreteras más peligrosas del país.

LAS CARRETERAS PRIVADAS

Como se señaló durante las reuniones del TPP, los proyectos de construcción de carreteras privadas consolidaron un modelo de reorganización territorial y de circulación de la producción de mercancías que ha beneficiado sobre todo a dos actores:

El primero, fue el sector de la construcción, que obtuvo grandes ganancias a partir de la concepción, proyección, construcción y operación de este tipo de infraestructuras, además de que obtienen rentas por la operación de las carreteras, por la fabricación de los vehículos que transitan por ellas o de los insumos para construirlas. El segundo y más importante es la industria maquiladora de Estados Unidos, que de alguna manera reorganizó el territorio mexicano y con ello las carreteras.

El TPP en su momento denunció que esta política ha trasladado los costos ambientales y sociales generados a las comunidades; genera un crecimiento exponencial del parque vehicular e incrementa el riesgo de transitar y vivir  junto a ellas y estimulan el proceso de la crisis climática por la generación de gases de efecto invernadero derivado de las emisiones de los vehículos automotores.

Asimismo, destruye zonas clave de conservación de bosques, agua y biodiversidad; atropella los derechos colectivos de los pueblos; incentiva los flujos de la economía criminal; favorece procesos de división y desplazamiento o migración de las comunidades rurales y cuando fracasan como negocios, son rescatados mediante recursos públicos.

Sin duda, los datos expuestos en Pie de Página mueven a la reflexión.

En fin, como escribió Francisco Acuña de Figueroa (Uruguay, 1791-1862), en su poema Madureces:

 Ansioso un higo comía
-cuenta a Gil el viejo Arbelo-
y ¡tris!, saltó un diente al suelo
de sólo tres que tenía.
Es bien raro el accidente
estando maduro el higo.
Y aquel contestóle: Amigo,
más maduro estaba el diente.

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Publicado en COLUMNAS

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