Columna | SIN LÍMITES

*Este rechazo fomenta la violencia machista, afirma investigadora de la BUAP

Las políticas de desarrollo del modelo neoliberal que aumentaron la carga de trabajo de las mujeres y que éstas ya no quieren establecer con los varones el mismo tipo de relación emotiva que construyeron las generaciones pasadas.

Raquel Gutiérrez Aguilar, investigadora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego de la BUAP, con posgrado en Sociología, expone los siguientes razonamientos:

-El rechazo a contraer matrimonio, ha acrecentado la violencia machista que actualmente aqueja a la sociedad, en especial al sexo femenino.

-Las tareas de reproducción fueron enviadas al espacio privado y son sostenidas por el sexo femenino. En otras palabras, las mujeres ya no quieren casarse.

-Aunque tradicionalmente la estructura social establece que las mujeres son las que se hacen cargo de manera privada de la crianza de los hijos y del trabajo doméstico, a partir del modelo neoliberal, esta carga se agudiza enormemente.

-Han desaparecido albergues o estancias donde ellas se apoyaban para las labores familiares, situación que les causa malestar y frustración.

-Ese modelo, lo que hizo fue generar condiciones muchísimo muy malas para las guarderías y para todos los trabajos de cuidado al interior de la unidad doméstica, de tal manera que ahora muchas familias tienen que cuidar al abuelo o tienen que estar haciéndose cargo de muchas más cosas.

-Todas las tareas de reproducción que el neoliberalismo vuelve a arrojar al espacio privado van a ser desarrolladas y sostenidas básicamente por mujeres, con el apoyo muy esporádico de los hombres.

-Al mismo tiempo existe una sensación de malestar muy grande entre los varones jóvenes, que cada vez entienden menos a las mujeres y no saben cómo confrontar esa situación.

-Asimismo, les causa enojo el que las muchachas quieran decidir por ellas mismas los ámbitos emotivos de la relación de pareja.

-Es un asunto complejo, conformado de malestares patriarcales del neoliberalismo, de esta recarga de tareas en las unidades domésticas que recaen sobre las chicas, que ya no quieren establecer el tipo de relación con los varones que establecieron sus madres. Ese es un coctel explosivo.

-El gran problema de la violencia social que aqueja al país, afecta más a las mujeres pero tampoco deja indemne al hombre. Se gestó a fuego lento por esa causalidad de problemáticas, por lo que ahora ellas buscan poner el fenómeno en la palestra pública para reequilibrar unas añejas y malsanas relaciones de poder que permiten que unos violenten a otros.

-Como sociedad las mujeres deben hacerse cargo, son las más lo sienten en carne propia, están tratando de ponerlo en el tapete de lo público como puedan, aunque muchas veces sienten bastante desprecio de instituciones o colegas.

-Pareciera como si cosas que se están denunciando fueran del orden menor, a lo cual hay que estar siempre preguntando: ¿Qué haría si fuera su hija?

Usted lector, ¿qué opina?

En fin, como dice la copla de la película Dos Tipos de Cuidado (1956):
La gente dice sincera
cada que se hace un casorio,
que el novio siempre la quiera,
si no, que le hagan velorio.
Para esta novia no hay pena,
pues va a tener buen marido.

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Publicado en COLUMNAS

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