Jueves, 14 Octubre 2021 20:49

El corte de manos al Che Guevara

Columna | SIN LÍMITES

*La versión del médico boliviano Moisés Abraham Baptista de cómo se realizó

El pasado 9 de octubre, se cumplieron 54 años de la muerte del famoso guerrillero argentino cubano, Ernesto Che Guevara. Como de costumbre, hubo una multitud de declaraciones, artículos y publicaciones relacionadas con quien los cubanos llaman el Guerrillero Heroico.

Mucho se ha escrito y hablado sobre la muerte del Che. El único sobreviviente hoy día de la persecución, detención y muerte del argentino por las tropas bolivianas adiestradas por expertos de Estados Unidos, conocidos como los Rangers, es el Doctor Moisés Abraham Baptista, asentado en Puebla desde hace más de 50 años.

Abraham Baptista en 1967, era director del hospital Señor de Malta de Vallegrande, tenía el grado de subteniente y le ordenaron realizar la autopsia al cadáver.  

Sobre la muerte del Che Guevara han publicado libros los militares que estuvieron en el combate, los guerrilleros sobrevivientes, también los disidentes de las guerrillas, los historiadores y biógrafos del Che, los agentes de la CIA, Fidel Castro y los periodistas bolivianos.

Solamente faltaba de hablar el único médico sobreviviente y actor de los hechos, quien realizó la autopsia al Che y vivió de cerca esos días históricos en La Higuera y Vallegrande y conoció a quienes participaron.

En entrevista con Leticia Montagner y Raúl Torres Salmerón, en un libro inédito aún, titulado Yo Hice la Autopsia al Che Guevara, vale la pena reproducir lo expuesto por el médico en lo relativo al corte de manos del Che, como medida de identificación posterior a través de las huellas digitales, que expertos argentinos comprobaron días después y la realización de una mascarilla.

En el aniversario 54 de la muerte del Che, vale la pena reproducir lo expuesto por Abraham Baptista en ambos temas, contenido en el citado libro inédito, en el Capítulo 6, subcapítulos 4 y 5:

4.- El Corte de las Manos del Che Guevara.

El doctor Abraham hace una apasionada defensa de su actuación en el asunto del corte de las manos del Che Guevara. Con énfasis y agitando las manos, reflexiona:

“Algunos militares que no estuvieron en el lugar, dicen que el doctor Abraham le cortó las manos, pero no es cierto. El doctor Abraham pintó con tinta las muñecas donde Toto Quintanilla hacía el corte y lo fue dirigiendo. Por eso se menciona que fue un corte quirúrgico bien hecho.

“Dirigí al militar bajo mucha presión, era una orden militar y presidencial. Yo era subteniente. El general Arnaldo Saucedo Parada, quien me menciona en su libro No Disparen… soy el Che, debe tener la conciencia negra, y quiere limpiarla, por eso dice que fue el doctor Abraham.

“Fue Zenteno Anaya el que dio la orden de cortar las manos del Che. Era jefe de los Servicios de Inteligencia del Ministerio del Interior. También Toto Quintanilla fue quien dio la orden de cortarle las manos.

“El cadáver del Che tenía las manos apretadas y rígidas. Empezaba el rictus cadavérico. Luego ambas manos fueron depositadas en un frasco de vidrio con formol.

“El Presidente Barrientos quien estuvo en el lugar de los hechos, declaró posteriormente en La Paz que tenía los pulgares del Che, mismas que había cortado Toto Quintanilla. Y además dijo que el cuerpo del Che había sido incinerado.

“Cuando recibí la orden de incinerarlo, el doctor Abraham le respondió a los militares que el cuerpo no podía incinerarse tan rápido. Tardaría varias horas.

“Las manos del Che no las entregué a nadie. Las manos se quedaron ahí, las colocó Toto Quintanilla en un escritorio sobre un periódico, los militares al otro día desaparecieron el cadáver. “Hasta donde supe, las manos las tomó Toto Quintanilla y la mascarilla Félix Rodríguez y el capitán Mario Vargas”.

5.- La Mascarilla que se Hizo del Che Guevara.

El doctor Abraham abunda sobre un caso poco conocido. La realización de la mascarilla mortuoria del Che Guevara.

“En la noche después de que al Che Guevara todo mundo lo vio y de quitarlo del lavadero, entonces lo pasamos a un cuarto. Me ordenaron sacarle una mascarilla. No había el material adecuado. La hice con una venda de gasa de dentista. Era lo único que teníamos a la mano. Le puse vaselina en la cara.

“Yo nunca había hecho una mascarilla. No se fueron a comprar velas como aseguran algunos periodistas. La luz de poblado la quitaban por las noches a eso de las 8 de la noche. En todas las casas y oficinas siempre había buena cantidad de velas y quinqués.

“Al quitarle la mascarilla, el Che se veía calvo, sin barba. Se veía impresionante la cara y sin las manos. Solo la CIA tomó esas fotos.

“Resulta que a la mascarilla se le pegaron las cejas, pestañas, bigote y barba, también pedazos de piel. Los únicos que estuvieron presentes fueron Toto Quintanilla y Villoldo. Solamente se hizo una sola mascarilla”.

En fin, como escribió Santiago Vega o Washington Cucurto, (Argentina, 1971) en su poema El Hombre con Cara de Che:

Él se tatúa el Che en el hombro
cuando nadie se tatuaba nada
ni siquiera todos conocían al Che
cuando eso ocurría, él se lo tatuó
“¿por qué te tatuaste el Che?”, le preguntaba mi abuela
“eso hacen los hombres que salen de la cárcel”, decía ella
“¿y qué crees vos que es esta vida que vivimos, sino una gran cárcel?”

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Publicado en COLUMNAS
Martes, 15 Octubre 2019 07:50

El Che Guevara y su relación con Puebla

Columna | SIN LÍMITES

*El 9 de octubre se cumplieron 52 años de su asesinato en Vallegrande, Bolivia

Ernesto Guevara de la Serna, mejor conocido como el Che Guevara cumplió 52 de muerto el pasado 9 de octubre. Fue recordado en Puebla, la Ciudad de México, en Cuba, en Vallegrande, Bolivia, y en varias partes del mundo.

El Che renunció a la comodidad habanera para encontrar la muerte en Bolivia hace 52 años, el 9 de octubre de 1967.

Sobre la muerte del Che Guevara ya hablaron los militares que estuvieron en el combate a través de varios libros, ya hablaron los guerrilleros sobrevivientes, también los disidentes de las guerrillas, ya hablaron los historiadores y biógrafos del Che, ya hablaron los agentes de la CIA, ya habló Fidel Castro, ya hablaron los periodistas bolivianos.

Solamente faltaba que hablara el único médico sobreviviente y actor de los hechos, quien realizó la autopsia al Che y vivió de cerca esos días históricos en La Higuera y Vallegrande y conoció a quienes participaron, vivió de cerca el asunto de la maldición del Che. Este es su testimonio que aclara y da luz sobre la muerte del famoso guerrillero.

Un libro ya terminado e intitulado Yo Hice la Autopsia al Che Guevara…, aún inédito, escrito por Leticia Montagner García y Raúl Torres Salmerón, contiene una entrevista al médico boliviano, nacionalizado mexicano y residente en Puebla Capital desde hace casi 50 años, Moisés Abraham Baptista, quien realizó la autopsia al Che Guevara y habla por primera vez con lujo de detalles sobre el tema.

Durante 50 años, el doctor Abraham, nacido en Sucre, Bolivia, guardó silencio, documentos, fotos e información sobre la muerte de Ernesto Guevara, pues en 1967 era director del Hospital del Señor de Malta en Vallegrande.

También tiene en su poder la camisa que portaba el Che el día de su muerte. La conserva aún con huellas de sangre y agujeros de las balas que lo mataron.

En el libro, habla de las órdenes militares que se le dieron, las anécdotas, quienes fueron los participantes, el reconocimiento del cadáver, la inyección con formalina para conservar el cuerpo, la autopsia y los dos informes que se hicieron, el corte de las manos ante el rechazo de cortarle la cabeza, la realización de la mascarilla y todo lo que vivió.

El libro no ha salido a la luz pública debido a la falta de interés de algunas empresas editoriales.

LOS PARALELISMOS CON PUEBLA

Puebla aparece en algunas facetas de la vida del Che Guevara y se consignan con detalle en el libro.

El primero es la fecha del nacimiento del médico, el 18 de noviembre de 1939, día y mes en que inicia en Puebla la Revolución Mexicana en 1910.

El segundo es el escalamiento del Che al Volcán Popocatépetl, cuya cima está ubicada en el estado de Puebla.

El tercero es el contacto en la ahora CDMX, entre Fidel Castro y el Che Guevara en 1956, con el nieto de Antonio Vanegas Arroyo, impresor poblano, escritor e impulsor de Guadalupe Posada, el famoso creador de La Catrina, popular en los Días de Muertos.

El cuarto es el paso y estancia de Fidel Castro y el Che en la entonces Villa Juárez, hoy Xicotepec de Juárez, Puebla, donde en noviembre de 1956 el hotel Mi Ranchito fue declarado por Fidel Castro  cuartel general de operaciones del Movimiento Revolucionario 26 de Julio.

CELEBRACIÓN EN PUEBLA DEL CHE GUEVARA

En el Estado de Puebla, el único lugar que recordó al Che Guevara fue en Tecomatlán, donde la comunidad estudiantil de la Secundaria Técnica No. 16, el CBTA No. 110 Profesor Luis Córdova Reyes, la Normal Superior Mixteca Baja y el Instituto Tecnológico de Tecomatlán, escuelas adheridas a la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR),  realizaron una marcha para celebrar el día del guerrillero en memoria de  Ernesto Guevara de la Serna.

Aprovecharon para recordar también a los fenerianos caídos en la lucha hace un año, Berenice del Rosario Bonilla López, bailarina y declamadora y a Omar Abit Lugo, estudiante.

Recordaron a Manuel Hernández Pasión, quien fuera alcalde de Huitzilan de Serdán, Puebla, pero que en su juventud formó parte de la FNERRR.

Al finalizar la marcha, en el auditorio municipal Profesora Clara Córdova Morán, hubo un programa cultural. Asimismo, Miguel Ángel Pérez Alvarado, historiador e integrante del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales (CEMEES), expuso hechos destacables durante la vida del revolucionario Ernesto Guevara, así como del panorama actual de la juventud.

En fin, como escribió Antonio Machado (España, 1875-1936), en la Elegía a Don Francisco Giner de los Ríos:

¿Murió?  Sólo sabemos
que se nos fue por una senda clara
diciéndonos: Hacedme
un duelo de labores y esperanzas.
Sed buenos y no más, sed lo que he sido
entre vosotros: alma.
Vivid, la vida sigue,
los muertos mueren y las sombras pasan,
lleva quien deja y vive el que ha vivido.
¡Yunques, sonad; enmudeced, campanas!

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