Columna | P U L S O   P O L I T I C O

                Ante la ola de amenazas que algunos candidatos a diversos puestos de elección popular, han recibido de la delincuencia organizada, el gobernador del estado, Miguel Barbosa Huerta, afirmó ayer en su virtual conferencia de prensa, que el gobierno brindará garantías a los candidatos de todos los partidos que hayan sido amenazados o intimidados con actos violentos por la delincuencia, para lo que solo tienen que denunciar los hechos. No permitiremos que haya agresiones a los aspirantes a los diferentes puestos de elección popular. Toda denuncia será investigada y se castigará a los culpables sean quienes sean, Cwero impunidad, dijo el mandatario poblano.

                Expresó que la policía estatal y las municipales, en coordinación con los organismos federales encargados de brindar seguridad a los ciudadanos poblanos, actuarán de inmediato cuando se presente un acto de violencia o se denuncien amenazas. Estamos coordinados para actuar con mayor eficacia, señaló.

               EN VARIAS OCASIONES HEMOS MENCIONADO en este espacio, la descomposición que ha sufrido la política en nuestro país. Desde el inicio de la época del neoliberalismo con Salinas de Gortari, empezaron los problemas.

               Al ser sustituidos los altos y medianos funcionarios públicos por egresados de universidades extranjeras con títulos de doctorado, pero sin ninguna experiencia política y sin la sensibilidad necesaria para la atención de los problemas regionales y nacionales, el sistema burocrático empezó a ser más burocrático de lo normal y se incrementó la corrupción.

              Pero la debacle que nos ha llevado a la situación que actualmente vivimos, fue cuando el Partido Acción Nacional, introdujo en el año 2000, con Vicente Fox, como su candidato a la Presidencia de la República, la llamada “guerra sucia”, para lo que los panistas importaron de España a un experto en la materia, que dados los altos ingresos que aquí recibió, prolongó su estancia hasta la campaña de Felipe Calderón, ya con nacionalidad mexicana, faltaba más.

             La “guerra sucia” tomó carta de naturalización dado el éxito que alcanzó Fox, lanzando ataques a base de divulgar asuntos reales o inventados de los políticos adversarios, sobre su vida privada (por eso se conoce como guerra sucia) sobre su vida pública, exagerando en todos los casos a fin de acabar con el prestigio, grande o pequeño, de que el político opositor disfrutaba.

             El PRI, RESPONDIÓ EN LA MISMA FORMA, ATACANDO con base a rumores, a chismes. El objetivo era desprestigiar al adversario a como diera lugar.

             La política, una noble actividad que era ejercida por gentes con vocación o sin ella, pero con cierta decencia y procurando no herir susceptibilidades, se volvió una actividad totalmente desprestigiada, a la que llegaron oportunistas que vieron la posibilidad de injertarse con base en esa chismografía.

             Dentro de los grupos partidistas, principalmente del PRI que era el partido dominante en todo el país, había diferencias a veces graves, pero las luchas de los grupos en conflicto, se mantenían internamente sin trascender al gran público y lo que hacían los grupos prevalecientes, era congelar a los del grupo contrario por algún tiempo y después de arreglos internos, incorporarlos para participar de las mieles del poder y todo quedaba en anécdotas que se iban conociendo con el tiempo.

            YA CON LA “GUERRA SUCIA” BIEN CIMENTADA en nuestra vida política, vino la guerra contra el narcotráfico, de Felipe Calderón, panista también, que desató la violencia y la inseguridad en todo el país.

            Fue una guerra sin estrategia, sin cuerpos policíacos bien organizados y entrenados, pero con la participación masiva del Ejército Mexicano, entrenado para salvaguardar la soberanía nacional si alguna vez se veía amenazada.

            Los soldados y marinos, fueron llevados a ejercer un oficio, el de policías, que no conocían en lo absoluto y tuvimos durante ese segundo sexenio panista, un baño de sangre, un numero de desaparecidos, que no lo habíamos sufrido desde la Revolución de 1910. El pueblo en general, sufrió la sensación de inseguridad y de violencia en todo el territorio nacional.

            Ahora ya se sabe que el secretario de Seguridad Nacional, García Luna, era cómplice del cártel más importante y peligroso de México y que propició la guerra contra otros cárteles de la droga, para que el cártel al que él pertenecía, se quedara como dueño de la plaza, tanto de México como de los Estados Unidos. En 6 años de su gobierno, el señor Calderón, no tuvo conocimiento de nada.

           Por eso, porque los panistas no tienen conocimiento de nada, pues ellos viven en otro país, en otro mundo, por eso estamos como estamos: por eso vivimos en un clima de inseguridad y de violencia, en medio de políticos desbordadamente ambiciosos e ineficientes, en medio de guerras sucias entre los servidores públicos o aspirantes a serlo. Todo eso, no hay que olvidarlo, es producto de la ineficiencia, de gobiernos panistas que se encumbraron en el poder, con el cuento de que eran garantía de honestidad y eficacia, que es lo que menos han demostrado.

           Si se les deja otro sexenio, acaban con el país y todavía hubieran tenido el descaro, como lo tienen ahora, de erigirse como los que acabarán con el caos, que ellos mismos provocaron.           

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