Sábado, 18 Abril 2020 21:05

Balcanización de México

El termino federal (del latín foedus-oris: pacto o alianza) ha sido utilizado desde la antigüedad para referir a las alianzas forjadas entre los hombres y los pueblos con el objeto de alcanzar fines comunes y superiores. Al constituirse una federación, las metas sólo pueden alcanzarse estando el grupo unido. Así pues, el régimen federalista es una forma de estado.

El sistema federal fue adoptado por primera vez en México en la Constitución de 1824, que en su artículo 4o. señalaba que: La nación mexicana adopta para su gobierno la forma de república representativa popular federal, y el artículo subsecuente mencionaba a las partes integrantes de la Federación . Cabe recordar que el modelo de Estado federal fue copiado de la Constitución norteamericana.

El nombre oficial de nuestro país es Estados Unidos Mexicanos, aunque también se conoce como República Mexicana o México, está integrado por 32 entidades federativas. La Ciudad de México es la capital y sede de los tres poderes de gobierno (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), la superficie total del país es de 5,114,295 km2. La cifra del Producto Interno Bruto (PIB) en el cuarto trimestre de 2019 fue de 285.379 millones de euros, con lo que México se situó como la economía número 14 a nivel mundial. Evidentemente, cada estado hace su aportación, en diferente proporción, para contribuir al PIB. México, con unas enormes dimensiones geográficas, por no mencionar las múltiples realidades étnicas y culturales que conviven en su seno.

La Constitución Política, en su artículo 40, establece el carácter federal de la organización política mexicana y reconoce al federalismo como un arreglo institucional que se distingue por la división de poderes entre un gobierno federal y los gobiernos de los estados miembros. Las precisiones sobre las facultades y atribuciones del Congreso respecto del tema del federalismo se encuentran en el numeral 73. El artículo 124 constitucional señala que en el Estado mexicano los estados miembros tienen cierta área de atribuciones sobre la que pueden legislar en forma autónoma.

Observando la realidad, estamos lejos de ser un país homogéneo. Hay alta desigualdad regional, que se ha acentuado con los años, pero zanjar esas diferencias regionales está una de las mayores oportunidades de crecimiento para México.

No pasa desapercibido que desde hace años el norte de México quiere independizarse del resto del país; el encierro al que nos hemos visto obligados por la pandemia por todos conocida, ha exacerbado los ánimos al punto de retomar el tema.

La propuesta incluso ya ha sido bautizada como “Nortexit” con inspiración del “Brexit”, un proceso político en el que el Reino Unido salió de la Unión Europea. La división propuesta contempla la separación de ambas Baja Californias, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Durango, Nuevo León y Tamaulipas; aunque otros usuarios consideran que a la República del Norte deberían de integrarse los estados de Zacatecas, Nayarit, San Luis Potosí, Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato y Querétaro.

A su vez, el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, al proponer la discusión del Pacto Federal de Coordinación Fiscal, también comentó que la entidad que gobierna caiga en la descoordinación fiscal, equivalente a la independencia fiscal. Dicha figura consiste en cancelar las aportaciones tributarias a la Federación, y buscar otros recursos a través del producto interno bruto local y la activación de impuestos propios para reponer los recursos que dejarían de llegar por concepto de participaciones por parte de la Federación.

Por otro lado, comenta el maestro Alfredo Jalife que, desde hace dos décadas, la balcanización de México ha sido tema estratégico en Estados Unidos. En fechas recientes ha existido discriminación contra el sur del país, que padece una balcanización de facto frente al próspero norte que fue retribuido con el TLCAN, hoy rebautizado T-MEC. De facto existe ya una balcanización económica, puesto que los estados del norte tienen un crecimiento mayor de su PIB a partir de Querétaro hasta el norte de la frontera con EEUU.

En consecuencia, México vuelve a peligrar como en el siglo XVIII, cuando fue cercenada más de la mitad de su territorio desde California hasta Texas. Un reto más para el Presidente López Obrador, quién no acostumbra tomar decisiones bajo presión y menos si se trata de los grupos conservadores o de Gobernadores de otros partidos, que presionarán hasta el final.

Publicado en COLUMNAS

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