Sábado, 09 Junio 2018 09:41

¡Crisis del sistema político mexicano!

El Sistema Político Mexicano (SPM) se podría entender como el conjunto articulado de las prácticas y relaciones de poder efectivamente vigentes en una sociedad. Es el ámbito práctico de un gobierno, pues la parte formal estaría compuesta por las leyes y normas. Lo deseable es que tal sistema debería tender a un orden político resultante de la interrelación de sus elementos.

Sin embargo, es evidente que el sistema político mexicano se encuentra caracterizado actualmente por una profunda crisis, entendida, como un estado de inestabilidad causada por los conflictos existentes entre los actores que constituyen el conjunto de componentes del sistema político y entre esos componentes entre sí: el régimen político, y la comunidad política.

Situación que se ha marcado más en lo últimos días, puesto que el actuar de nuestras autoridades electorales (INE, TEPJF, FEPADE), se encuentran muy devaluado gracias a sus últimas resoluciones, que lejos de fortalecer los principio de certeza y legalidad para blindar el proceso electoral, las ha dejado con un déficit en cuanto a credibilidad y confianza a nivel nacional.

Aunado a lo anterior, al analizar los resultados que otorga el sistema político mexicano, se hace más enfática esta crisis, con plataformas electorales integradas por políticos de ocurrencia, (actores, cantantes, futbolistas), sin propuestas viables, sin calidad política y tan solo con retórica populista.

Por ello es penoso para un país con niveles de pobreza extrema como México, tener un costoso sistema electoral que otorga resultados muy bajos, que no se encuentran al nivel de lo que debería ofrecernos en base a los altos costos que devenga, 2,148 millones de pesos para los gastos de campaña de los nueve partidos; 42,963,332 pesos para el financiamiento de las candidaturas independientes; 24,215 millones de pesos para las actividades del INE.

Demasiado dinero para una Democracia disfuncional, el sistema político mexicano no da para más. Es necesario rehacer la forma como en México se hace política y de paso refundar también la ética y la moral de nuestros políticos porque la espiral del desgaste de nuestro sistema político es mucho más grave de lo que la mayoría de los mexicanos percibimos y además nos afecta a todos.

Esta crisis política, desde la perspectiva interna del sistema se manifiesta a través de un desarreglo político propiciado por las rupturas entre las diversas alianzas, acuerdos y pactos (que son el sostén del sistema) entre y al interior de las élites gobernantes y entre éstas y el resto de la comunidad política. Este desarreglo deriva en una pérdida de legitimidad del régimen político, entendida, ésta, como una actitud positiva y de apoyo al sistema y que supone un consenso activo. Pérdida que se hace evidente en la escasa representatividad o falta de correspondencia entre las demandas de la comunidad política y el conjunto de decisiones y acciones que lleva a cabo el régimen.

Y por si fuera poco, esta crisis nos está proporcionando un sistema político mexicano carente de identidad, ya no podemos saber cómo está integrado si por partidos de derecha, izquierda o centro, ya que lamentablemente como lo hemos podido observar, las ideologías políticas contrarias, se hacen convergentes cuando de alcanzar el poder se trata. Vemos simbiosis de izquierda y derecha que nunca imaginamos podrían darse.

Publicado en COLUMNAS

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