Columna | P u l s o    P o l i t i c o

      Hace unas semanas dimos a conocer que el estado de Puebla ocupaba ya el cuarto lugar, entre las 32 entidades del país, más pobres. Estaba en la lista de la que siempre han formado parte Chiapas, Oaxaca y Guerrero, y a la que se agregaba Puebla ocupando el cuarto sitio.

      Ayer, Cambio, dio a conocer datos del INEGI en nota de nuestro compañero Manuel Flores Jiménez, en la que se informa de la situación laboral de los poblanos.

      Los datos no son nada halagüeños, pues revelan que el 11.6 por ciento de la población económicamente activa, está desempleada, es decir, no percibe ningún ingreso. Son 324 mil personas que no trabajan y que representan al mismo número de familias que viven en pobreza extrema.

      Más de medio millón, 585 mil personas, el 21.6 por ciento de la población económicamente activa, sobrevive con un salario de poquito más de 80 pesos diarios, el salario mínimo.

     Novecientos diez y nueve mil poblanos, ganan entre 80.4 y 160.8 pesos diarios y solo 395 mil, el 14.6 por ciento, ganan entre 160.8 y 241.2 pesos al día.

     El alto porcentaje de desocupación y las salarios tan bajos que reciben quienes tienen empleo, ubican a la población entre pobres y clase media baja.

     Pero aun hay más. En el último reporte de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) en el primer trimestre de este año, se dice que la población económicamente activa, se elevó un dos por ciento del total de habitantes y pasó de los 2 millones 649 mil a los 2 millones 780 mil, es decir, 131 mil poblanos debieron incorporarse a alguna actividad económica, pero la generación de empleos ha sido nula en el primer trimestre del 2017 y los trabajos que se mantienen en la informalidad sumaron un millón 987 mil, que es la misma cifra del año anterior que representa el 73.3 por ciento de la población en la entidad.

      De la gente que trabaja un millón 751 mil son hombres y poco más de un millón son mujeres. Los porcentajes son 63.3 y 36.7 por ciento respectivamente.

       Estos datos responden a la pregunta que mucha gente se hace: ¿Por qué ese aumento de la delincuencia en una entidad que tradicionalmente ha gozado de tranquilidad? La respuesta salta a la vista. Son las malas políticas económicas gubernamentales, las que han llevado a todo el país y a Puebla desde luego, a la descomposición social que estamos viviendo.

      El neoliberalismo económico, ya está comprobado, hace más ricos a los ricos y empobrece a las clases medias y convierte a los pobres en miserables.

      Como el gobierno federal no hace caso de las voces de especialistas en la materia, para que haga cambios en la política económica que desde el gobierno de Salinas de Gortari fue impuesta en México por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, deben tomarse medidas a nivel de los gobiernos locales, estatales y municipales, para paliar la situación,

       El apoyo al campo es fundamental, sobre todo ahora en que nuestro país ha llegado a ser dependiente alimentario, pues tiene que importar alimentos básicos como maíz, frijol, arroz, huevo, leche y otros muchos productos indispensables para vivir.

       Mientras un pueblo no produzca lo que se come, siempre estará expuesto a contingencias que golpearán a la población más pobre.

       El asunto de los narcotraficantes, de los huachicoleros, de los delincuentes organizados o no organizados, es un asunto policiaco porque ha crecido tan exponencialmente, que hay necesidad de enfrentarlo, pero si no se toman medidas destinadas a resolver los graves problemas sociales que se derivan de esas malas políticas económicas que han empobrecido económica, cultural y educativamente a la población, no habrá remedio posible.

      Y si el gobierno federal no hace caso de esto, y sigue empeñado en seguir por el rumbo que le marcan los organismos económicos internacionales, los gobiernos locales deben hacer su trabajo a nivel estatal o municipal.

       Las grandes empresas transnacionales, como la Volkswagen, la Audi y otras, ayudan a una parte del desarrollo, pero el beneficio que reportan a la población en general, se queda  corto en relación con sus necesidades.

      Es urgente que Estado y municipios, impulsen la producción de alimentos tanto agrícolas como pecuarios. No cuesta mucho y se beneficia a un gran número de personas.

      Hay que impulsar las artesanías y desde luego el turismo, actividad en el que Puebla ya fue insertada, para seguir avanzando en ese rubro que promueve la creación de empleos en restaurantes, hoteles y otros servicios.

      No hay que esperarlo todo del gobierno y debe haber iniciativa ciudadana para resolver los problemas que nos agobian. 

      Como le informamos en este espacio, el pasado miércoles, a iniciativa del diputado Leobardo Soto, dirigente estatal de la CTM, se firmó un convenio de colaboración entre el Congreso local y las delegaciones de la Secretaría de Economía, de la Procuraduría General del Consumidor, de la Comisión del Trabajo, Competitividad y Previsión Social y medios de comunicación, para promover la denuncia ciudadana y proteger los derechos del consumidor.

        Si la situación general del país es sumamente difícil, los organismos del gobierno especializados en cuestiones económicas, deben hacer alianzas con agrupaciones sindicales y ciudadanas en general, para lograr el fortalecimiento económico y protección de la economía familiar, denunciando abusos y malas prácticas de malos comerciantes, en perjuicio de las familias menos favorecidas.

       En este convenio participan también organizaciones campesinas.

Publicado en COLUMNAS

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