Columna | P U L S O    P O L I T I C O

            “Nuestro tiempo ya pasó. Hay muchos jóvenes con preparación suficiente para hacerse cargo de la dirección del Partido Revolucionario Institucional. Los viejos podemos aportar nuestros conocimientos, nuestra experiencia en posiciones discretas dentro del partido, pero a las nuevas generaciones corresponde ya, hacerse cargo de la dirección a nivel local y federal”, dijo el ex gobernador Melquíades Morales Flores.

             Señaló que ya ha dicho y lo vuelve a repetir, que él no aspira a la dirigencia estatal, que él ha ocupado muchos cargos dentro de la organización partidista y en la administración pública y que eso le ha dado experiencia que mientras pueda la pondrá al servicio del PRI que ha sido el partido de toda su vida, pero sin protagonismos, pues se debe dar paso a los jóvenes que vienen empujando fuerte.

             Reconoció que los pleitos entre políticos, aunque sean de diferentes corrientes partidistas, no son deseables, toda vez que esos pleitos contribuyen a desprestigiar una actividad que es noble, a los partidos y a los propios políticos.

             Las autoridades en funciones, deben tener consideración a quienes en alguna forma han servido al Estado, a su municipio o al país. Todos ellos merecen consideración y respeto, como los políticos en receso, deben tener respeto a las autoridades y no estorbar su trabajo. Por el contrario, ayudar, apoyar en lo que puedan, solo así cambiaremos la imagen negativa que ahora se tiene de la política y de los políticos, expresó.

              Mañana se cumplirán cien años de la firma del Plan de Ayala, en Ayoxuxtla de Zapata, en el sur de la entidad poblana. Un pequeño pueblo que ha sido olvidado y del que las autoridades, solo se acuerdan en esta fecha.

               El 19 de septiembre de 2017, sufrió severos daños por el temblor. El museo de sitio que ahí existe, quedó totalmente destruido, lo mismo que la casa donde funciona a autoridad municipal auxiliar y muchos de los daños en las humildes viviendas de sus habitantes, no han sido reparadas y los propietarios no tienen posibilidades de hacerlo por su cuenta.

            Manuel A. Tapia, presidente de la Junta Auxiliar y Jorge Sánchez Torres, presidente del Comisariado Ejidal, vinieron a hablar con el gobernador Miguel Barbosa Huerta, para solicitarle su apoyo para el rescate del museo zapatista, que dicen, les da vergüenza mostrarlo a los escasos visitantes que llegan para realizar algún trabajo histórico.

             El gobernador se mostró muy bien dispuesto a ayudarlos y ellos esperan que esa ayuda, que ese apoyo, les llegue pronto. También requieren hacer la reconstrucción de la casa de la Junta Auxiliar y que el pueblo tenga otro aspecto, pues en él ocurrió, hace ya cien años, un hecho histórico de gran importancia para la nación: la firma del Plan de Ayala, que dio un vuelco a la política agraria en el país.

            El presidente de la Asociación de Empresas Constructoras Siglo XXI, Alfredo Vega Herrera, presentó al gobernador un proyecto ejecutivo para remodelar el zócalo y el museo de sitio de Zapata como parte de su política de ser una empresa responsable.

            Ese proyecto y otros que la mencionada Asociación ha realizado en otras comunidades de la entidad, no necesariamente deben realizarlo ellos, sino la empresa que sea escogida para tal objeto. Su objetivo es apoyar a los pequeños pueblos para su desarrollo.

            Se calcula que la realización del mencionado proyecto, tendrá un costo de entre 30 y 40 millones de pesos, pero ese proyecto será el inicio para detonar un proceso de mejoramiento en la vida de un pueblo histórico y propiciar la visita de quienes deseen conocer el lugar desde donde se cambió la historia de los campesinos del país, con la emisión de un documento firmado por uno de los más reconocidos héroes de la Revolución Mexicana.

          Los campesinos de Ayoxuxtla, dicen que van a hablar con el presidente López Obrador, para que si el proyecto se aprueba, intervengan los gobiernos federal, estatal y municipal.

           Mucho ruido se ha hecho, sobre todo en algunos de los medios de comunicación electrónicos, sobre el caso de la familia Lebaron, en el que muriern dos señoras y seis niños. Algo muy doloroso, indignante y cruel, sin lugar a dudas.

            Pero esos mismos medios, que han dado tanto revuelo a ese hecho, casi no han hablado nada de la muerte de una abuelita de más de 70 años, de su hija de cuarenta y de sus tres nietos de 14, 12 y 10 años, que fueron secuestrados en una colonia pobre de Acapulco, unos días después de que ocurrió la tragedia en el norte y dos días después fueron localizados muertos los cinco, en una fosa clandestina del puerto guerrerense.

                La familia se sostenía de un pequeño “estanquillo” que vendía cigarros y refrescos, básicamente. Sus vecinos han hecho manifestaciones en las calles de Acapulco exigiendo justicia.

                 Pero claro, ellos no pueden ir a la Casa Blanca, en Washigton para entrevistarse con el presidente Trump para pedirle que considere a los narcotraficantes y miembros del crimen organizado de México, como terroristas, para que Estados Unidos pueda intervenir militarmente en México. Los Lebaron son gringos-mexicanos, con todo respeto, y los prietitos de Acapulco, solo son mexicanos y eso hace la diferencia.

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