Martes, 09 Abril 2019 19:44

Zapata vive, la lucha sigue

Columna | P U L S O    P O L I T I C O

        Después de cien años de que fue asesinado en Chinameca, Mor., el líder revolucionario defensor de los campesinos, padre del agrarismo, sigue vivo en el recuerdo de las clases marginadas de este país, como ningún otro líder revolucionario de 1910. La razón es que su lucha, la más genuina, la más honesta, continúa siendo valida en la actualidad, después de un siglo de su muerte.

         Emiliano Zapata, que antes de la Revolución, trabajó como peón en haciendas del sur de Puebla, por el rumbo de Izúcar de Matamoros, no vio concretado el triunfo de su causa, que fue traicionada por quienes estaban obligados a continuarla.

         En Puebla se firmó el Plan de Ayala, en la población de Ayoxuxtla, perteneciente a la región de Chiautla de Tapia y también en la entidad poblana, el propio Zapata hizo el primer reparto de tierras en la población de Ayoxuxtla de Guerrero.

          En la manifestación que numerosas organizaciones agrarias llegadas de varios puntos del estado, que hizo un recorrido del Paseo Bravo al zócalo, por la avenida Reforma, se puso de manifiesto que son muchos los campesinos, principalmente del sur del país, que no solo viven en la pobreza, sino que continúan siendo explotados, perseguidos y marginados.

            Su situación ha empeorado en los últimos 30 años, con el sistema neoliberal impuesto por Carlos Salinas en el país, pues quitó todos los apoyos para la producción agrícola y ganadera. La producción de alimentos, ha sido sustituida por las importaciones: se importa maíz forrajero para el consumo humano, se importa frijol, arroz, soya, leche en polvo, en fin, los alimentos que son básicos en la dieta del mexicano común.

             Fueron retirados los apoyos al campo: ya no se da asistencia técnica, que de acuerdo con los tecnócratas, los propios campesinos tienen que pagar, como lo hacen los granjeros gringos; no hay impulso ni apoyo para los ganaderos productores de lácteos; sus tierras han sido entregadas a compañías extranjeras, interesadas en la explotación de minas; se cerraron las empresas del gobierno dedicadas a producir semillas mejoradas y fertilizantes.

             Zonas rurales importantes del país, están despobladas porque los campesinos, los pequeños ganaderos, se han visto obligados a emigrar hacia las ciudades o al extranjero, para emplearse como peones o a trabajar como vendedores ambulantes. De ser marginados en sus pueblos, pasan a ser marginados en las ciudades.

             Sus protestas no avanzan y si causan algún problema, son perseguidos como delincuentes.

             Si Zapata resucitara, volvería a tomar las armas para continuar su lucha.

             Hoy en Ayoxuxtla, se esperan los homenajes oficial y el de organizaciones como la Unión Campesina Democrática, que en esta fecha, siempre realiza una concentración de miles de hombres y mujeres del campo, para recordar al caudillo del agrarismo mexicano quien fue asesinado por órdenes de Venustiano Carranza, que lo consideraba un estorbo para la consolidación del gobierno que él encabezaba.

              En los medios políticos de Puebla, se lamenta mucho que continúen los pleitos en la cumbre de Morena, pues más que dañar a las figuras políticas que participan en estas desavenencias, dañan a un partido que habiendo entrado apenas en la escena política del país y haber recibido un gran apoyo popular, ya sufre una descomposición interna, que es precisamente la que están sufriendo los partidos tradicionales como el PRI, el PAN y el PRD, que parecen estar al borde de su desaparición.

                Un importante empresario poblano, ejecutivo de la empresa cementera Cruz Azul, que aspira a participar en política, pertenece al PRI y quiere ser, en el 2021 candidato de su partido para la diputación local del distrito XII, con cabecera en Amozoc, de quien le hablaremos en una próxima entrega, comentó a este respecto, que el problema de los morenistas, es que están sobrados de soberbia y tal vez tenga razón. O se curan o van a acabar con su partido más pronto que tarde.

              Le dijimos hace dos semanas en este espacio, que la lucha por la próxima gubernatura del estado, se decidirá entre Morena y el PRI, es decir, entre Luis Miguel Barbosa Huerta y Alberto Jiménez Merino, y así va a ser.

               La candidatura del doctor Enrique Cárdenas Sánchez, del PAN, PRD y MC, no prende porque los panistas de base, que han resurgido después de seis años de morenovallismo apabullante, que los desplazó del escenario político poblano, siguen enojados porque el candidato fue impuesto desde la ciudad de México, por el dirigente nacional Marko Cortés y los panistas morenovallistas que quedan, tampoco lo aceptan.

               Don Francisco Fraile, que fue un panista importante antes de Moreno Valle y que su figura se opacara terminado el gobierno de Felipe Calderón, ha vuelto para afirmar que es falso que los panistas no apoyen al candidato. Lo dice porque como diría el maestro Esteban González, “El Pachón”, en paz descanse, “Ha perdido la perspectiva de la realidad”.

Publicado en COLUMNAS

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