Columna | P U L S O    P O L I T I C O

               El 4 de septiembre de este año, la ciudad de Tepeaca cumplirá 499 años de haber sido fundada por Hernán Cortés. Fue cabecera del segundo municipio fundado en el país. Primero fue Veracruz, cuyo quinto centenario ya se cumplió.

              La secretaria de Cultura del ayuntamiento de dicha población, Elisa Carrillo, debe estar enterada de esto, nos dicen habitantes de ese lugar, pero no vemos que se haga nada, es decir, que haya preparativos para tal celebración o por lo menos no han sido anunciados.

              Hay quienes proponen la realización de eventos culturales, y otros, la celebración de una gran feria que recuerde este acontecimiento.

               Durante muchos años, Tepeaca fue un centro comercial de la mayor importancia en Puebla y en el país. Ahí se celebraba el “tianguis” más importante de Latinoamérica; ahí se surtían de verduras, legumbres y otros productos del campo, comerciantes de los mercados y centrales de abasto de ciudades como Puebla y México.

                Ese comercio decayó, después de la construcción de una central de abastos, cuyos espacios para los comerciantes fueron cotizados a muy elevado precio, que derrumbó todas las expectativas que autoridades y ciudadanos en general, tenían sobre la realización de esa obra.

              Los comerciantes que concurrían semana a semana a ese lugar, se distribuyeron en diversas poblaciones cercanas, que han tenido un crecimiento importante, como Huixcolotla y Tepexi de Rodríguez, a donde concurren productores poblanos y del sureste mexicano, para expender sus mercancías y medianos y grandes comerciantes de importantes ciudades y poblaciones de una gran parte del país, para surtirse de frutas, hortalizas y verduras, así como de animales para la producción de carne.

             Ojalá y las autoridades municipales del lugar, entiendan la importancia de organizar una celebración digna, para recordar el medio milenio de su ciudad, donde hay importantes edificaciones coloniales, entre ellas un convento franciscano del siglo XVI y la casa que habitó Cortés, el conquistador de México. Cuenta además con un niño Dios, conocido como el Niño Doctor, al que anualmente visitan miles de devotos de todo el país, en busca de un milagro. Los atractivos pues son muchos y un festejo en grande, podría ser redituable económicamente hablando, en beneficio de toda la población.

                El Partido del Trabajo (PT) que en las pasadas elecciones extraordinarias obtuvo más de 163 mil votos, el 10.67 por ciento de la votación total, tiene nuevo dirigente.

               Durante la campaña pasada, estuvodirigido por una mujer, Lizeth Sánchez, que le echó ganas y obtuvo una buena respuesta ciudadana.

                En la ceremonia de cambio de dirigencia, dijo que deja un partido unificado, con ideología firme de izquierda y con fuerza contundente.

                 Su sucesor Ernesto Villarreal, que es Comisionado Nacional del PT, para hacerse cargo de la dirección de ese partido en Puebla, además de elogiar el trabajo de Lizeth, ofreció poner su mayor empeño para continuar desarrollando a dicha institución política, que tiene en Puebla a uno de sus comités mejor organizados y de mayor eficiencia.

                Según afirmación de don David Contreras Silva, dirigente de la Red Nacional de Organizaciones de la Sociedad Civil, hay preocupación por lo que llama, falta de políticas públicas en el país.

                 Hace mención de las renuncias que ha habido en el gabinete de López Obrador, en tan solo siete meses de gobierno, la última, la del Secretario de Hacienda y Crédito Público, afirmando que eso ha provocado una “parálisis gubernamental”.

                  Lo raro es que la parálisis no se ve por ninguna parte: las escuelas, todo el sistema escolar, está de vacaciones; mucha gente de las grandes ciudades, aprovecha para viajar con sus hijos a destinos de playa o a ciudades coloniales como Puebla, Querétaro, Taxco , Guanajuato y otras. El comercio está activo, el peso está demostrando ser una moneda fuerte; se está reestructurando PEMEX, para sacar a esa empresa del Estado Mexicano, del hoyo en que la dejaron; se están recomponiendo las cosas en la Comisión Federal de Electricidad; se están atendiendo las necesidades de los hospitales y centros de salud para hacerlos más amplios y eficientes; se inició el combate a la inseguridad y a la criminalidad con la Guardia Nacional que fue desplegada hace unos días; en algunas entidades como Puebla, se están reorganizando para mejorar, los sistemas de procuración e impartición de justicia, para evitar la corrupción y la impunidad, en fin, como dijeran dos taxistas amigos nuestros, “Este presidente, sí está trabajando”.

               López Obrador, informa todos los días lo que hace; todos los días los reporteros le preguntan lo que quieren y él responde a todos. ¿Ocurría eso antes?

               Todos los días, los expertos, los especialistas, los editorialistas y columnistas, lo critican en programas de televisión y no pasa nada. Por el contrario, el responde que esa es la democracia, un sistema de libertad para criticar, para opinar, para oponerse o para elogiar (lo que antes era lo obligado) Las renuncias en el gabinete han sido de personas que o no se adaptan a la nuevas formas de trabajo o no están de acuerdo con lo que hace el gobernante, pero él desde el inicio afirmó: “Este es un cambio de sistema, no solo un cambio de gobierno”. Y los cambios de sistema son lentos, pero seguros. Como estaban las cosas, pudo ser un cambio violento que acabara con todo, para después empezar de cero. La Revolución de 1910, terminó en 1921 y la reconstrucción empezó en los años treinta.

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