Columna | P U L S O    P O L I T I C O

              Nunca se había visto en México, que una desnutrida oposición política a un presidente de la república, convocara a los cinco meses de haber asumido el poder el nuevo gobierno, a una manifestación de repudio, a ese gobierno, por considerarlo nefasto para el país.

              Aunque aparentemente los actos de repudio al gobierno de López Obrador, que se llevaron a cabo en la capital del país y en algunas otras ciudades de provincia, el domingo, son espontáneos, la realidad es que se nota a leguas que quienes hicieron la convocatoria, son personas pertenecientes al PAN y organizaciones de la derecha tradicional. En Guanajuato participó Vicente Fox, el ex presidente en cuyo gobierno se derrumbó el empleo, lo que hizo que la bandera de su sucesor, Felipe Calderón, durante su campaña, fuera la de llegar a ser “el presidente del empleo”, algo que no sucedió, por el contrario, fue el iniciador de la “guerra contra el narcotráfico” cuyas consecuencias estamos padeciendo con la inseguridad y el alto índice de criminalidad que padece el país.

                Calderón, pretende fundar un nuevo partido de derecha que sustituya al PAN y cuyo nombre será “México libre” y curiosamente en las manifestaciones de ayer, varios de los participantes de la capital de la república, cuya asistencia se calcula entre los 10 mil y los 15 mil, en una población de 20 millones, portaban carteles en los que se leía, que su lucha era por “un México Libre”.

              Pero bueno, “haiga sido como haiga sido”, lo cierto es que el repudio al gobierno lopezobradorista, fue de una cantidad de personas, que son representativas de grupos ostensiblemente minoritarios en un país de más de 120 millones de habitantes y contra un gobierno electo por más de 30 millones de ciudadanos.

               Pese a ello, el presidente López Obrador, en su entrevista mañanera de ayer, se congratuló de que hubiera esas manifestaciones de descontento: dijo que eso es la democracia, que es mejor que haya ciudadanos que decidan ir a la calle a protestar por lo que no les gusta, a que todos estén callados y sumisos, como antes ocurría, ante las acciones del gobierno, aunque esas acciones no gustaran a muchos.

               Invitó a esos grupos a que sigan manifestándose, a que luchen por ser un contrapeso a su gobierno, porque ahora sí pueden serlo. Antes, cuando había algún pronunciamiento contra acciones arbitrarias o corruptas, hasta los medios de comunicación se quedaban callados, ahora no, ahora dan el justo tratamiento a las protestas, sobre todo en las redes sociales que son, señaló, las que han venido a revolucionar la comunicación en nuestro país.

             El PAN en Puebla, quiere hacer creer, que las encuestas favorecen a su candidato a la gubernatura, el doctor Enrique Cárdenas Sánchez, pero las encuestas no son creíbles ya, ni en los Estados Unidos, donde en un tiempo, eran la biblia de los políticos y de los comerciantes e industriales.

              Todas las encuestadoras daban por ganadora, en las pasadas elecciones de el vecino país, a Hilary Clinton, la candidata demócrata y el triunfador resultó ser a última hora, Donald Trump, el candidato republicano.

               En un país como México, en el que hasta empresas encuestadoras se dejan corromper lo que digan o dejen de decir, no es importante. Lo importante es ver los actos de campaña de cada candidato: los más concurridos y donde se nota el mayor entusiasmo, es en los del candidato de Morena, Luis Miguel Barbosa Huerta.

               En la provincia poblana, el que ha tenido mayor penetración a últimas fechas, ha sido el candidato del PRI, Alberto Jiménez Merino y en la capital del Estado, hay una clase media alta y alta, que simpatiza por el candidato del PAN, aunque no concurra a sus mítines.

              Por cierto que Jiménez Merino dio una conferencia de prensa en el comité municipal de su partido en esta capital, para hablar de lo que hará, si llega a triunfar, para detener el feminicidio que ha ido al alta en la entidad.

                Falleció el periodista Jesús Enriquez, gran amigo nuestro, que fue reportero del Diario de Puebla, en los tiempos de don Julián Cacho y después dirigió al diario “La Palabra” ya desaparecido.

                Todos sus amigos coincidimos en que una de sus cualidades era su contagiosa alegría. Su simpatía y su don de gentes, lo hicieron ser un empleado eficaz en la delegación de la Secretaría de Relaciones Exteriores en Puebla. Siempre atento y dispuesto a servir, logró que se pudieran expedir pasaportes en tiempos record. Falleció la madrugada del viernes y fue cremado el domingo, 5 de mayo. Nuestro sincero pésame para sus familiares y amigos.

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