Columna | P U L S O   P O L I T I C O

          Los gobiernos surgidos del partido Morena, sean estatales o municipales, están obligados a respaldar la Cuarta Transformación en todos sus puntos.

          Desde el inicio de su gobierno el Presidente López Obrador se ha pronunciado y se sigue pronunciando, entre otras cosas, contra la corrupción y contra la represión.

          Entonces se ve mal, que un gobierno estatal pretenda colocar en un alto puesto de la administración local, a un personaje que siempre ha sido señalado por diversos organismos, como parte importante de un grupo de funcionarios de seguridad, que participaron en actos represivos, en gobiernos del pasado reciente. Ojalá y no se quiera imitar a esos gobiernos represivos, también en ignorar las opiniones de la ciudadanía e imponer su voluntad, porque eso sería un retroceso venido desde las mismas filas de Morena.

        LA DIRIGENCIA ESTATAL DEL PRI, A CARGO DEL licenciado Néstor Camarillo, reafirmó su apoyo a la dirigencia nacional priista, después de los acuerdos tomados en la sesión extraordinaria del Consejo Político Nacional, efectuado en la ciudad de México.

        Esos acuerdos incluyen, quien lo hubiera imaginado, imitar el sistema de selección de candidato a la Presidencia de la República, que tomó Morena y sus aliados: el de las encuestas y debates.

       También para los priistas se acabó el dedazo y la costumbre del “tapado”, que fue durante un siglo el sistema empleado por los gobiernos surgidos del tricolor, sistema totalmente antidemocrático, que permitía al presidente en turno, imponer a su sucesor.

        Este sistema de selección será para todo el grupo opositor, PRI, PAN, PRD y para los ciudadanos libres que quieran participar.

        El dirigente priista Néstor Camarillo, pasó a formar parte del Consejo Técnico Consultivo del que pomposamente se ha dado el nombre de Frente Amplio Opositor.

       POR CIERTO, NOS ENTERAMOS AYER QUE EL PRI, parte importante de ese Frente Amplio Opositor, se está deteriorando aceleradamente en su interior.

       Mientras en Puebla, su dirigente estatal anunció hace una semana los esfuerzos que se hacen para lograr su reconstrucción y fortalecimiento, en Hidalgo acaban de renunciar 32 presidentes municipales de origen priista a su militancia en ese partido; renunciaron además 51 síndicos municipales y regidores y 15 presidentes de comités municipales priistas: Como dijera un alto funcionario poblano hace varios años, “es el caos, es el caos”.

        Y no es para irse al PAN, júrelo, sino para pasarse a Morena. PRI, PAN y PRD, están enfrentando un debilitamiento constante y es que ninguno de los tres partidos de la “gran coalición opositora”, ha logrado implementar un proyecto de gobierno para ofrecer a la ciudadanía, algo diferente a lo que está, pero también distinto a lo que ellos hicieron en el pasado reciente, que fue lo que provocó la revolución pacífica, que llevó a Morena al poder. La alternativa hubiera sido una revolución violenta, pues las condiciones ya estaban dadas y muchos integrantes de la “gran coalición opositora” ya hubieran sido fusilados o estarían en el cómodo destierro en Estados Unidos o los países europeos, principalmente España, a donde llegan los perseguidos políticos latinoamericanos, partidarios de que regresen en América Latina, los usos y costumbres de cuando éramos colonia de ese país.    
           

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