Domingo, 05 Noviembre 2017 18:18

Se avecinan cambios en dirigencias políticas

Columna | P u l s o   P o l i t i c o

        Antes del puente de Todos Santos, hablamos en esta columna que solo se publicó en la edición electrónica de Cambio, porque la edición impresa ya no salió precisamente por el “puente”, de Paola Migoya Velázquez, aspirante a la candidatura de Morena para la presidencia municipal de Puebla y dijimos, para quienes no vieron la edición digital de nuestro diario, que si bien  doña Paola no ha ocupado puestos de elección popular, es una luchadora social permanente, no solo por la igualdad de género, sino por el respeto a los derechos humanos, contra la inseguridad, contra la impunidad, contra la corrupción, en fin, lo que la sociedad civil está demandando y parece que nadie le hace caso.

        Es una mujer capaz, abogada de profesión y con posgrados en diversas materias, que nació en Puebla, estudió en Puebla y si bien se ha desempeñado en puestos de asesoría en el gobierno federal y en el Senado de la República, su relación con la entidad ha sido muy estrecha.

        Está muy bien informada de los problemas del municipio capital del estado, que aspira gobernar y de los de la entidad en general.

        Tiene conocimiento de lo que está pasando y de la forma de mejorar las cosas. Es personalmente simpática, tiene carisma y habla con mucha franqueza. Por ejemplo, dice que la ciudad de Puebla siempre fue segura, hasta el gobierno de Mario Marín, después, todo se descompuso hasta vivir situaciones que nunca antes se habían vivido, en relación al número de asesinatos registrados en la entidad, de feminicidios, de robo de combustible, de secuestros, de amenazas y de todo lo que ya se vive diariamente en la capital y en ciudades y poblaciones del interior.

       Este fin de semana las cosas se descompusieron más de lo que ya estaban, al interior del Partido de la Revolución Democrática. Hemos comentado en este espacio, que el PAN y el PRD, que ideológicamente son adversarios y electoralmente han sido aliados, pasan por las crisis internas más graves de su historia.

      En el PRD hay la intención de cambiar a la dirigente estatal, doña Socorro Quezada Tiempo, por su cercanía con el casi seguro candidato de Morena, a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa, pero ahora que el grupo morenovallista pretendió hacerlo, parece que lo hizo mal y el problema ya se agravó.

      Para empezar, hay dos delegadas del comité nacional del PRD en Puebla: doña Dulce María Arias Atayde, que viene para apoyar a la dirigente Quezada Tiempo, en la preparación del trabajo electoral para el 2018 y doña Elma Guajardo Villareal, que trabaja con el grupo, corriente o tribu morenovallista, para hacer el cambio de dirigencia estatal, dejando al diputado local Carlos Martínez Amador, en lugar de doña Socorro.

      Ese cambio lo hicieron ayer en forma apresurada, como que les urgía: a las 9 horas, se anunció el desconocimiento de Quezada Tiempo como dirigente del perredismo poblano y a las 10 horas, en un lugar diferente, se nombró, muy democráticamente a don Carlos Martínez Amador como el nuevo dirigente estatal.

       Lógicamente que si ya había problemas al interior del partido del sol azteca, ahora esos problemas son mayúsculos, porque el nuevo presidente estatal y la corriente o grupo  que lo apoya procede del Partido Revolucionario Institucional.

       Y todo parece indicar, que el problema radica en que las coordinadoras nacionales, no se coordinan adecuadamente y sirven a intereses distintos.

       La división al interior del PRD, ha sido desde sus inicios hace poco más de un cuarto de siglo, pero estas divisiones se han agravado por el surgimiento de Morena, corriente de izquierda conformada por Andrés Manuel López Obrador, que fue ya dos veces candidato a la presidencia de la república, precisamente del PRD, pero que salió peleado con el grupo que ha mantenido el control perredista nacional, el de los Chuchos. Ahora las dos izquierdas, no se pueden ver.

       A propósito: la campaña contra el casi seguro candidato de Morena a la gubernatura del Estado, senador Luis Miguel Barbosa, tiene su origen dentro de las propias filas morenistas alentadas por panistas de la corriente morenovallista, según nos comentan.

       El presidente estatal de Morena, Gabriel Biestro, tuvo que salir a desenmascarar al membrete que dice luchar contra las imposiciones dentro de ese partido, afirmando que ni son miembros de Morena, ni nunca se les ha visto en las actividades partidistas.

       La oposición a la candidatura de Barbosa Huerta, es más de políticos de otros partidos que le tienen miedo, nos dijo un partidario del senador, “que de quienes hemos venido luchando por un mejor país desde partidos progresistas”.

      El rumor de que el ex diputado federal Javier López Zavala, puede ser el próximo dirigente estatal del PRI, ha revelado que muchos priistas de la base lo apoyan, sobre todo del interior del estado, donde el ex secretario de Gobernación del gobierno del licenciado Mario Marín, no ha perdido presencia.

       López Zavala ha mantenido la estructura que formó cuando fue candidato a la gubernatura y siegue en comunicación con su gente. Quienes lo daban como políticamente muerto, ya empiezan a reconsiderar su opinión y es que en política, hasta los muertos llegan a resucitar.

Publicado en COLUMNAS

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