Martes, 03 Septiembre 2019 17:34

El PAN en Puebla, vive un drama

Columna | P U L S O    P O L I T I C O

            Acción Nacional es un partido que en Puebla, vive un terrible drama, producto de su incongruencia. El PAN nació el 15 de septiembre de 1939 en la ciudad de México y los primeros estados donde tuvo presencia, fue en los estados del Bajío (Jalisco, Guanajuato, una parte de Michoacán, Querétaro y algunos otros) En los años cincuenta tuvo presencia en Chihuahua y algo en Nuevo León.

              En Puebla nació con un retraso de varios años, pese a que siempre se ha creído en el país, que los poblanos son gente conservadora y muy apegada a la religión católica, y entonces, se tenía al PAN como el partido político que pretendía que la sociedad mexicana fuera orientada políticamente por la jerarquía eclesiástica y que en las escuelas públicas se impartiera como materia obligatoria, el catecismo en la primaria y la historia sagrada en la educación media. El modelo a seguir, era la España de Francisco Franco.

                Craso error: Es cierto que en Puebla-capital, había un sector conservador, dueño del capital, apegado a la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, pero también hay un sector liberal y que en la provincia, sobre todo en la sierra norte y en la región mixteca del sur, es el predominante.

                Al PAN en Puebla, lo fundaron: el arquitecto Marcos Mastretta, poblano y el ingeniero Luis Hinojosa, michoacano y tío de quien llegó a la Presidencia de la República, Felipe Calderón Hinojosa.

               Los conservadores poblanos, educados en los prestigiados colegios católicos de esta capital, no corrieron a inscribirse como militantes de Acción Nacional. Se mostraron reacios a participar en política y aunque algunos llegaron a ayudar económicamente al PAN y a sus candidatos a diputados y senadores, seguían simpatizando con el PRI, partido que no se metía en cuestiones de ideología religiosa, los dejaba ser lo que quisieran, siempre y cuando no crearan conflictos sociales.

             El arzobispo Octaviano Márquez y Toriz, era un “guerrero de la fe”. A través de sus huestes, los Caballeros de Colón, principalmente, buscó y obtuvo el control de la Universidad Autónoma de Puebla, y en 1960, cuando un nutrido grupo de maestros y estudiantes de la UAP, quisieron sacudirse el yugo de los conservadores, declaró la guerra abierta contra los liberales a los que llamó “comunistas” nombre que tenía connotaciones de “enemigo de la Iglesia Católica”, enemigo de la civilización occidental cristiana, enemigo de la familia, propagador el ateísmo, etc.

              Todos los grupos liberales de Puebla, maestros del SNTE, logias masónicas, profesionistas, centrales obreras, etc., se unieron a los universitarios progresistas que pedían una reforma universitaria, pues sentían que quienes tenían el control de la institución de Educación Superior en la entidad, impedían su desarrollo, frenaban el libre pensamiento, la libertad de cátedra y el crecimiento de la propia universidad.

              Fue un movimiento que rebasó las fronteras del Estado y la gran mayoría de las universidades del país, brindaron su apoyo a los universitarios poblanos mediante desplegados en los diarios nacionales exigiendo la salida de los conservadores que mantenían el control, a través de un Consejo de Honor, que hacía y decidía a su antojo en el recinto universitario.

              La guerra de don Octaviano fue larga y dura: Se recuerda una manifestación católica convocada por él, que logró reunir a 100 mil personas que llenaron por completo el atrio de la catedral, el zócalo y calles adyacentes.

               Internamente gano el movimiento liberal y su primer rector, el químico Sergio Flores, en 1972, se dijo abiertamente militante del Partido Comunista de México. Las luchas siguieron, pues se perdió la estabilidad política, disminuyó la economía y la sociedad quedó confrontada, pero fue el inicio de una nueva era en la historia de Puebla, que no volvería a ser la misma.

             La derecha creó su propia universidad, la UPAEP, y eso calmó las cosas al interior de la UAP.

             A pesar de eso, el PAN no creció y no ha crecido hasta la fecha.

              A estas alturas, siendo ya un partido ochentón, de 217 municipios poblanos, no tiene ninguna presencia en 95 y en los que ya tienen comité municipal, según informes de ayer, muchos están confrontados y no logran la unidad.

             Sin embargo, la dirigente estatal, afirma que todo va viento en popa, pese a que el candidato perdedor en el municipio capital del estado, está pidiendo la anulación del proceso, porque afirma que le hicieron fraude.

             Doña Genoveva, (la dirigente estatal) habla de plena unidad y de la fortaleza de su partido que espera ganar en el 2021 la presidencia municipal de la ciudad de Puebla. Pero se dice que se está buscando que en la candidatura repita don Enrique Cárdenas o el ex gobernador Antonio Gali, ninguno de ellos militante panista, y es que el PAN, carece de gente, a sus 80 años, con oficio político, con sensibilidad social, para aspirar con éxito a cualquier puesto de elección popular. Ah pero eso sí, se ostenta como un pésimo crítico de gobiernos no panistas y se olvida de que en Puebla, el primer gobierno estatal surgido de su partido, aunque formado por expriístas, está calificado por la ciudadanía, como uno de los peores de los últimos tiempos, que dejó endeudado al estado con 44 mil millones de pesos.

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