Columna | P U L S O   P O L I T I C O

            El gobierno del Estado tendrá un presupuesto para el ejercicio del 2021, superior a los 90 mil millones de pesos. Mil quinientos millones más que el presupuesto manejado en este año, pero de nada servirá ese aumento, pues la deuda dejada por el gobierno del fallecido ex gobernante panista Rafael Moreno Valle Rosas, fue muy superior a los pequeños adeudos que dejaban al término de sus gestiones, los gobiernos priístas, y el gobierno actual tendrá que afrontar ese problema con pagos superiores a los 3 mil millones de pesos anuales.

          La deuda dejada por el gobierno panista, no se termina en dos, tres o diez años. Es una deuda que tendrá que ir pagando el pueblo a través de los gobiernos estatales de los treinta años próximos. Así de terrible es la cosa.

          Pero lo peor es que el dinero gastado en un sexenio en obras de relumbrón, no reportaron ni reportarán ningún beneficio social. Como dijo el experto canadiense en construcción de ciclopistas cuando preguntó sobre el costo que habían tenido esas obras que debieron hacerse a ras de tierra y no en las alturas: “Fue un dinero tirado a la basura”. Como fueron dinero tirado a la basura el que se gastó (siete mil millones de pesos) en el museo del Barroco: en el Centro Integral de Servicios (más de 3 mil millones) cuyo mantenimiento también es millonario; en la rueda de la fortuna, más de 200 millones; en el teleférico, en fin, en muchas otras cosas sin ninguna repercusión benéfica para la sociedad.

          El grueso del presupuesto de el año próximo, lo absorberán, 45 por ciento del total, los renglones de educación y salud, es decir, dos sectores de la administración pública de suma importancia para el desarrollo real de los poblanos.

          Otra noticia importante que dio a conocer ayer el gobernador Miguel Barbosa Huerta, es la sustitución de las juntas locales de conciliación y arbitraje por Centros de Justicia Laboral, que ya no dependerán del Ejecutivo, sino del Poder Judicial del Estado, es decir, del Tribunal Superior de Justicia, pues los asuntos que se ventilan en esas instancias, son de justicia, pues se trata de la relación entre trabajadores y patrones, aunque se trate de empleados de gobiernos estatales o municipales.

          El que la Junta de Conciliación y Arbitraje dependiera del Ejecutivo y no del TSJ, hizo que los más de diez mil empleados del gobierno estatal despedidos sin ninguna consideración y sin ninguna de las prestaciones que señala la ley en la era panista, ni siquiera pudieran contar con el apoyo de las autoridades que supuestamente deberían defender sus derechos.

           Se acelerará el trabajo para terminar cuanto antes con el enorme rezago que hay en la Junta de Conciliación (más de treinta mil expedientes sin resolver) y para la reforma del sistema de justicia laboral, se contará con un presupuesto de 100 millones de pesos.

           MUY BUENA IDEA LA DE DESIGNAR al gobernador morenista Barbosa Huerta, al senador Alejandro Armenta y al diputado federal Ignacio Mier, como consejeros de la dirigencia del partido en el poder en Puebla.

          Se trata de tres elementos con gran experiencia en las lides políticas nacionales y locales, con sensibilidad social, con capacidad de diálogo y que durante toda su carrera en la política local, se han distinguido por su permanente contacto con las bases.

          Los tres han sido dirigentes de comités estatales de los partidos a los que pertenecieron: PRD y PRI y en esos cargos tuvieron excelentes logros; los tres han ocupado en diferentes ocasiones puestos de elección popular y los tres han ocupado puestos administrativos. Eso permitirá que Morena pueda salir exitosamente en las elecciones próximas con mayor facilidad. Garantiza que el partido en el poder escogerá a sus mejores elementos para ocupar las candidaturas en juego en las elecciones próximas.

               EN EL CASO DEL PRI, SUS DIRIGENTES locales deben entender que su papel no es el de andar criticando al nuevo gobierno, con eso no van a ganar nada. Es necesario que se avoquen a reunificar a su partido, que nunca había estado tan dividido como ahora; que reorganicen a sus comités municipales es bueno, como base para reorganizar a la mayor velocidad posible, sus comités seccionales y que procuren atraerse a importantes personajes que han ocupado puestos de elección popular y en la administración pública y que tuvieron un buen desempeño. Hay muchos y están ahora alejados del Revolucionario Institucional.

               El PRI fue por temporadas, el único partido que impartía cursos a sus militantes, sobre su ideología nacionalista y revolucionaria; fue el único que arropaba a jóvenes inteligentes y preparados, para irlos encaminando a ocupar puestos de elección popular, pero con entrenamiento previo y ha sido el único que contaba con un equipo de delegados regionales verdaderamente expertos en movilizar gente, en organizarla para llevar al triunfo a sus candidatos. Los actuales dirigentes son nuevos en todo. Son poco conocidos y poco experimentados, deben dejarse guiar por los viejos lobos de mar, ahora olvidados hasta por sus propios compañeros.

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