Domingo, 15 Enero 2017 19:26

El último informe de RMV

Columna | P u l s o   P o l i t i c o
  
    Ayer en la nueva ciudad Audi, que aun no está habitada, el gobernador Rafael Moreno Valle, después de haber entregado su sexto y último informe por escrito al Congreso local, dirigió un mensaje a la ciudadanía, en la que el tema central fue que “el cambio en México es posible y en Puebla, ya comenzó”.

    Fue un mensaje breve que el mandatario pronunció con voz firme, ademanes bien estudiados y ante un auditorio que interrumpía con aplausos el discurso cada dos minutos.

    Estuvieron representantes de diversas organizaciones sociales, iglesias, presidentes municipales y autoridades de algunas universidades públicas y privadas.

    Asistieron once gobernadores, principalmente perredistas y panistas como el de la ciudad de México, de los estados de Tabasco, Morelos, Durango, Baja California y otros. Estuvo el dirigente nacional del PAN, la secretaria de Sedatu, Rosario Robles, quien representó al presidente de la república.

    El gobernador tuvo como invitados especiales a un señor que fue salvado de morir de un infarto por los servicios de salud oficiales; a una estudiante de Ciudad Serdán, que fue impulsada por su gobierno por sus buenas calificaciones y ahora es una profesionista exitosa y a un agricultor de la sierra norte, que gracias al moto-tractor que recibió, le cambió la vida y ahora produce más y mejor.

   Al final de su discurso pronunció la frase que fue lema desde su campaña electoral: “Vendrán tiempos mejores”. Bajó del pódium y se despidió de mano de muchos de los presentes.

   Mientras tanto, en el centro de la capital del estado, contingentes de diversas agrupaciones políticas y sociales, se concentraban en el Paseo Bravo para realizar una manifestación hacia el zócalo por toda la avenida reforma.

    Había estudiantes de la BUAP, de la IBERO, de la UDLA, vendedores ambulantes, muchos burócratas que fueron despedidos en este gobierno, maestros, etc., que protestaron contra el gobierno local y contra el gasolinazo.

    La marcha fue de varios miles de personas, pues ya estaban entrando al zócalo a las 15 horas y todavía los contingentes seguían llegando por la avenida Reforma.

    Muchos de los carteles y mantas que portaban, denunciaban atentados contra los derechos humanos, intolerancia para los opositores y falta de respeto a quienes opinaban diferente al pensamiento oficial.

     Contradecían lo que el mandatario poblano había dicho en su mensaje a la ciudadanía: que la democracia en México, debía continuar con su respeto a los derechos humanos, a las diversas opiniones políticas, con la tolerancia para quienes no concuerden con las autoridades, porque violar esos principios es lo que ha provocado el rechazo de la ciudadanía a los políticos, a los gobiernos y a los partidos, señaló el mandatario.

    La manifestación se desarrolló sin incidentes y se disolvió después de que varios oradores pronunciaron discursos contra el gobierno local y federal.

    Es cierto que dentro de cinco días, la historia cambiará para México, pero también para el resto del mundo. La llegada a la presidencia de los Estados Unidos, de un empresario sin oficio político, pone en peligro la paz interna de los Estados Unidos y la paz mundial.

     El señor llega con la idea de que lo puede todo y ya se está enfrentando al rechazo de grandes e importes sectores de la sociedad norteamericana, al rechazo de China, país al que Trump, le ha dado órdenes de dar un viraje financiero y enciende los ánimos de los chinos al afirmar que reconocerá la independencia de la isla de Taiwan.

    Respecto a México, insiste en construir el muro, afirmando que México lo pagara de una u otra forma.

     Políticos de la nación vecina, demócratas y republicanos, están preocupados por las actitudes de su ya casi presidente. Es un Vicente Fox, pero con un poder económico y militar, inmenso, que si no lo frenan de adentro (muchos confían en el senado norteamericano aunque tenga mayoría republicana) puede provocar una catástrofe mundial.

    Si no fuera a gobernar a la nación más poderosa del orbe, pasaría exactamente como Fox, un personaje folklórico.

    En México ya se están tomando medidas para enfrentar una situación adversa con los Estados Unidos. Hay nuevo titular de Relaciones Exteriores y nuevo embajador (es experto en libre comercio)

    Un funcionario gringo, en declaraciones publicadas por el diario español El País, dice que México depende de Estados Unidos, pero también Estados Unidos depende de México. Nuestro país, señala el funcionario, es el mejor cliente de la Unión Americana y su mejor aliado.

    “Cada vez que el señor Trump se lanza contra México, a mi me preocupa mucho, porque no sabe de nuestra mutua dependencia”.

    Es posible que la realidad ubique al desatado presidente electo, pero también es posible que no. Fox reconoció hace poco, cuando ya solo es presidente de su rancho de Guanajuato, que cometió muchos errores, por haber creído que manejar una empresa y manejar un país, eran lo mismo.

Publicado en COLUMNAS

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