Columna | P U L S O   P O L I T I C O

             Es un hecho que después de analizar el resultado de las elecciones del pasado 6 de junio, los partidos políticos, si tienen dirigentes inteligentes emprenderán reformas para fortalecer o crear, pues varios ni eso tienen, su estructura, su organización, y si sus dirigentes carecen de inteligencia y decisión y no hacen nada,  acelerarán su derrumbe total, como ya lo está logrando el PRD.

            Morena obtuvo de 16 millones 760 mil votos; el PAN tuvo 8 millones 969 mil votos; el PRI logró 8 millones 715 mil votos y el PRD, un millón 792 mil votos, es decir que el porcentaje obtenido por el partido en el poder y los partidos opositores que  formaron una alianza electoral para derrotar a Morena, obtuvieron: el 34.13 por ciento de los votos totales, Morena; el 18.26 por cieto el PAN; y el 3.65 por ciento el PRD, que por muy poco, menos de un punto porcentual y pierde su registro.

            El caso más dramático es el del Partido Revolucionario Institucional, que fue el que gobernó a este país por casi 80 años en forma total, desde presidencias auxiliares, pasando por ayuntamientos, diputados federales y locales, gobernadores, senadores y que tuvo la organización partidista mejor lograda no solo en México, sino en América Latina, Ahora está en la lona y con dirigentes nacionales y locales, sin experiencia, sin oficio político, sin sensibilidad social, que han sido incapaces de cambiar su imagen, de dar un giro a las políticas que les fueron impuestas por el neoliberalismo que se apoderó del tricolor y que lo hizo como quiso, al grado de casi demoler a su sector principal que era la CNOP, el que agrupaba a las clases medias, el que tenía mayor preparación política, de donde salían el mayor número de candidatos a los puestos de elección popular y a puestos administrativos en los tres niveles de gobierno.

           La tecnocracia priísta, rompió con el proyecto de la Revolución Mexicana al acatar las políticas económicas del neoliberalismo surgido en Estados Unidos e Inglaterra y provocó el enojo del sector obrero, otro de los pilares del priísmo nacionalista y revolucionario.

          El sector campesino siguió existiendo, pues aun cuando en el discurso era el preferido, en los hechos resultó ser el menos beneficiado de los gobiernos revolucionarios, salvo excepciones. Era el mayor aportador de votos para el priísmo y el que menos beneficios recibía.

          Ahora, en su caída, resulta ser aliado de su más feroz adversario, el sector conservador o derechista de la población; el que fundo al Partido Acción Nacional para enfrentar al cardenismo que ellos siempre confundieron con el comunismo; financió la creación de la Unión Nacional Sinarquista, para lo mismo.

          El priísmo tecnocrático de Salinas, propició la llegada de Vicente Fox y de Felipe Calderón, que por su falta de oficio político (el mismo Fox, declaró en una entrevista, que en los primeros dos años de su gobierno, pretendió gobernar al país como su fuera una empresa privada) y Felipe Calderón era tan ineficiente que nombró secretario de Seguridad Nacional a un cómplice del principal cártel delincuencial del país, lo que provocó la inseguridad y los altísimos índices de criminalidad en que todavía nos encontramos. Los dos gobiernos panistas fueron desastrosos y el último gobierno priísta, ni se diga.

          Eso es lo que está pagando el PRI. El pueblo lo castiga negándole su voto y los priístas no reaccionan positivamente. Salvo algunas declaraciones, los priístas de abolengo, de prestigio, se han ocultado a la opinión pública.

         EL PARTIDO VERDE, QUE ANDA COMO saltinbanque, dando saltos del PRI, al PAN y ahora a Morena, obtuvo el 5.44 por ciento de la votación y el PT, está como el PRD, al borde de la extinción. El partido Movimiento Ciudadano, que se negó a participar en alianzas, que se lanzó solo a la contienda obtuvo 3 millones450 mil votos o sea el 7.03 de la votación, con dos gubernaturas importantes en su poder, la de Jalisco, que ya tenía y la de Nuevo León que ganó en esta elección.

        Aquí en Puebla, el PRI perdió poco menos de la mitad de los ayuntamientos que gobierna y su presencia en el Congreso local, es mínima.

        SI NO HAY UNA VERDADERA REESTRUCTURACION DE todos los partidos, incluyendo Morena. Si los dirigentes siguen pensando que su trabajo se concreta a la época de elecciones y no atienden las necesidades básicas de un partido político, como son: tener identidad ideológica, tener estructura básica en capitales estatales y municipios, si no tienen organizados a sus militantes, si no los capacitan para la actividad política, proponemos que todos juntos vayan al municipio de Juan C. Bonilla y se lancen de cabeza al socavón que ahí ha surgido para recibirlos.

        La política en México y Puebla no es la excepción, está pasando por una crisis sumamente peligrosa y los líderes que surjan como producto de esta crisis, deben estar conscientes de que la existencia de partidos fuertes, aguerridos y bien constituidos, es una necesidad imperiosa para llegar a ser un país, un estado democrático, preocupado por el bienestar de todos sus habitantes, para vivir en un ambiente de paz, tranquilidad y trabajo.

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