Martes, 29 Noviembre 2022 21:25

El país de un solo hombre

Columna | P U L S O   P O L I T I C O

         ¿Cómo va México a ser un país democrático, como va a dejar de ser el país de un solo hombre, si carece de partidos políticos democráticos, unidos, bien estructurados y organizados para luchar por el poder? Ninguno de los membretes que se ostentan como partidos, lo es realmente, ni Morena que está en el poder.

          Han cumplido en el papel, los requisitos que la ley exige, para contar con el registro de la Secretaría de Gobernación como partidos, pero la realidad es la realidad: han perdido su ideología, carecen de estructura básica, consecuentemente no tienen organización y para acabarla de completar, por esa falta de unidad ideológica, por esa falta de estructura y de organización, todos están divididos, tienen pleitos internos que a sus miembros, los convierten en enemigos personales y sus pleitos son por las candidaturas para los diferentes puestos de elección popular.

          Al PRI un presidente de la República, Carlos Salinas, le cambió en forma soterrada, su ideología liberal, su política social basada en la atención de las necesidades de los campesinos, de los obreros y de las clases medias populares, su declaración de principios y su programa de acción. Durante los 30 años de neoliberalismo, el PRI, dejo de ser PRI y se convirtió en un partido de derecha, aunque amplios sectores del priismo, que ahora se han separado de ese partido, siguen añorando al partido surgido de la Revolución de 1910, que en los años treinta y cuarenta, impulsó la modernización de este país y por un tiempo, lo convirtió en ejemplo para Latinoamérica.

            EL PAN, ES Y HA SIDO SIEMPRE UN PARTIDO DE derecha, que en un principio se asumió como defensor de la religión católica, la religión mayoritaria en este país. Su fundador, Manuel Gómez Morín, uno de los más destacados intelectuales del siglo XX en México, dijo en 1939, cuando fue fundado ese partido, el 15 de septiembre de ese año, que los partidos deberían ser escuelas de política.

          VICENTE LOMBARDO TOLEDANO, OTRO DE LOS grandes intelectuales del siglo XX y compañero de banca en la UNAM de Gómez Morín, fundó el Partido Popular, después llamado Popular Socialista.

          Lombardo era un líder de la izquierda reconocido internacionalmente. Su partido fue dotado de un diario que se distribuía gratuitamente en el Distrito Federal y tuvo una universidad destinada a capacitar a los obreros para la lucha política con ideología socialista.

           Acción Nacional, con Gómez Morín, tuvo una magnífica revista llamada “La Nación”, que no solo informaba de las actividades de ese partido, sino que tenía una amplia sección de crítica política, sección de deportes, cine y cultura en general. Se publicaba semanalmente y la leían no solo los panistas, sino muchos ciudadanos sin partido o incluso de otros partidos.

          En ella empezó a trabajar, como reportero, aunque no era miembro del PAN, Manuel Buendía, el periodista que siendo columnista del diario Excelsior de la capital del país, fue asesinado convirtiéndose en un héroe. Los autores materiales del hecho, fueron aprehendidos, pero no los intelectuales, que pudieron ser extranjeros, pues Buendía escribió libros sobre las actividades de la CIA en México y sobre PEMEX, informando de los abusos que se cometían en esa empresa entre personajes nacionales y extranjeros.

        La afirmación de Gómez Morín, de que los partidos debían ser escuelas de política, solo la siguieron el PPS, con su universidad obrera y con la publicación de su diario “El Socialista”, que llegaba a todas las casas de sus militantes de la ciudad de México; el PRI, que con frecuencia organizaba en los estados, cursos sobre historia de México, que incluía con amplitud la historia de la Revolución de 1910 de la que surgió el Revolucionario Institucional.

         Muchos diputados, senadores y funcionarios priistas, hicieron esos cursos, que tenían una duración de tres meses y de los que se repetían dos o tres veces al año. Por lo que respecta al PAN, nunca hemos sabido de qué haya organizado una cosa semejante, pero en general su militancia, proviene de las escuelas o colegios confesionales, como en los casos de Puebla, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, donde ese tipo de instituciones educativas, abundan en las medianas y grandes ciudades de esos estados. No así en los estados como Oaxaca, Guerrero, Tabasco, Chiapas, Campeche, donde hasta hace muy poco eran inexistentes y donde el PAN solo es conocido en algunas ciudades o regiones.

            RESPECTO AL PRD, EL PARTIDO QUE DURANTE varios años fue el representante de la izquierda en México, la educación política la reciben sus militantes a través de conferencias o discusiones y debates que se organizan o se organizaban regularmente,

           El partido de la Revolución Democrática fue fundado por la corriente progresista del PRI, que abandonó ese partido en plena época neoliberal, como protesta por el abandono de la ideología y programas sociales de la Revolución.

          Cárdenas fue el primer candidato perredista a la Presidencia, antes de que “Los Chuchos” se apoderaran de ese partido y lo llevaran a su actual situación de casi extinción. El surgimiento de Morena, creado por López Obrador, que fue dirigente perredista, fue la puntilla que tiene al PRD a punto de desaparecer.

       MORENA SURGIO DE UN MOVIMIENTO POPULAR AL que concurrieron gentes de todas las tendencias políticas del país, principalmente de la izquierda progresista y el PRD se pasó casi en masa a la nueva agrupación partidaria.

        Con la figura de López Obrador, Morena creció enormemente, pero aunque está en el poder y sus triunfos en los estados han sido constantes e importantes, carece de estructura; su ideología es prácticamente desconocida, pues se concreta a la Cuarta Transformación, que nadie explica con detalle lo que significa. Se sabe que pretende la democratización del país, pero los opositores hablan de lo mismo y acusan al presidente de dictador, de comunista, de todo lo que se les ocurre, pero el pueblo solo ve los beneficios que recibe en lo particular y en lo general el país. Por lo menos ya no se hacen los grandísimos despilfarros con el erario público; ya se obliga a las grandes empresas a pagar impuestos, no se permiten los grandes negocios con las compras que hace el estado, ni tampoco se realizan contratos, para las grandes obras, con empresas constructoras de amigos y familiares; no se contrata la compra de medicamentos por miles de millones de pesos, a uno o dos “cuates” de los altos funcionarios, etc. Los hechos están ahí; el peso se mantiene como moneda fuerte y confiable universalmente aceptada, lo que no ocurría antes; pese a la pandemia y sus secuelas económicas, no se solicitó ningún préstamo al FMI y al Banco Mundial, que antes era lo que primero se hacía. El monto del presupuesto se ha elevado extraordinariamente, solo cobrando impuestos a las grandes empresas a quienes antes se les perdonaban; se ha recuperado la producción de energía para cubrir nuestras necesidades y está por recuperarse la producción alimentaria básica; se han aumentado en forma substancial los salarios mínimos, en fin, estamos mejor que muchos países, incluyendo europeos, después de la pandemia y la crisis que también provocó la guerra. Pero los partidos deben convertirse en verdaderos partidos si de veras queremos ser un partido democrático.           


 
           
    

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