Hoy más que nunca, ha sido una constante la preocupación por el medio ambiente y la sustentabilidad de los recursos naturales. El medio ambiente y la ecología es un tema prioritario que debe atenderse desde una perspectiva política y social, es un tema de conciencia ciudadana.

A nivel mundial los países con democracias participativas más desarrolladas, prestan especial atención, a través de políticas públicas concretas, a la sustentabilidad como parte integral y fundamental de sus sistemas de gobierno. En México se han empezado a dar pasos importantes en materia de sustentabilidad democrática. Un ejemplo de lo anterior son algunos mecanismos de reciclaje de los materiales electorales utilizados en las elecciones, ello se concretó a través de la firma del convenio de colaboración entre el Instituto Nacional Electoral y la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, para que la documentación electoral que se generó para el Proceso Electoral Federal 2018-2019, así como la del Proceso Electoral extraordinario 2019, en el estado de Puebla, mismo que será destruido y transformado en papel reciclaje para la producción de libros de texto gratuito y materiales de apoyo educativo.

No obstante, existen otras alternativas viables para hacer más eficientes y menos costosos los procesos electorales en cuestión de sustentabilidad democrática, como es el caso del voto electrónico, el cual es un mecanismo que involucra el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC). El voto electrónico es un mecanismo viable para integrar sistemas para el registro, la emisión o el conteo de los votos en elecciones para cargos políticos, además de instrumentos de participación ciudadana, como el refrendo, plebiscito, consulta ciudadana o iniciativa popular.

En el tema de la revocación de mandato a llevarse a cabo en este año, en el que es el instrumento de participación solicitado por la ciudadanía para determinar la conclusión anticipada en el desempeño de la persona titular de la Presidencia de la República, a partir de la pérdida de la confianza. Actividad en la que el Instituto Nacional Electoral (INE) llevará a cabo la promoción del voto, no obstante, el INE continuamente ha puesto en la palestra la inviabilidad de esta actividad por su alto costo y la falta de recursos del mismo INE.  Lorenzo Córdova, consejero presidente de la autoridad administrativa electoral quejosamente señala la inviabilidad de organizar este proceso electoral con un déficit de más de 2.300 millones de pesos después del último recorte presupuestario aplicado por el Congreso. Manifiesta que se cuenta con una bolsa de 1.503 millones de pesos para el proceso electoral, pero según sus cálculos se requieren recursos por más de 3.830 millones de pesos.

De ahí que, la respuesta idónea para dicho embrollo, será la implementación del voto electrónico con miras a reducir no sólo los costos monetarios al llevar a efecto los diversos instrumentos de participación ciudadana, sino también con la intención de promover la participación político- electoral responsable y amigable con el entorno natural.

Habrá algunas voces que objetarían esta idea, bajo el argumento de que la población no está preparada para usar este mecanismo, otras que los resultados no serían confiables porque se prestaría a la suplantación de personas, otras más que no hay internet en todas las poblaciones del país y por último, que ello alentaría el abstencionismo; sin embargo en materia fiscal la firma electrónica y las declaraciones de impuestos se realizan por esta vía y no por ello se dispensa el pago a los ciudadanos, quienes hemos aprendido a resolver el problema sin que valga ningún argumento. Por ello sólo con una visión futurista y con voluntad política se puede materializar la idea que se plantea.

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