Lunes, 23 Septiembre 2019 20:07

El PAN, en picada vertical

Columna | P U L S O    P O L I T I C O

           El Partido Acción Nacional, tuvo como fundador a don Manuel Gómez Morín, uno de los intelectuales, junto con Vicente Lombardo Toledano, más brillantes del siglo XX.

           Tuvo como militantes y dirigentes a figuras de la derecha mexicana tan notables como Efraín González Luna, Rafael Preciado Hernández, José González Torres, Luis Calderón Vega, Luis H. Alvarez, Bernardo Bátiz, José Angel Conchello, Javier Blanco Sánchez, Estrada Iturbide, y muchos más a lo largo de sus primeros sesenta años de vida.

            Fueron gentes formadas en la ideología derechista, que buscaban hacer de México, un país con gobierno que siguiera los lineamientos de la Iglesia Católica y que en sus escuelas se impartiera como materia obligatoria, la religión.

            Su modelo a seguir, era la Falange Española de Francisco Franco, el general gachupín triunfador de la Guerra Civil de los años treinta, que mandaba matar a quienes fueran sospechosos de ser masones y que era recibido bajo palio, en las ceremonias religiosas de la época.

              Los panistas mexicanos eran congruentes con su ideología y sus principales seguidores eran los exalumnos de las escuelas confesionales y los habitantes del Bajío, la zona de México, que cuando fuimos Nueva España, mejor se adaptó a los usos y costumbres que nos fueron impuestos por quienes entonces dominaban al país.

             Cuando los banqueros mexicanos se revelaron contra el gobierno priísta de José López Portillo, propiciando una fuga de capitales, el gobierno reaccionó nacionalizando la banca y provocó una rebelión de la que hasta la fecha estamos pagando las consecuencias.

             La frase que el entonces presidente pronunció para anunciar la nacionalización bancaria: “ya nos saquearon, pero no nos volverán a saquear”, fue una declaración de guerra. Los banqueros y sus socios de las grandes empresas, de los organismos patronales y de las agrupaciones católicas, se lanzaron a la conquista del poder y pretendieron formar un partido propio para combatir al PRI.

               Cuando se dieron cuenta que eso sería prácticamente imposible, adquirieron al PAN en calidad de franquicia y de la noche a la mañana, el Partido Acción Nacional, quedo en manos del empresariado derechista que sin miramientos corrió a los llamados panistas tradicionales o muchos de ellos renunciaron al PAN, por considerar que los principios panistas habían desaparecido y se refugiaron en agrupaciones políticas que ellos crearon o se pasaron a partidos pequeños para seguir en su labor política.

           El primer candidato presidencial de esta nueva etapa del panismo, fue Manuel J. Clouthier, conocido como “Maquío”, que había sido presidente de la Coparmex, el organismo más poderoso del empresariado mexicano.

            Aquí en Puebla, surgieron figuras como las de Paco Fraile, Ana Teresa Aranda, que empezaron a trabajar para fortalecer al PAN en su nueva fase.

             Su mayor fortaleza política, la adquirieron en las elecciones municipales cuando el candidato opositor al PRI, con el maestro Jorge Murad, como su candidato, lo fue el empresario Ricardo Villa Escalera. La lucha fue fuerte, habiendo triunfado el PRI, lo que provocó una serie de actos de inconformidad de los panistas que duró varias semanas.

             Tuvo algunos triunfos en municipios como Tehuacán, Texmelucan, Teziutlán y otros. También ganó algunas posiciones dentro del Congreso local.

             Pero los triunfos del PAN siempre fueron coyunturales. La gente que votaba por el partido lo hacía por enojo contra algunas autoridades locales priístas o por simpatía con alguno de los candidatos lanzados por los panistas.

              Acción Nacional en Puebla, nunca ha tenido bases bien aleccionadas sobre la historia, los principios, el programa de acción de ese partido, pese a que su fundador, dijo hace ochenta años que los partidos deberían ser “escuelas de política”.

              Hace casi diez años, también en Puebla, cayó en manos de expriístas, que en vez de asimilarse al PAN para hacerlo un partido fuerte, crearon una corriente interna, que dejó de ser priísta, pero no se volvió panista. Y así nos fue.

             Ahora, en sus 80 años de vida, Acción Nacional exhibe su tragedia. En su 27 Asamblea de Consejo Nacional, efectuada en la ciudad de México, la figura más relevante que exhibe el panismo es  Vicente Fox Quezada, el primer presidente panista de la historia, que al igual que su sucesor, Felipe Calderón, están considerados entre los peores presidentes que ha tenido México.

              Y ese ex presidente, que en las elecciones intermedias de su sexenio, hizo perder al PAN, por la decepción que causó entre sus electores, cincuenta escaños en el Congreso federal, quiere embarcar a Acción Nacional y al PRI, al PRD y al que se deje, en una campaña para darle en la madre a la Cuarta Transformación y arrebatarle la mayoría en el Congreso a Morena. Como dice una caricatura de El Universal, “la ve fácil, pues si él le dio en la madre al país, como no podrá hacerlo con Morena.  

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