El Papa, en su encuentro con los refugiados, en el Centro de Recepción e identificación Mytilene, recordó una vez más, que la migración es un problema de todos, y la pandemia, “nos ha hecho sentir, que estamos todos en la misma barca” experimentando los mismos miedos de los migrantes.

Ciudad del Vaticano. - “Estoy aquí para decirles que estoy cerca de ustedes; estoy aquí para ver sus rostros, para mirarlos a los ojos: ojos cargados de miedo y de esperanza, ojos que han visto la violencia y la pobreza, ojos surcados por demasiadas lágrimas". Es así como el Papa se dirigió a los presentes en Mytilene, en el Centro de Recepción e identificación, sobre todo a los refugiados, y recordó hace cinco años, su visita a la isla, cuando el Patriarca Ecuménico, Bartolomé le dijo que quien tiene miedo de ellos, de los refugiados, "no los ha mirado a los ojos. El que les tiene miedo no ha visto sus rostros. El que les tiene miedo no ve a sus hijos.  Olvida que la dignidad y la libertad trascienden el miedo y la división. Olvida que la migración no es un problema del Oriente Medio y del África septentrional, de Europa y de Grecia. Es un problema del mundo".

El Santo Padre insistió que sino hay una reconciliación con los más débiles, no habrá un "futuro próspero".  Rechazar a los pobres, afirmó es rechazar la paz. Pidió a Dios que "nos despierte del olvido de quien sufre, que nos sacuda del individualismo que excluye, que despierte los corazones sordos a las necesidades del prójimo". Los problemas se resuelven no con los muros sino uniendo fuerzas para hacerse cargo de los demás.  El Mar Mediterráneo se ha convertido en un "frío cementerio sin lápidas", y aseveró:  ¡No dejemos que el mare nostrum se convierta en un desolador mare mortuum, ni que este lugar de encuentro se vuelva un escenario de conflictos!

Demos un rostro a los migrantes, víctimas de torturas y traficantes

La migración: un problema de todos

El Papa afirmó que la migración es "un problema del mundo, una crisis humanitaria que concierne a todos", y añadió que la pandemia, que nos ha afectado globalmente, nos ha hecho "sentir a todos en la misma barca", y experimentar "lo que significa tener los mismos miedos". La humanidad ha comprendido que los grandes problemas se "afrontan juntos, porque en el mundo de hoy las soluciones fragmentadas son inadecuadas".

El Pontífice señaló que a pesar que a nivel mundial, se llevan a cabo las vacunaciones, en medio de "retrasos e incertezas", sin embargo, siente, dijo, que parece que "algo se está moviendo en la lucha contra el cambio climático, todo parece terriblemente opaco en lo que se refiere a las migraciones", agregó, y, sin embargo, están en juego personas, vidas humanas. Está en juego el "futuro de todos que si no está integrado, no será sereno".

Sino hay políticas amplias no habrá un futuro sereno y próspero

El Santo Padre insistió que sino hay una reconciliación con los más débiles, no habrá un "futuro próspero".  Rechazar a los pobres, afirmó es rechazar la paz. La historia, nos enseña, agregó, que los cierres y nacionalismos llevan a consecuencias desastrosas. Y recordando el Concilio Vaticano II, enfatizó que para alcanzar la paz, es "necesario respetar a los demás y su dignidad". El futuro, seguirá poniéndonos en contacto unos con otros, por tanto, Francisco, señaló que es "una ilusión pensar que basta con salvaguardarnos a nosotros mismos, defendiéndonos de los más débiles que llaman a la puerta".

Publicado en RELIGIÓN

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