Al cerrar los ojos “nos desconectamos temporalmente de este mundo”: científicos

Dormir bien, uno de los muchos placeres de la vida, es clave para evitar enfermedades mentales o deterioro cognitivo; es indispensable para vivir, repone las energías y da oportunidad al cuerpo de sanarse.

Científicos del Centro Médico  de Rochester en Estados Unidos, aseguran lo descrito y confirman que el sueño es importante para la memoria, para controlar el estrés, para la salud del corazón, para el control de la diabetes y para controlar además el peso y belleza de la piel.

El sueño, que siempre ha despertado la curiosidad de todos porque en gran parte es misterioso, sigue siendo analizado por científicos, quienes comentan que al cerrar los ojos “nos desconectamos temporalmente de este mundo”.

Detallan que durante el sueño aumenta el espacio que hay entre las células cerebrales, lo que permite al cerebro eliminar las toxinas que se acumulan mientras mujeres y hombres de toda edad permanecen despiertos o en horas de vigilia.

Al dormir se activa una especie de sistema hidráulico denominado glinfático, el cual controla el flujo del líquido cerebroespinal  que rodea al cerebro y a la médula espinal.

Este sistema, según lo observado en un experimento con ratas, se abre durante el sueño para dejar que el líquido circule rápidamente en el cerebro.

Los autores del estudio se sorprendieron al ver la diferencia en la circulación del colorante durante la vigilia y durante el sueño.
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Estudios previos han sugerido que las moléculas tóxicas que juegan un papel determinante en el desarrollo de trastornos degenerativos del cerebro, se acumulan en el espacio que hay entre las células cerebrales.

Interesados en conocer cuál es el rol del sistema glinfático en este proceso, los investigadores inyectaron a ratas una proteína relacionada con la enfermedad de Alzheimer, para medir cuánto duraba en el cerebro mientras estaban dormidos y despiertos. Observaron que la proteína desapareció rápidamente en los ratones cuando estaban dormidos, lo cual sugiere que el sueño limpia las toxinas del cerebro mientras descansa.

Estos resultados abren la puerta para encontrar claves importantes acerca del desarrollo de los trastornos neurológicos. Las células que regulan el sistema glinfático podrían ser el centro de atención a la hora de tratar una gran variedad de enfermedades mentales.

Además, este interesante estudio confirma una vez más la importancia del sueño y su efecto reparador. Literalmente, dormir bien, aclara la mente. Así que ¡A descansar!

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Problemas económicos y situaciones familiares difíciles son causas principales

A todos, con raras excepciones, afecta actualmente el estrés, parte de la vida de la que pocos se libran, y los niveles elevados, si no se contrarrestan y alivian, pueden poner en peligro el bienestar físico y psicológico de quienes los padecen.

Cuando el estrés es intenso y continuo, puede agotar y debilitar al paciente, al punto de afectar su órgano vital como es el corazón, afirma un estudio dirigido por el cardiólogo Randy Cohen, del Centro Hospitalario Mount Sinai y el St. Luke´s, Roosevelt, de Nueva York.

Los problemas económicos, situaciones familiares difíciles, un trabajo muy exigente, la atención a necesidades de un enfermo crónico, entre otras, son las causas principales del estrés que llega a provocar lo que se conoce como agotamiento vital, una combinación tóxica de agotamiento, irritabilidad y hasta desmoralización.

Explica Randy Cohen que el agotamiento vital no es un cansancio cualquiera, ya que se trata de una sensación continua de fatiga que no se alivia ni siquiera cuando se duerme y se descansa bien durante la noche, pues a largo plazo la persona comienza a mostrarse  irritable y a desmoralizarse.

Detalla que los resultados del estudio por él dirigido, revelaron que el agotamiento vital eleva las posibilidades de desarrollar enfermedades cardíacas en un 36  por ciento, colocándolo a la par de otros factores de riesgo para la salud del corazón, como la depresión y la ansiedad.

Con el estudio, el Dr. Cohen y sus colegas analizaron la relación entre el agotamiento vital y la primera vez que se sufre una enfermedad cardíaca, y concluyeron que el agotamiento aumenta en un tercio el riesgo de una persona de desarrollar una enfermedad cardíaca.

Aclararon que estos hallazgos que presentaron en la reunión anual de la Asociación Americana del Corazón, aún se consideran preliminares, pero se suman a la evidencia existente de que el estrés y la fatiga conspiran en contra de la salud del corazón.

Además, las personas afectadas por un estrés intenso que conduce al agotamiento, se sienten más inclinadas a adquirir hábitos negativos para su salud, como fumar, abusar del alcohol o comer alimentos poco recomendables.

El antídoto, señalan, consiste en tomar medidas para reducir el nivel del estrés como el yoga y la meditación; también una dieta saludable, el ejercicio de forma regular para garantizar un nivel sostenido de energía.

Exponen que los resultados del estudio también deben servir como una llamada de alerta a los profesionales de la salud, de forma que en los controles anuales de sus pacientes, evalúen los niveles de glucosa, colesterol, o la presión arterial e investiguen sobre su estilo de vida para detectar aquellos casos en los que el estrés pueda ser un factor de riesgo para la salud cardíaca.

Su recomendación para quienes estén viviendo una situación extrema y se encuentren al límite de sus fuerzas, que busquen ayuda profesional para resolverla, incluyendo una visita a su médico, a fin de que éste los someta a un chequeo general, les indique formas de controlar el estrés y puedan proteger, a tiempo, su salud y su vida.

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El estrés puede inducir a la drogadicción, alcoholismo y otros vicios.

“Luchar o huir” se denomina  a la reacción  común del cuerpo frente al estrés que puede empeorar enfermedades como cáncer  y diabetes, o hacer que la persona  adopte comportamientos compulsivos como el uso de drogas, exceso de alcohol, del cigarrillo o que ingiera alimentos  más de lo necesario.

Los efectos de este síntoma, cuando no duran mucho tiempo, generalmente llenan al organismo de energía y emoción y lo “alistan” para la lucha;  pero si dura mucho, empieza a cansar por mantener  la actitud de batalla, y los efectos en el cuerpo pueden ser peligrosos.

Expertos de Vida y Salud, encabezados por la doctora Aliza, al señalar lo anterior  describen que el cuerpo humano está diseñado para que al percibir una amenaza o un riesgo, se prepare para dar la pelea y alejarse del peligro.

Estos comportamientos, aclaran, no sólo no alivian el estrés, sino que además encierran al paciente en un círculo vicioso, del que le cuesta mucho liberarse.

Han confirmado que el hipotálamo, pequeña parte del cerebro, activa una alarma que combina señales nerviosas y hormonales; en tanto que por una parte los circuitos nerviosos se encargan de aumentar la tensión de alerta, enfocar la atención , reducir la sensación de dolor, controlar el hambre, el sueño  y deseos sexuales. 

Y por otra parte las glándulas suprarrenales reciben la orden de liberar hormonas  llamadas cortisol y adrenalina. La primera, que es la del estrés, agudiza el sistema inmunológico y aumenta la cantidad de combustible en la sangre, necesario para reaccionar al estrés; mientras que la adrenalina aumenta los latidos del corazón, eleva la presión de la sangre y la producción y utilización de energía.

Puede ser beneficiosa  la reacción del cuerpo cuando el estrés mantiene  el balance interno  o la autorregulación  del mismo, además de fortalecer el Sistema  Nervioso Simpático. Hasta se dice que la sensación de estrés puede ser emocionante, ya que por eso hay muchos  “fanáticos de la adrenalina”; lo que se debe  a que durante este proceso se genera una sensación de bienestar físico al concentrar toda la energía del cuerpo en estar listo para actuar rápidamente.

Esta reacción, confirman en Vida y Salud, se regula automáticamente. Cuando el cuerpo deja de percibir una amenaza, la alarma se desactiva, el cuerpo se relaja, deja de generar hormonas y el corazón vuelve a latir normalmente.

Cuando el cuerpo está permanentemente enfrentando situaciones estresantes, la alarma permanece activa y éste funciona todo el tiempo en estado de alerta, como si se preparara para una pelea que nunca sucede.

Han constatado los expertos que la constante activación nerviosa y la sobreproducción hormonal desgasta y deteriora el cuerpo, y puede generar diferentes problemas de salud como:  debilitamiento  del sistema inmunológico, aumento a la vulnerabilidad de infecciones, enfermedades cardíacas, problemas digestivos, problemas para dormir, depresión o ansiedad y,obesidad.

Insisten en que es recomendable  buscar ayuda  para manejar los niveles de estrés y encontrar un punto medio para que no afecte seriamente la salud, ya que,  reiteran,  puede empeorar otros síntomas y otras enfermedades como el cáncer y la diabetes; también  puede hacer que la persona adopte los comportamientos compulsivos  cayendo en la drogadicción, alcoholismo y otros  vicios.

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