•    Conformado por los programas de Maestría en Ciencias Químicas y Doctorado en Ciencias Químicas, inscritos en el Sistema Nacional de Posgrados

PUEBLA, Pue. - Fortalecer la educación, el desarrollo científico y tecnológico de la región, así como contribuir a la consolidación de la BUAP como una institución generadora del conocimiento, son algunos de los propósitos que dieron origen a la Maestría en Ciencias Químicas, un posgrado que cumple 40 años de incentivar la investigación y formar recursos humanos de alta calidad, lo mismo que el Doctorado en Ciencias Químicas, con 30 años de labor académica.

En la conmemoración de estos 40 y 30 años, la doctora María de la Paz Elizalde, quien diseñó el plan de estudios de la Maestría en Química, asegura con firmeza que los objetivos se alcanzaron, sobre todo en la formación de recursos humanos. Para ella, 426 egresados de maestría y 237 de doctorado no son sólo números, sino seres humanos profesionistas con alta calidad en su formación, lo que les permite vivir de mejor manera y alcanzar sus sueños.

“Son semillas que crecen y se reproducen, porque tenemos muchos frutos, aquí y en otras instituciones, con ese entusiasmo de investigar y de poder hacer con libertad la ciencia que les apasiona”.

Lo inimaginable

El doctor Enrique González Vergara ─quien se incorporó en 1984 a la entonces Universidad Autónoma de Puebla, tras un posdoctorado en Estados Unidos ─ califica como inimaginable todo lo que se ha logrado en 40 años y se remite a la satisfacción que genera el crecimiento en las colaboraciones, líneas de investigación y en número de estudiantes, pues de iniciar con cinco, la planta académica atiende actualmente a 45 en la maestría y 51 en el doctorado.

El Posgrado en Ciencias Químicas (PCQ), conformado por la Maestría y el Doctorado en Ciencias Químicas, este último creado en 1994, es el resultado de un esfuerzo compartido entre el Centro de Química del Instituto de Ciencias (ICUAP) y la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) de la BUAP. Su historia inicia en 1984 y tiene como antecedente el impulso que dieron el ingeniero Luis Rivera Terrazas y el entonces director del ICUAP, José de Jesús Pérez Romero, para que se creara el plan de estudios de la Maestría en Química, la cual fue aprobada por el H. Consejo Universitario en septiembre de 1984.

Desde sus inicios, el PCQ trabaja con docentes destacados de la Facultad de Ciencias Químicas y el ICUAP, además de contar con laboratorios de alta infraestructura instrumental, cada vez mejor equipados. El perfil de sus egresados está concebido desde una formación integral, que abarca las áreas de Fisicoquímica, Química Inorgánica, Química Orgánica, Bioquímica y Biología Molecular.

Al respeto, el doctor Guillermo Soriano Moro, coordinador del PCQ, precisa que los 66 docentes que conforman la planta académica cuentan con doctorado y 95 por ciento son miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), además de integrar Cuerpos Académicos Consolidados e incorporados a redes de intercambio y desarrollo interdisciplinario, con publicaciones en revistas indizadas, participación constante en conferencias, foros de divulgación científica y, sobre todo, en la generación de conocimiento que busca atender las necesidades de un entorno actual.

Investigación con impacto

Como ejemplo de algunas de las aportaciones científicas que generan los docentes que conforman el PCQ, está el trabajo de la doctora Griselda Corro Hernández, investigadora mexicana con más patentes otorgadas en el país (12) en materia de energías alternas. En el área de Fisicoquímica, desarrolla con uno de sus estudiantes, sistemas catalíticos para reducir el CO2, con un impacto directo en el problema ambiental. Asimismo, ha diseñado procesos innovadores de bajo costo para la producción de biocombustibles y colectores solares, entre otras innovaciones.

De igual forma, la doctora María de la Paz Elizalde, primera mujer en la BUAP reconocida como Investigadora Nacional Emérita, apoya con sus investigaciones, el manejo de la plaga que sufren los cultivos de guayaba por el escarabajo Conotrachelus dimidiatus y que ocasiona pérdidas de hasta 60 por ciento, esto sin la aplicación de pesticidas. Se trata de un proyecto multidisciplinario para resolver un problema nacional, en el cual colaboran investigadores de la BUAP, de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y del Instituto Tecnológico de Aguascalientes, estado que ocupa el segundo lugar nacional en producción de este fruto.

La doctora Yasmi Reyes, por su parte, trabaja con uno de sus estudiantes, en un proyecto que puede cambiar la perspectiva de purificación en la Química. Se trata de la obtención de glicerina de alta pureza, la cual es un producto secundario derivado de la obtención del biodiésel y que generalmente se desecha, lo que contamina el aire y suelo. El problema radica en que su recuperación como producto rentable, conlleva procesos muy costosos. No obstante, tras realizar estudios cinéticos y termodinámicos, la investigadora y su estudiante encontraron un disolvente económico, que permite obtener en pocos pasos y a temperatura ambiente, glicerina pura, empleada en diferentes procesos de la industria.

La ciencia que desarrollan trasciende fronteras, prueba de ello es el trabajo del doctor Enrique González Vergara, uno de los fundadores de este posgrado, quien después de registrar tres patentes de metalofármacos con Vanadio, los cuales son antidiabetes y anticancerígenos, ha incidido en el desarrollo de nuevos compuestos con actividades antitumorales, que han sido probados en melanomas, en instituciones de Europa, con buenos resultados.

En el área de Química Orgánica, la doctora Rosa Luisa Meza León refirió que su labor se relaciona con la síntesis de compuestos con actividad biológica, como anticancerígenos o antivirales. También comprueban las estructuras de compuestos, propuestas por quienes se dedican a la extracción de sustancias naturales, para verificar que sean verdaderas. Para ello, realizan una ruta sintética, que da a conocer cómo se encuentran los átomos en el espacio, lo que permite validar o desmentir estructuras propuestas de los productos naturales. Otra de sus líneas de investigación se enfoca en la síntesis de profármacos, aquellos que pasan todo el tracto intestinal y liberan el principio activo sin que se degrade en el trayecto. Asimismo, colaboran con la industria petroquímica en la resolución de problemas que se presentan en sus procesos.

En Bioquímica hay grupos que centran sus estudios en los mecanismos moleculares de enfermedades como Alzheimer y Parkinson. De igual forma, el doctor Daniel Limón Pérez de León, estudia los efectos del cannabidiol (CBD) en modelos animales que presentan afectaciones en la memoria y el aprendizaje, derivado de la obesidad genética o inducida. Este proyecto grupal fue electo en la convocatoria Conahcyt, dentro de la categoría Ciencia de Frontera.

Otra línea de investigación corresponde a la doctora Irma Herrera Camacho, quien estudia proteínas para crear una vacuna contra la enfermedad del ojo azul, ocasionada por el Rubulavirus porcino y cada año genera pérdidas económicas en esta industria en México. Esta investigación ya tiene una solicitud de patente.

Lo expuesto es sólo una parte de los resultados de las investigaciones que se realizan en el Posgrado en Ciencias Químicas (posgradocsq.buap.mx). Los proyectos y el trabajo se distinguen por su calidad, de ahí que estén inscritos en el Sistema Nacional de Posgrados (SNP), lo que refleja su nivel de excelencia en la titulación de sus estudiantes, quienes destacan como jóvenes investigadores que nutren con nuevas ideas las líneas de investigación en instituciones nacionales y del extranjero, donde laboran de forma exitosa, al igual que en el sector público y privado.

Con la satisfacción de haber colaborado para el desarrollo de la ciencia y en la formación de sus estudiantes, los investigadores del PCQ continúan apostándole a la ciencia para resolver problemas específicos de forma creativa, apoyados en el talento de sus estudiantes, a quienes observan como esas semillas que ya germinadas seguirán dando frutos.

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• Busca la separación, el manejo y la utilización efectiva de residuos plásticos, a través del esquema Economía Circular

“Innovando para cuidar el futuro” es una iniciativa que apela a la adecuada separación, manejo y utilización efectiva de residuos plásticos, a través del esquema conocido como Economía Circular, la cual será aplicada como modelo piloto en la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP durante un mes, en el que se estima recolectar una tonelada de desecho, en colaboración con la empresa Resirene.

Propuesta a la facultad en septiembre de 2019, esta campaña se distingue por la separación de residuos plásticos y por su revalorización, con la finalidad de que no se conviertan en más basura, sino en nuevos componentes de reciclado que puedan ser empleados por la industria, retornen a la economía y generen un valor adicional, explicó el director de esta unidad académica, Jorge Raúl Cerna Cortez.

El proyecto surge de la colaboración entre la FCQ y la empresa Resirene, con la cual ha participado desde hace más de 12 años en proyectos de investigación y desarrollo de nuevos materiales a base de polietileno, además de brindar espacios para que los estudiantes realicen prácticas y servicio social.

“La empresa nos propuso este proyecto que fue consultado con la comunidad. El siguiente paso fue llevar el equipo a la planta para que conocieran la iniciativa y así se dio la logística para organizar las acciones en la facultad. Lo que se busca es darnos la oportunidad de lograr la separación, recolección y finalmente reintegración de estos residuos, en un circulo virtuoso que se enmarca en la Economía Circular”.

Por su parte, el director General de Resirene, Sergio Paredes Castañeda, expresó su satisfacción por la colaboración con la BUAP y con esta unidad académica, al asegurar que los grandes cambios empiezan con pequeñas acciones y que mejor que sea la Universidad la que propicie una posible transformación en el manejo y reutilización de estos desechos.

Informó que su empresa colocó 10 estaciones de acopio, distribuidas en todos los niveles del espacio que conforma la FCQ, para que los más de 2 mil alumnos de esta comunidad depositen adecuadamente sus desechos. La intención, dijo, es que en un mes se recolecte al menos una tonelada de plásticos que serán reutilizados.

La diferencia de esta campaña, insistió, es el enfoque de Economía Circular, pues recordó que muchos proyectos de reciclaje inician con la separación, pero el destino de los desechos se queda sin definir; en este caso hay colaboración con empresas que vendrán a la Universidad a recoger este residuo, para darle una nueva utilización y crear nuevos productos.

Lo anterior, señaló, permitirá regresarle a este centro de acopio un beneficio, es decir, los desechos tienen un valor que podrá regresar a la facultad y emplearse en atender necesidades de los estudiantes.

La campaña “Innovando para cuidar el futuro” se enfoca en cuatro tipos de desechos: poliestireno (vasos de unicel, charolas espumadas, platos y cucharas desechables, y envases de yogurt y yakult); polietileno y tereftalato (botellas de agua y envases de refresco, PET); polietileno de alta densidad (bolsas transparentes y bolsas “camiseta”); y finalmente, polipropileno (recipientes o botellas que almacenan líquidos de limpieza personal y de uso doméstico).

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Martes, 27 Noviembre 2018 00:02

En la BUAP se elaboran harinas nutritivas

A partir de residuos de naranja y lechuga, investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP elaboran harinas, con las cuales hicieron galletas y conos de helado. Y es que de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, mil 300 toneladas de comida se desperdician al año; es decir, una tercera parte de la producción total.

         Ante ello, es necesario el desarrollo de técnicas de aprovechamiento de estos desechos, con el objetivo de transformarlos en subproductos que sirvan de materia prima para preparar otros alimentos, señaló Addí Rhode Navarro Cruz, investigadora de la FCQ.

          Harinas de bagazo y cáscara de naranja, así también de lechuga, son los tres subproductos que hasta el momento se han obtenido: “Empezamos con galletas debido a que es un alimento sencillo y noble de elaborar, al cual se le pueden introducir este tipo de harinas”, comentó.

          Para la elaboración de galletas y barquillos para helados, de cada 100 gramos de harina de trigo, 20 por ciento fue sustituido por la hecha con residuos orgánicos. En estos últimos se evitó el uso de azúcar glas y en su lugar se optó por sucralosa, para disminuir contenido calórico. También se agregó hasta 20 por ciento de fibra en forma de inulina y se redujo la cantidad de mantequilla que se requiere para su preparación.

           En cuanto a su valor nutricional, un barquillo tradicional contiene uno por ciento de proteína, algunos incluso menos. El preparado por los investigadores de la BUAP tiene 1.85 por ciento de proteína, casi el doble que los comerciales. En el caso de las galletas las pruebas nutrimentales comparativas están por realizarse.

          Asimismo, Navarro Cruz informó que los cítricos como la naranja aportan muchos compuestos funcionales buenos para salud y de acuerdo con diversos estudios esta fruta puede estar casi podrida y aun así tener activos dichos compuestos: “Contiene flavonoides y compuestos antioxidantes, los cuales no se pierden aunque esta se eche a perder”.

          Una vez obtenidos los residuos, estos son lavados y desinfectados para luego ser deshidratados en un horno secador Excalibur, a una temperatura de 63 grados centígrados y durante 18 a 36 horas, según la humedad de las muestras de origen. Una vez que se encuentran crujientes, se pasan a un molino.

          Este proyecto se encuentra en desarrollo y se trabaja en las formulaciones para determinar la cantidad de harina que es posible introducir a las galletas, sin que estas se rechacen por un sabor amargo. El siguiente paso consistirá en llevar a cabo las pruebas funcionales de las harinas en las que se medirá su capacidad de formar emulsiones, la estabilidad de la espuma que se forma, la solubilidad en agua y de las proteínas, así como la viscosidad.

          Los resultados obtenidos en estas pruebas permitirá a los investigadores decidir qué otros productos son viables de elaborar a partir de las harinas.

          Este trabajo es realizado por el Cuerpo Académico Bioquímica-Alimentos, de la FCQ, con la colaboración de estudiantes de pregrado de esta unidad académica.

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