Columna | SIN LÍMITES

*Se desconoce que ha pasado con El Relicario, la Acrópolis no convence

El final o la puntilla de la fiesta taurina de Puebla es algo de lo que se habla poco. El ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, de hecho “mató” o apuntilló la fiesta de toros, creyendo que iba a mejorar el escenario, pero como siempre le falló el cálculo, así como su falta de conocimiento taurino.

Por lo pronto no hay corridas de toros ni de novillos en Puebla Capital. El Relicario es mudo espectador en la zona de Los Fuertes, no se sabe si ya se vendió y la fastuosa Acrópolis no acaba de convencer a la afición taurina.

El gobierno de RaMoVa, por un lado, puso a la venta la Plaza de Toros El Relicario Joselito Huerta y se dejaron de dar corridas.. Por otro, impulsó la creación de la Acrópolis, un escenario para conciertos en la zona de los estadios deportivos, que puede convertirse en plaza de toros, con muy pocas corridas y menor asistencia.

En casi un año, la Acrópolis lleva realizadas tres o cuatro corridas de toros y El Relicario, en la Feria de Puebla en mayo, solamente organizó encuentros de lucha libre.

Jaime Oaxaca, cronista taurino de El Popular, escribió que las corridas de la Feria de Puebla de 2017, solamente fueron dos, la primera vez en muchos años donde hubo dos festejos de feria.

La primera fue el viernes 21 de abril a las ocho de la noche, con toros de Marrón para el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, Enrique Ponce y el novillero poblano Héctor Gabriel a pie, quien tomó la alternativa, es de la dinastía de aficionados de apellido Ferrer, con toros de Coyotepec y Los Encinos.

El tradicional viernes 5 de mayo a las seis de la tarde, hubo toros de La Punta para Joselito Adame, El Payo y Sergio Flores, abrieron plaza el rejoneador Santiago Zendejas y los Forcados de Puebla. En ambas corridas la entrada fue menos de media plaza. Es decir unas 3 mil personas de un aforo de 8 mil 500. La plaza El Relicario, decían los abuelos está “muerta de risa”.

En 2016, hubo una fastuosa inauguración de la Acrópolis, con una corrida, donde también hubo mínima asistencia de aficionados. 

Los argumentos de los aficionados y de los toreros respecto a la Acrópolis varían, pero se condensan así:

-El Relicario permitía interactuar al público con los toreros y viceversa, además del ambiente taurino, a diferencia de Acrópolis, donde la gradería es alta y alejada del ruedo.

-La Acrópolis no tiene sabor taurino. No es una plaza de toros, la gradería está muy alejada del ruedo.

Grupos de aficionados piden al gobernador José Antonio Gali aclarar en primer término si ya se vendió la plaza, si no es así, debe formarse un patronato como lo había antes para organizar corridas de toros y novillos.

SE OPUSIERON DIPUTADOS A VENDERLA

Las noticias en 2016 consignan que hubo una verdadera oposición a que se vendiera la plaza de toros. Los diputados locales del PRI, PRD, PT y MC se unieron para frenar la venta de inmuebles públicos propuesta por el gobernador Moreno Valle Rosas. Votaron en contra de la venta de la plaza de toros, pero el PAN hizo valer su mayoría en el Congreso para imponer el proyecto.

Con ello, el Congreso y Moreno Valle Rosas, le dieron la puntilla a la fiesta de toros en Puebla. El presidente del Poder Legislativo y coordinador de la bancada del PAN, el inefable Jorge Fouad Aguilar Chedraui y el diputado panista Pablo Rodríguez Regordosa, defendieron la propuesta de Moreno Valle Rosas.

LOS NOMBRES DE LOS OPOSITORES

Los diputados que se opusieron a la venta de la plaza de toros fueron los ocho que integran la bancada del PRI, Francisco Javier Jiménez Huerta, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, Rosalío Zanatta Vidaurri, José Chedraui Budib, Pablo Fernández del Campo Espinosa, Maritza Marín Marcelo, Leobardo Soto Martínez y Silvia Tanús Osorio.

Se opuso además Julián Peña, a los que se sumaron Geraldine González Cervantes del PVEM, Socorro Quezada Tiempo del PRD, Lizeth Sánchez García del PT, mientras la abstención provino de Mariano Hernández Reyes, compañero de bancada de Sánchez.

Los panistas que impusieron su mayoría fueron José Domingo Esquitín Lastiri, Corona Salazar Álvarez, José Gaudencio Víctor León Castañeda, Sergio Moreno Valle German, Carolina Beauregard Martínez, Pablo Montiel Solana, Francisco Rodríguez Álvarez, Pablo Rodríguez Regordosa, Jorge Aguilar Chedraui, Mario Alberto Rincón González, Neftalí Salvador Escobedo Zoletto, María del Rocío Aguilar Nava y José Pedro Antolín Flores Valerio.

Según Pablo Rodríguez Regordosa, el Congreso del estado solo autoriza la venta, luego de que el gobierno no puede con la manutención del inmueble. En este sentido, es más lógico, que “se consolide un clúster para reuniones y convenciones como hay en las mejores ciudades del mundo”, dijo en alusión al terreno autorizado para venta.

LA HISTORIA DE LA PLAZA EL RELICARIO

En su columna Bregando, del diario El Popular, el 22 de noviembre de 2016, Jaime Oaxaca la tituló: Hasta siempre Relicario. Señaló:

“Ya con ésta me despido. El pasado sábado 19 de noviembre, la plaza de toros El Relicario cumplió 28 años. Todo hace suponer que fue el último 19 de noviembre que la plaza estuvo en pie”.

“Sus días están contados. El Relicario la tiene sentenciada desde la administración de Mario Marín, el famoso “góber precioso”; sin embargo el inmueble se salvó. El presente sexenio ha sido de incertidumbres el llamado “góber bala” nunca tuvo la decencia de avisar a los ciudadanos los planes para el coso taurino, por su culpa muy poca actividad tuvo el embudo de Los Fuertes.

“Hasta hace unos días se enteraron los ciudadanos que del coso y el terreno se pusieron a la venta; por supuesto, no se informará el uso que se le dará a los millones de pesos que genere la venta. El sentir de los poblanos es que ese dinero, como todo lo demás que está vendiendo el gobernador Moreno Valle.

“El Relicario representó una época de la Angelópolis, fueron 28 años, toda una generación de poblanos, desde 1988 hasta 2016. Se estrenó cuando Puebla tenía 14 años sin una plaza fija. Quienes eran niños en la inauguración el coso, hoy llevan a sus hijos a la plaza. Muchos de los actuales aficionados nutrieron su gusto por la fiesta de los toros en El Relicario.

“Para la feria de mayo de aquel 1988 no había plaza ni intenciones de ofrecer corridas. Antonio Moreno, presidente de la Asociación Taurina de Puebla, fue quien contactó a José Ángel Lima para que organizara el serial taurino de aquel año. El empresario tlaxcalteca contrató una plaza portátil, se dieron cuatro corridas y una novillada. Los festejos taurinos resultaron un éxito, López Lima se animó a dar una novillada extra, sólo con una semana de anticipación se anunció, los aficionados llenaron nuevamente la plaza. Ahí surgió la idea de poner una plaza fija.

“Si bien es cierto que la plaza es de estructura metálica, es decir, portátil, está forrada y decorada con buen gusto. Un amplio pasillo alrededor del coso con piso de cemento, jardines, restaurantes, las puertas de acceso al tendido son de herrería vistosa, rematadas con sendos vitrales, entre otros arreglos..

“La primera piedra se colocó el viernes 18 de agosto de aquel 1988, 93 días después se inauguraba El Relicario. A las cuatro de la tarde del 19 de noviembre de 1988, salieron por el patio de cuadrillas autos descubiertos con manolas sentadas en los cofres arrojando claveles al tendido. En la puerta de cuadrillas se colocó el listón para que fuera cortado simbólicamente, al matador Luis Castro El Soldado correspondió el honor.

“El Rey David Silveti le cortó la oreja a cada uno de sus dos enemigos, Jorge Gutiérrez le echó voluntad a los dos de su lote y al de regalo, El Soro estuvo sensacional con las banderillas. Presidió el festejo Gonzalo Macías Galaviz, llevando a Armando “El Güero” Zeleny de asesor, ambos ya fallecidos. Fernando García Rascón fungió como juez de callejón.

“Todos los toreros importantes de la época actuaron en Puebla. El Relicario no sólo fue un escenario taurino, se presentaron cantantes, lucha libre, actos religiosos, mítines políticos. Aún ahí realizó la feria taurina de 2016, el  jueves 5 de mayo se realizó la última corrida.

Hasta siempre Relicario”. Así finaliza su historia Jaime Oaxaca.

En fin, como escribió José Bergamín (España, 1895-1983) y cantó Enrique Morente  (España, 1942-2010) en Los Tangos de la Plaza:

La plaza por ser la plaza

tiene una mitad de oro

y la otra mitad de plata.

 
Y la otra mitad de plata,

se enciende el sol por un lado

y por el otro se apaga;

por un lado es abanico

por otro media naranja.

 
Los dos juntos redondean

el círculo de la plaza

en un suelo y en un cielo

que son desiertos del alma.

 
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Publicado en COLUMNAS

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