Columna | P U L S O   P O L I T I C O

        Ayer se conmemoró en Puebla, el día de la libre expresión, que muchos llaman libertad de prensa.

        En dicha celebración organizada por la Asociación de Periodistas y Escritores de Puebla, que preside Francisco Sánchez Nolasco, estuvo el gobernador Salomón Céspedes Peregrina, los titulares del Poder Legislativo, diputado Eduardo Castillo López y la presidenta del Poder Judicial, Margarita Gayosso Ponce y otros altos funcionarios del Estado.

        El gobernador en su discurso afirmó que “cualquier demócrata debe tener en claro que el valor del periodismo no está en la adulación al gobernante. El periodismo que se erige como alta voz del poder, ni es periodismo, ni tiene utilidad social. Del mismo modo, el gobernante que exige sumisión al informador, no puede llamársele buen gobernante, porque el ejercicio público implica saber escuchar la opinión distinta para recalcular, reencauzar y corregir”.

        Fue una reunión cordial y respetuosa la del gobernante y los altos funcionarios del gobierno estatal, con los comunicadores poblanos.

        Francisco Sánchez Nolasco, llamó a reflexionar sobre el ejercicio responsable de la libertad de expresión y la tolerancia, destacando que actualmente los periodistas poblanos, pueden dialogar, reflexionar, realizar crítica y expresarse libremente, oportunidad que no tienen los comunicadores de otros estados.

        Federico Chilian, secretario general de la asociación, presentó al gobernador la petición y el proyecto de remodelación del parque  que lleva precisamente el nombre de La Libertad de Expresión, que se ubica enfrente del reloj del Gallito, en el paseo Bravo, Reforma y 11 norte.

        LA CELEBRACIÓN DEL DÍA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, no fue producto de ninguna lucha heroica. Ya estaba consignada en la Constitución General de la República de 1917.

        Fue producto de un agradecimiento de las empresas periodísticas de los años cincuenta, porque el presidente de entonces, Miguel Alemán Valdés, perdonó una deuda multimillonaria a las empresas periodísticas, que tenían con la empresa oficial llamada Productora e Importadora de Papel Periódico.

        Para agradecer ese gesto, que tenía como fin real, controlar mejor a las empresas de comunicación escrita, todavía no había televisión, por el gobierno, los empresarios acordaron ofrecer una comida de agradecimiento al Presidente, por la cancelación de sus deudas que eran de millones de pesos como ya dijimos.

        El presidente escuchó los grandes elogios que se le prodigaron en los discursos y después de comer y brindar con todos, se retiró.
 
        Los empresarios periodísticos se quedaron a gozar de una tarde espléndida y ya con algunas copas de las bebidas importadas que se consumieron en el banquete, el coronel García Valseca, propietario de la cadena de diarios que llevaba su nombre y que se editaban en varias capitales estatales propuso que se celebrara cada año ese día, al que se le llamaría de “la Libertad de Expresión” teniendo como invitado al Presidente de la República. Y así se siguió haciendo, hasta la llegada del primer presidente panista, Vicente Fox y Quezada, con quien el festejo casi fue desaparecido, por lo menos en la capital de la república, por desidia de los organizadores.
 

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