Domingo, 06 Septiembre 2020 13:14

“Como anillo al dedo y el gobierno de la 4T”

El pasado 2 de abril el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia mañanera, declaró: “Esta pandemia del Coronavirus, nos vino como anillo al dedo para afianzar el propósito de la Cuarta Transformación” y agregó: Esta crisis es transitoria y que la situación no le hará querer modificar su intento de eliminar la corrupción y que haya justicia en el país.

Dicha declaración considero importante recordarla, precisamente con motivo del Segundo Informe de Labores del Presidente, a casi dos años de haber asumido el poder, en una presentación que duró aproximadamente cuarenta y cinco minutos, donde ningún mexicano esperaba anuncios relevantes, ni soluciones mágicas de los graves problemas que estamos enfrentando, sino al menos, un mensaje que nos permitiera vislumbrar un giro en las políticas del actual gobierno, donde han prevalecido todos los días las comparaciones entre lo que hicieron o no hicieron los denominados gobiernos de la era “neoliberal” y lo que está haciendo la cuarta transformación, que a la fecha no se ha reflejado en una mejora en las condiciones de vida de la población, ni en la economía del país, que vive hoy una crisis y depresión económica que los expertos han comparado con la que se vivió en el mundo en 1932.

Nada de eso, lo que escuchamos siguen siendo frases que el Presidente suele repetir en sus conferencias mañaneras, con un discurso que lo que busca, es en todo momento compararse diciendo: “No somos iguales que los anteriores” prometiendo cosas, que cada vez le son más difíciles de cumplir en los hechos.

La Pandemia del Coronavirus, ha sido lo mejor que le pudo ocurrir al Gobierno del Presidente López Obrador, en su búsqueda de culpables de problemas como la crisis de salud, la quiebra de PEMEX, el nulo crecimiento económico, la pérdida de más de dos millones de empleos, el fracaso del gobierno en el combate a la violencia e inseguridad, así como el crecimiento de los carteles de la droga, el aumento en el número de pobres, entre otros. Siendo entonces lo peor que pudo suceder  a los mexicanos y sus familias.

Cuando el Presidente declara que es una “crisis transitoria y que vamos a salir fortalecidos”, no lo cree, ni el mismo, porque yo creo que la gran mayoría de los ciudadanos, desde que tenemos uso de razón, hemos vivido permanentemente en crisis; no nos hacía falta una pandemia para darnos cuenta de nuestra crítica situación, ya que antes de la declaratoria de emergencia sanitaria el país ya enfrentaba un nulo crecimiento y las políticas erráticas del actual gobierno, lo que estaban logrando era desalentar la inversión, el desarrollo, la creación de empleos y la mejora en las condiciones de vida de toda la población. Siendo evidente el uso clientelar de las políticas sociales impulsadas por el Presidente, para fortalecer a MORENA y su proyecto para continuar en el poder por los siguientes años.

Incluso varios analistas, encuentran serias contradicciones en el discurso del Presidente, cuando por una parte impulsa programas sociales como “Jóvenes construyendo el futuro”, el apoyo a Adultos mayores, los apoyos a las comunidades indígenas y grupos vulnerables y por otro lado impulsa la firma del T-MEC (Acuerdo Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá) que entró en vigor el 1 de julio de este año, apostando por mejorar la economía del país, con nuestro principal socio comercial y primer representante del modelo neoliberal, es decir, apoya a las grandes empresas y capitales de Estados Unidos y, en el caso de los empresarios mexicanos, aplica una política de hostigamiento, persecución y nulos apoyos quienes con su capital construyen la riqueza y empleos para millones de mexicanos.

Realmente contradicciones en el actuar del Presidente, ni su propio gabinete lo puede entender y de ahí las renuncias de funcionarios como: Javier Jiménez Spriú de la SCT, Mara Gómez Pérez de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, Mónica Maccise del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Carlos Urzúa de la SHCP, Ricardo Ahued de la Administración de Aduanas del SAT, Tonatiuh Guillen del Instituto Nacional de Migración, Guillermo García Alcocer de la Comisión Reguladora de Energía, Josefa González Blanco de SEMARNAT y Germán Martínez Cáceres del IMSS, entre otros funcionarios de primer nivel, cuyos motivos de renuncia no han quedado claros.

En materia de corrupción, si bien es cierto los anuncios de la detención de personajes de anteriores administraciones involucrados en estos actos como Rosario Robles Berlanga por la denominada “Estafa maestra” o Emilio Lozoya que ha destapado toda la ola de corrupción que se daba en PEMEX en la anterior administración, así como la detención de exgobernadores como César Duarte y el anuncio del probable enjuiciamiento a los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, han merecido la atención de un amplio sector de los mexicanos, también lo es, que la recuperación de lo robado y la demostración de la culpabilidad de los involucrados aún está sujeta al resultado de los procesos judiciales y en este caso en especial si estoy de acuerdo en que al Presidente López Obrador, que ha iniciado su campaña proselitista para conservar la mayoría en la Cámara de Diputados federal el próximo año, si le ha caído para sus fines como anillo al dedo, usarlo para desgastar a sus principales fuerzas opositoras el PRI y el PAN, por lo que el uso del aparato de gobierno para estos fines lo seguiremos viendo en los próximos meses, hasta antes de la jornada electoral de 2021, sin temor a equivocarme.   

                                                                *Director General del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla

Publicado en COLUMNAS

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