Columna | P U L S O    P O L I T I C O

               LA ESPERADA CRISIS ECONÓMICA QUE VENDRÍA DESPUÉS DE LA crisis sanitaria, ya está golpeando a varias regiones de la entidad, sobre todo a aquéllas que han vivido de las remesas que los trabajadores que emigraron hacia los Estados Unidos, les enviaban hasta hace poco.

               Zonas como Atlixco, Izúcar e Matamoros, Chiautla, Chietla, Acatlán de Osorio, Chinantla, Tehuacán y la sierra negra, Huauchinango, Xicotepec y gran parte de la sierra norte, así como municipios del centro del Estado, están solicitando el apoyo de los gobiernos federal y estatal, pues consideran que su situación será desesperada si las autoridades no les brindan algún tipo de apoyo.

               Dicen que su situación ha pasado rápidamente de regular y buena, a francamente mala. Y esto en poco tiempo, afirman, provocará una difícil situación para el comercio y las actividades económicas que se realizan en el Estado y que han dejado de producir por la situación que se está viviendo. Eso ha provocado desempleo local y lógicamente está agravando la situación económica general de la entidad.

               Muchas poblaciones del sur de Puebla, todavía no han podido superar los problemas surgidos a raíz del sismo de septiembre del 2017 y ya tienen encima otro que parece ser peor que el anterior.

               Hacen un llamado a las autoridades municipales para que informen a las autoridades estatales y federales la situación por la que atraviesan y para que se implemente un plan para rescatar a los habitantes de las zonas mencionadas, de caer en la pobreza absoluta. Hay que rescatar lo que se pueda rescatar aquí.

               Los trabajadores emigrantes, que radican en los Estados Unidos, tienen ya encima el problema del desempleo, pero sabrán como sortear su situación allá, en el país del norte, pues se va a necesitar mucha mano de obra para recomponer su economía, sobre todo en el trabajo del campo, señalan.

               El problema más grave es aquí, donde un gran número de familias dependen de lo que les envían sus parientes y ante la situación actual, aquí se carece de empleo y de posibilidades de encontrarlo.

                SE HA ANUNCIADO LA ENTREGA DE PRESTAMOS A LA PALABRA para micro y pequeños empresarios del país, por parte del gobierno federal, pero casi nadie sabe donde gestionarlos, que se requiere para poderlos obtener, a quien recurrir para recibir orientación.

                Serán tres millones de beneficiados con esos créditos de 25 mil pesos cada uno, cuyo objetivo es que los micro y pequeños empresarios: comerciantes en pequeña escala, artesanos, taxistas, trabajadores por su cuenta, etc., tengan recursos para reanudar sus actividades productivas en el menor tiempo posible.

                Estos créditos empezarán a ser pagados, por quienes los reciban a partir del cuarto mes y la cuota mensual de recuperación, será de poco más de 800 pesos.

                Pero como decimos, falta orientación a los posibles candidatos para obtenerlos, sobre todo en las pequeñas y medianas poblaciones donde radican muchos de los pequeños productores.

                Los partidos políticos, que en estas épocas de crisis, demuestran muy fehacientemente, que no sirven para nada, deberían aprovechar, no para gestionar, porque demostrarían en eso su ineficiencia y su falta de honestidad, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, pero sí en orientar a sus agremiados o a los ciudadanos en general, sobre como obtener ese beneficio.

                HAY QUIENES CRITICAN AL GOBIERNO FEDERAL, POR PREFERIR dar este tipo de apoyo a los pequeños, en vez de volcarse a apoyar a los grandes empresarios que reportan pérdidas de miles de puestos de trabajo y de millones de pesos en sus negocios, pero como dijo Gustavo Díaz Ordaz, refiriéndose a la necesidad de que los gobiernos apoyaran a los pobres y no a los ricos: “Estos se defienden solos, en cambio los pobres, necesitan apoyos”.

                La etapa que sigue a la emergencia sanitaria, es decir, la crisis económica, será sumamente difícil sobre todo en países en desarrollo como el nuestro y todos los países de América Latina. Según un amigo nuestro, aficionado a leer textos sobre sociología y comportamiento social, pueden provocarse en ellos, estallidos de violencia o francas revoluciones para exigir igualdad de trato, por parte de las autoridades y apoyos para todos por igual.

                 Ya en los años sesenta, el presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, dijo en un memorable discurso cuando inauguró su Alianza para el Progreso: “O damos algo de lo que tenemos, o perderemos todo lo que tenemos”.

                 Décadas más tarde, en Brasil, el presidente Lula da Silva expresó: “El setenta por ciento de los brasileños no puede dormir, porque no ha cenado; y el treinta por ciento restante, no puede dormir, porque teme que el setenta por ciento que no ceno, vaya a rebelarse”.  Pese a todo esto, hay muchos políticos en México y en el mundo, que todavía no entienden lo que es la justicia social y lo que puede provocar en un país y en el mundo, sino esa justicia no llega.

Publicado en COLUMNAS

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