Columna | P U L S O    P O L I T I C O

              Los diputados locales en el primer periodo de su actuación, han cometido graves y censurables errores, pero el haber devuelto ayer, las agencias del Registro Civil que les fueron quitadas durante el morenovallismo, a las Juntas Auxiliares, constituye un acierto tan evidente, que la misma diputación panista aprobó por unanimidad.

              Cuarenta votos a favor y cero en contra de la propuesta de la coalición Juntos Haremos Historia, de regresar esas agencias a los pueblos que son gobernados por Juntas Auxiliares, nos indica que el error de las autoridades estatales pasadas, fue garrafal.

             Tal hecho no solo provocó el enojo de las citadas Juntas contra el gobierno estatal, sino que obligó a los ciudadanos a registrar a sus hijos en las cabeceras municipales, haciendo gastos que no todos están en posibilidad de hacer o a dejarlos sin registro por esa misma circunstancia.

             Anular disposiciones, decretos o leyes,     que no solo no benefician a la población, sino que la perjudican, es obligación de los representantes populares.

               Otra medida adoptada por el gobierno anterior, que no solo no ha dado resultados, sino que ha complicado y agravado la procuración de justicia, ha sido la eliminación de las agencias alternas del Ministerio Público.

                La Fiscalía General del Estado, debe proceder a reponer esas agencias alternas, tan necesarias, sobre todo en estos tiempos, para agilizar y no entorpecer la procuración de justicia.

                Es increíble que en estos tiempos tan dramáticos para toda la población mexicana por el clima de violencia y de inseguridad que se vive en todo el país, en vez de facilitar a los ciudadanos los trámites para presentar sus quejas o denuncias, se les pongan escollos. Todo para hacer creer que Puebla vive o ha vivido en un clima de paz.

               En tiempos del gobernador Mario Marín Torres, había entre agencias distritales y alternas, más de 500 oficinas en las que los ciudadanos podían presentar sus querellas, hacer acusaciones o denuncias, etc. Hoy solo hay 70 y Puebla está considerada, como una de las entidades más atrasadas en este aspecto, es decir, la que tiene menos MP tiene por cada cien mil habitantes. Parece que ocupa el segundo lugar a nivel nacional en este renglón.

             Vivir en un pueblo, expuesto a agresiones, robos o incluso asesinatos y no poder denunciar esos hechos ante una autoridad competente, además de enojo, causa frustración entre los ciudadanos y rechazo a las instituciones.

             Casos en los que muchos ciudadanos tuvieron que recurrir a la cabecera de sus distritos para presentar una queja o una denuncia, tuvieron que hacer gastos que en la mayoría de los casos no están en condiciones de hacer, para al final, toparse con una burocracia, que por su sobrecarga de trabajo o por lo que sea, simplemente no los puede atender, fueron muchos. Por eso se optó por no denunciar y eso lleva a la impunidad que es el mayor aliciente para que la delincuencia no solo continúe, sino que se acreciente.

              El nuevo Fiscal del Estado, reconoció esa circunstancia y con una expresión retrató la tragedia que la procuración de justicia vive en Puebla: “Recibí una Fiscalía en ruinas”.

               La inmensa mayoría de personas a quienes preguntamos sobre la situación que guarda la elección de gobernador en Puebla, nos dijo que se va a anular la dicha elección, la de gobernador y que habrá necesidad de designar un gobernador interino que convoque a nuevas elecciones.

              También la mayoría opinó que ese gobernador interino, debe ser ajeno a cualquier partido y que podría ser un personaje, que haya sido político y funcionario en tiempos pasados, que tenga personalidad y que goce de la confianza de sus conciudadanos. Fueron mencionados personajes como Guillermo Pacheco Pulido, cuya trayectoria política y jurídica en Puebla, todo mundo conoce; Horacio Hidalgo Mendoza, que ha sido diputado, funcionario público y catedrático de la UAP y hoy es notario público y que fue militante del PRI y del PRD y algunas otras personas.

             Pero también hay quienes consideran que debe ser un militante partidista y lógicamente, se inclinan por alguien que milite en Morena, que como el viejo PRI, podría avasallarlo todo.

              Para ello se menciona a Fernando Manzanilla Prieto, ex secretario general de gobierno y actualmente diputado federal por el PT. Persona con relaciones cordiales con la mayor parte de los actores políticos del estado, con sensibilidad social y política y con oficio, y al economista Norberto  Anaya Aquino, un viejo militante de izquierda ahora en Morena, que no ocupa un cargo de elección popular, pero que está bien ubicado en el Senado de la República donde ha demostrado su capacidad política, muy necesaria en estos tiempos en que prevalecen los improvisados y los inmaduros.

              Militantes o simpatizantes de Morena, nos han expresado su preocupación por la actuación de muchos de sus compañeros o correligionarios, que desempeñan puestos de elección popular y que han puesto en evidencia su falta de oficio político, su falta de congruencia, su carencia de sensibilidad, en fin, su novatez, aunque algunos tengan ya algún tiempo en andar en esos menesteres, pero sin que nada se les quede, sin que nada hayan aprendido.

                 Todos los inicios son difíciles, y en el caso de nuestro país, las dificultades se agrandan, porque llegó al poder un partido nuevo, sin ideología precisa, que recibió a todos los que se le quisieron integrar procedentes de diferentes formaciones partidistas, algunas contrarias a lo que a través del tiempo, ha pregonado el hoy presidente electo.

                 Hay la esperanza de que con el correr del tiempo, todo se vaya acomodando y que los malos elementos, sean eliminados por la propia inercia del ejercicio del poder. Ojalá.

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