Martes, 12 Noviembre 2019 18:19

México tiene una gran tradición de asilo

Columna | P U L S O    P O L I T I C O

             Somos mayoría los mexicanos que estamos totalmente de acuerdo con que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, conceda asilo al presidente de Bolivia, Evo Morales.

              México, en la etapa post-revolucionaria, cuando gobernaba el PRI, se distinguió por asilar a los perseguidos políticos, a los perseguidos religiosos, a los perseguidos por las más diversas causas y cuenta con leyes precisas para otorgar ese beneficio al que lo solicite.

               Hoy un sector de la población enemigo de la Cuarta Transformación, porque afecta sus intereses políticos y económicos, ha armado un coro de condena al hecho de que México haya ofrecido y asilado al presidente de Bolivia Evo Morales, que según reconocen organismos internacionales, logró sacar a su país de una fuerte crisis económica y durante sus tres periodos de gobierno tuvo un éxito evidente en el combate a la pobreza.

               Su preferencia por los pueblos originales a los que pertenece, parece que ha sido la causa del descontento de las clases medias del país andino y a esas clases medias se ha unido un sector de las nuestras, encabezada por su máximo exponente, el ex presidente panista Vicente Fox.

               Se olvidan los opositores al exilio que concede nuestro país a Evo Morales, que en los años cuarenta estuvo asilado en nuestro país, el creador del Ejército Rojo, de la Unión Soviética, León Trosky; que el gobierno de Lázaro Cárdenas, asiló a miles de españoles que huían de la Guerra Civil de su país; a miles de judíos que eran perseguidos por los nazis en toda Europa. Que el gobierno republicano de España, encontró asilo en México.

               Se les olvida que aquí encontró asilo el presidente de Guatemala derribado por un golpe de Estado en los años cincuenta, Jacobo Arbenz y que más tarde estuvo en nuestro país, que lo cobijó después de su derrocamiento, el Sha de Irán y su esposa Soraya; se les olvidó que llegaron a México en los años setenta, cientos o miles de familias chilenas que huían de la dictadura pinochetista y de otros tantos argentinos que llegaron  huyendo de los “milicos” que habían tomado el poder en el Cono Sur.

              O se hacen tontos o son ignorantes de nuestra historia reciente, quienes afirman que el asilo concedido al presidente Evo, nos desprestigia. Por el contrario, esa tradición de asilo que ha caracterizado a México, excepción en los dos periodos en que gobernaron los panistas Calderón y Fox, ha dado prestigio a México, nos ha acarreado simpatías de todo el mundo: Miles de judíos y españoles salvaron sus vidas gracias a la actividad de un diplomático poblano, originario de Chiautla, el profesor Gilberto Bosques, cuyo nombre lleva una plazuela de Viena, la capital de Austria, y un busto suyo adorna una plaza del puerto francés de donde salían los barcos cargados de asilados hacia México.

            La política exterior de nuestro país, ha sido excelente durante toda la época pos-revolucionaria, excepción de los sexenios gobernados por los panistas en que el prestigio de la diplomacia mexicana, se vino por los suelos.

             Y hablando de panistas, el dirigente nacional de Acción Nacional, estuvo en Puebla hace dos días, para decir, que su partido defenderá contra todo, a los panistas que son perseguidos por el actual gobierno estatal.

              Lo que es no saber ni entender las cosas. Marko Cortés, así se llama ese “dirigente nacional” no estuvo enterado de que los panistas que dice que va a defender, nunca fueron panistas de a de veras, aunque hubieran estado inscritos en su padrón. Ellos formaron parte de un grupo que fue creado dentro del panismo, para acabar con el partido. Y que abusaron del poder mientras su jefe fue gobernador.

               Alguien debe decirle al pobre de don Marko, que doña Ana Teresa Aranda Orozco, renunció al PAN, por considerar que ese PAN ya nada tenía que ver con los postulados del partido creado por Gómez Morín. Y eso que doña Ana Tere, como le dicen coloquialmente, tampoco era panista de a de veras, sino que formó parte de la primera oleada de “neo-panistas” a raíz de que los grupos empresariales de derecha, que se salieron del PRI, porque López Portillo, nacionalizó la banca, decidieron enfrentar al partido tricolor, para lo que se apropiaron de Acción Nacional, como si fuera una franquicia comercial. Que don Eduardo Rivera Pérez, fue un presidente municipal ninguneado por el gobernador de su mismo partido, que nunca  lo tomó en cuenta para nada y que al final, lo acusó de corrupción y a punto estuvo de meterlo a la cárcel, de la que se salvó aceptando ser candidato para repetir en la presidencia, porque el entonces mandamás de Puebla, consideraba que lo necesitaba para ganarse a los panistas de a de veras, para fortalecer la candidatura a gobernadora de Erika Alonso, su esposa.

              Muchas cosas ignora don Markito, pero por lo que se ve, nadie le informa de nada y ahora anda dando muestras de que no está informado ni de lo que ha sido y es, su partido en Puebla.

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