Lunes, 24 Abril 2017 03:55

Hediondez del poder

Columna | Ideología política y sociedad.

*La captura y extradición de dos ex gobernadores demuestra la cloaca de corrupción que somete a México, donde la impunidad es el principal ingrediente.
*Los gobernadores encontraron el perfecto filón de oro para satisfacer voraces ambiciones sin responder a nadie.
*Un inimaginable caudal de recursos llegó a los estados, donde los gobernadores podían intervenir libremente, era el arca abierta a su antojo.
*Corrupción y democracia son el binomio perfecto del empoderamiento de estos megalómanos.
*Despertemos Mexicanos.

En México sufrimos desde hace mucho tiempo, un Estado Fallido, sufrimos un Estado Delincuencial, Criminal,  que provoca sufrimiento al pueblo, que saquea nuestros recursos naturales no renovables, que vende la justicia al mejor postor, que saquea las arcas  públicas hasta la ignominia, que engaña al pueblo hasta lo intolerable, que ha robado las esperanzas, las ilusiones y los sueños de los mexicanos, que se burla de la opinión pública, de la buena fe de los buenos mexicanos,  y que tiene comprometido el futuro de nuestros hijos, de nuestros nietos  de las próximas siete generaciones.

Y en este escenario tan terrible, ayer el Episcopado Mexicano de la Honorable Iglesia Católica Romana en México, -léase como la postura oficial y el preclaro pensamiento de su eminencia el Príncipe Señor Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México, con sede en la Catedral Metropolitana de México-  publicó en el editorial de su semanario “Desde la fe” un documento muy veraz, y atinado que nos permitimos reproducir.

Este documento lo debemos leer, analizar y en lo posible reproducir y retransmitir, para que ayude a los ciudadanos mexicanos a tener una conciencia clara del estado de las cosas en nuestra nación, y a poder elegir  dentro de un año a los mejores candidatos  a renovar la Presidencia de la República, el Senado (128 senadores), la Cámara de Diputados federal,  (500 diputados federales,  300 electos en urnas y 200 de regalo a los amigos, de los gerentes de los respectivos partidos), estamos hablando de las Cámaras Alta y Baja del Honorable Congreso de la Unión, los Congresos Estatales, las 2440  presidencias municipales, junto con sus cuerpos de ediles,  y los gobernadores de todo el país.

Su Eminencia el Príncipe de la Iglesia Católica Romana Mexicana, Señor Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México, con sede en la Catedral Metropolitana de México, fustiga los malos gobiernos de México.

Así que si más preámbulo le invito a leer la palabra de su Eminencia Norberto Rivera Carrera:

“La captura y extradición de dos ex gobernadores demuestra la cloaca de corrupción que somete a México, donde la impunidad es el principal ingrediente. Los agravios son evidentes cuando la opinión pública conoce del patrimonio exorbitante y de los caudales de recursos que cebaron a los delincuentes en feudos corruptos para solapar negocios y proteger amigos; los allegados se beneficiaron de cargos inexistentes, cuentas fantasma, licitaciones o compensaciones a nombre del Estado, sin mayor explicación o transparencia”.

“Después de la alternancia y fin del autoritarismo presidencial terminaron los pactos del poder, y los gobernadores encontraron el perfecto filón de oro para satisfacer voraces ambiciones sin responder a nadie y ejecutar el pago de favores. Un inimaginable caudal de recursos llegó a los Estados a través de fondos destinados al desarrollo social o de infraestructura local, aparte del financiamiento público de partidos políticos, donde gobernadores podían intervenir libremente en los procesos para inclinar la balanza electoral en favor de sus intereses; era el arca abierta a su antojo”.

“Corrupción y democracia son el binomio perfecto del empoderamiento de estos megalómanos. Algunas cifras publicadas durante el pasado proceso electoral federal 2012 mencionaban que, para el caso de una campaña para gobernador, la autoridad electoral habría puesto topes de campaña de entre 40 y 50 millones de pesos; sin embargo, se necesita más que esa pingüe cifra para amarrar el cargo. Una campaña ganadora requiere de entre 400 y 700 millones de pesos. Esto indicaría el engaño y fraude a la ley para fondearse de recursos ilegales, de fuentes no permitidas, incluso del poder corruptor del crimen organizado, a través de contabilidades dobles, una para la autoridad y otra sólo para los ojos del candidato. Ese resquicio legal descompone la democracia para consolidar poderes desmedidos que rayan en lo obsceno y burdo”.

“No obstante, las juramentadas declaraciones de líderes de partidos políticos de presentar hombres y mujeres intachables en los cargos, la realidad demuestra cómo es más fácil ganar con un desequilibrado que con personajes de reputada e impecable trayectoria. Más allá de las cuestiones personales, la corrupción de gobernadores presenta el profundo dilema moral en el que México está sumergido cuando, a los ahora señalados, se les ensalzó como la nueva generación política del cambio contra el pasado autoritario, antidemocrático y de poder desmedido. Las refinadas formas de la política llevan detrás el grotesco manejo de la corrupción a modo, cuyo germen es la impunidad. En los Estados desfalcados y en quiebra económica operaron gobernadores sin contrapeso alguno, y quienes se atrevieron a denunciar, pagaron muy caro las consecuencias de sus actos”.

“El asombro público por este fenómeno de corrupción entre gobernadores no debe quedar en el pasmo. Reformas electorales van y vienen, y el resultado es el mismo: encumbrar la corrupción como arte del éxito político. Es necesario un cambio de mentalidad para ejercer el servicio público bajo la responsabilidad ética –porque el poder no es negocio–, así como adelgazar el sistema esclerotizado por privilegios, fueros y protecciones extralegales. La demanda de la ciudadanía es que los responsables, de ser culpables, reparen el daño y restituyan la riqueza del pueblo por el fraude cometido. Es el examen para enfrentar el fracaso del sistema federalista en obsolescencia. Por lo pronto, hoy soportamos la hediondez del poder”.

Hasta aquí en llamado del Señor Cardenal, Norberto Rivera Carrera, dirigido a los mexicanos, yo en lo personal les invito a reflexionarlo, releerlo, y pasarlo a sus familiares, amigos, vecinos, y compañeros, para crear un poderoso movimiento concientizador, para empezar a cambiar a nuestro país.

Las oportunidades para salvar a México se reducen, los encargados de ello hacen todo lo contrario, los ciudadanos estamos en el desamparo, hace falta un líder, un patriarca, que dé, un golpe de timón, que establezca un gran pacto nacional para el rescate de nuestra nación, que establezca un gran frente político nacional en defensa de nuestro original proyecto de nación, y en este sentido el Cardenal Norberto Rivera Carrera pone el dedo en la llaga. 

Esta es la verdad.

Yo soy, Victor Manuel de la Vega Gutierrez.

Publicado en COLUMNAS

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