Columna | P u l s o    P o l i t i c o

      De diez priistas entrevistados al azar, por este columnista ayer, ocho opinaron que si el PRI cometiera el error de lanzar nuevamente a Blanca Alcalá, como candidata a la gubernatura del estado en el 2018, volvería a perder.

      Esta pequeña muestra se tomó entre militantes priistas con militancia real, es decir, hombres y mujeres que participan en los actos de su partido y tienen puesta la camiseta y no piensan cambiarla. Fue como consecuencia de las declaraciones hechas por el dirigente estatal del PRI, Jorge Estefan Chidiac, en el sentido de que la senadora poblana, es la más conocida y que sería la más votada en caso de resultar postulada por el tricolor en las elecciones del 18.

      “Puede ser la mujer priista más conocida, pero no la más votada. Eso lo sabrían nuestros dirigentes si hubieran puesto atención a los comentarios emitidos no solo por los priistas, sino por la gente en general, a raíz de su postulación en el 2016”.

      Dos de los entrevistados agregaron, que si es postulada y vuelve a coordinar su campaña su yerno, perdería con un porcentaje superior al que se registró en las elecciones de junio.

      “Si perdió en la pasada elección, es ilógico que en el 2018 gane. Un perdedor en el PRI, es perdedor de por vida, pues quieran o no, el partido Revolucionario Institucional, es el de mayor militancia, el mejor estructurado y el mejor organizado. Cuando hemos perdido, se ha debido casi siempre, a las malas decisiones de los dirigentes y a las divisiones que surgen al interior del partido. Ojalá y nuestros dirigentes se percaten de ello y no vayan a cometer otro error, que ya no sería casual, sino intencionado”, señalaron.

     Las declaraciones hechas el lunes en Puebla, por el dirigente de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, Héctor Yescas Torres, en el sentido de que los programas agropecuarios en México, se realizan con fines electorales, explican el porqué somos un país expulsor de población hacia los Estados Unidos y un país dependiente alimentario, dijo un ex dirigente de la Confederación Nacional Campesina, de filiación priista.

       Yescas Torres, dijo que este año, el presupuesto para Agricultura y Ganadería, se canaliza en un 40 por ciento a los estados de Coahuila, Nayarit y Estado de México y el 60 por ciento, queda para los 29 estados restantes, porcentaje que es a todas luces insuficiente para apoyar a nuestra agricultura y ganadería.

       El dirigente de la CNPA, todavía dijo más, dijo que en Puebla, en el gobierno pasado, el dinero destinado a la actividad agropecuaria se canalizó a la entrega de moto-tractores y fertilizantes, con lo que se benefició a los a los intermediarios pero no a los campesinos. Y en eso también estuvo de acuerdo el ex dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias del Estado.

        La noticia de que el Tribunal Estatal del Estado de Puebla, dio marcha atrás sobre su fallo de recortar las prerrogativas de los partidos políticos en 40.4 millones de pesos, debido a la resistencia de los consejeros del Instituto Electoral del Estado, no cayó bien entre los ciudadanos consultados.

       “Es un dinero desperdiciado que contribuye a la corrupción que hay en el país. Por esas prerrogativas, tenemos los partiditos que tenemos, por esas prerrogativas, los principales partidos políticos del país, se están desbaratando, por eso mismo, los mini-partidos siguen siendo eso, no crecen, pues crecer sería un peligro para los dirigentes que se han erigido como dueños de las agrupaciones que disque dirigen y ocupan las prerrogativas para fines netamente personales, total, la antipatía hacia los partidos y hacia muchos políticos, esa sí va en ascenso.

      Son rumores, pero éstos se convierten en verdad, cuando no son debidamente aclarados. Se trata del accidente que tuvieron los militares en la región de Palmar de Bravo.

        Se afirma que el accidente fue provocado por los huachicoleros, que con una camioneta se le cerraron al transporte militar a fin de orillarlo y volcarlo.

       Este tipo de hechos en una zona conflictiva como es el llamado “triángulo rojo”, puede provocar desconfianza en las fuerzas de seguridad entre la población en general y pérdida de respeto de parte de la delincuencia que minimiza a dichas fuerzas por su falta de efectividad.

        Y todo puede deberse a que al no existir una ley que reglamente la actuación de nuestras fuerzas armadas en labores policiacas, éstas cuiden demasiado su actuación a tal grado que se paralicen.

Publicado en COLUMNAS

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