Desde la elección presidencial de 2006, ha sido pública la animadversión y rencor que el Presidente López Obrador ha tenido hacia el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, órganos a los que nunca les perdonó, le otorgaran el triunfo a Felipe Calderón.

Dicha situación se ha recrudecido durante el ejercicio de su administración y cada vez es más evidente el malestar que le ocasionan, a pesar de que ellos validaron su triunfo en 2018.

Son varias las razones que justifican su actuar, desde el hecho de que fueron designados por los legisladores de los partidos de oposición en un reparto de cuotas y posiciones, el hecho de que no puede controlarlos a su antojo  acusándolos de que siguen al servicio de la “mafia del poder” y los neoliberales.

Los desencuentros entre el presidente y los mencionados órganos, incluyen agravios, como el retiro en la pasada elección intermedia de candidaturas de Morena, fallos sobre la indebida exposición de sus mañaneras en tiempos de proceso electoral y los sueldos que tiene los Consejeros del INE y los magistrados del Tribunal Electoral, mayores a los del propio Presidente..

Por todo ello, López Obrador ya había amenazado públicamente desde sus mañaneras, con acabar con ellos diciendo que eran una herencia de corrupción del régimen anterior y que habría que renovarlos, aunque todos sabemos que la verdadera causa de su malestar es que no se han plegado a sus decisiones.

Pues bien, la amenaza está a punto de cumplirse, ya que, por medio de uno de sus alfiles en el Congreso, el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, anunció que se prepara una reforma electoral para remover a todos los integrantes del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) y de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Mostrando con ello, nuevamente el verdadero rostro de un gobierno autoritario, y con una clara muestra de que le incomodan los contrapesos, por el simple hecho de que no está de acuerdo con  las decisiones que se toman contrarias a sus intereses y deseos.

La iniciativa en comento plantea reducir de 11 a 7 los integrantes del INE y recortar de 7 a 5 los magistrados electorales, con el disfraz de ser una medida acorde al principio de austeridad republicana

Asimismo, se propone la eliminación de los Organismos Públicos Locales en los estados (OPLES) y trasladar sus funciones al INE, y recortar el número de diputados de 500 a 400, y senadores de 128 a 96.

Además, el INE perdería la facultad de fiscalizar a los partidos políticos nacionales y estatales, pues estos ahora se auto fiscalizarían. Se prevé que la presidencia del INE sea trianual y rotatoria.

Como podemos observar se trata de una propuesta de reforma electoral, realizada a modo para tomar el control de las decisiones administrativas y jurisdiccionales en el próximo proceso electoral de 2024, que le permitan fijar el rumbo de la renovación del poder ejecutivo y legislativo conforme a sus planes y los de su partido y aliados, garantizando con ello ganar en la mesa las elecciones que eventualmente pudiera perder en las urnas, contando con una mayoría que le permita al próximo Presidente gobernar a su antojo y así no correr ningún riesgo como sucede en la actualidad.

Resultará muy interesante, conocer el roll que jugarán en el proceso de aprobación de la reforma electoral, los partidos de la alianza opositora: PRI, PAN Y PRD. ¿si frenarán la reforma? ¿ ó si venderán sus votos, por alguna otra concesión o negociación con el grupo en él poder? Y en el caso de los Partidos que han apoyado a MORENA como el PT, PVEM y MOVIMIENTO CIUDADANO, si la aprobarán o echarán abajo, ya que sus votos pueden definir el destino final de la iniciativa en las próximas semanas.

Otro aspecto que considera la iniciativa y que irá a los bolsillos de los ciudadanos, es seguir pagando con nuestros impuestos, los salarios de los consejeros y magistrados que serán destituidos, por el tiempo que les queda en el encargo. Además, aclara que los consejeros que llegaron al cargo en el 2020 (afines a Morena) podrían participar nuevamente en el proceso de designación, es decir sus “ gallos” gozan de la bendición presidencial para repetir en los cargos, lo que me parece contradictorio con su discurso, ya que por una parte declara “que se vayan todos” y por otra, cobija a los que se eligieron durante su administración y con los votos de su partido y aliados; entonces me pregunto:¿se está a favor o en contra del reparto de cuotas y posiciones? o seguiremos con lo que tanto ha criticado López Obrador de los gobiernos del PRI y el PAN, colocando a sus incondicionales en los órganos electorales, para allanarse los triunfos de su partido.

               *Director general del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.

Publicado en COLUMNAS

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