Columna | P U L S O   P O L I T I C O

          EN EL AÑO 2000 los amigos de Fox, introdujeron en nuestro país la guerra sucia en el medio político y desde entonces la actividad política se ha descompuesto y quienes se dedican a ella se han degradado o los han degradado, salvo excepciones.

         Consiste en desprestigiar al adversario con chismes y rumores, para exhibirlo ante la opinión pública, como no merecedor del cargo público al que aspira. Se llegan a utilizar verdades a medias o verdades exageradas y se mezclan ataques contra familiares y otras personas allegadas..

        En la contraportada del libro: “Lass guerras de lodo” cuyo autor es el abogado y periodista poblano Manuel Carmona, se dice que una campaña política es costosa, prolongada y sumamente desgastante. “La contracampaña es mucho más barata, sus efectos son inmediatos e implica un mínimo esfuerzo”.

       “Pero eso sí, requiere fuertes dosis de perversidad, audacia y mucha, pero mucha imaginación”.

        Por eso tal vez, lo que trajeron los panistas hace 22 años, continúa prevaleciendo en todos los ámbitos políticos de México y tiende a crecer aún al interior de los mismos partidos, como ya lo estamos viendo: En Morena, el partido en el poder, que todavía no acaba de consolidarse como partido político, aunque sigue teniendo a la mayoría ciudadana gracias a la figura del Presidente López Obrador, importantes figuras del morenismo atacan a sus adversarios internos si éstos amenazan sus intereses personales o de grupo. Tratan de eliminarlos de la lucha interna por candidaturas a puestos de elección popular, mediante esas “guerras de lodo” cuyo único fin es la destrucción del prestigio del oponente.

       Si los dirigentes partidistas de Morena, del PRI, del PAN o del PRD o de los llamados partidos satélites, no se percatan del mal que esto significa no solo para sus partidos, sino para toda la actividad política, más temprano que tarde, sufrirán las consecuencias.

      QUIENES SE DEDICAN O QUIERAN DEDICARSE A LA política, deben ser ciudadanos ejemplares, dignos de confianza, honestos, patriotas y eficientes en su trabajo. Participar en campañas de lodo, los desprestigia y los vulgariza.

       Estamos en Puebla a poco menos de dos años de que se decida el cambio de poderes en el estado. Es tiempo de que los partidos tomen cartas en este asunto y eviten las guerras sucias que a nadie absolutamente a nadie benefician. Los partidos deben ser instituciones serias y responsables, por lo tanto deben ser muy cuidadosos de lo que hacen sus militantes en este aspecto y parar cualquier intento de guerras de este tipo.

        RAFAEL MICALCO, UN DESTACADO LIDER PANISTA, critica severamente la aprobación del decreto para obligar al pago del alumbrado público a los contribuyentes, una idea de un grupo de panistas en el poder municipal y que ya está por aplicarse en el municipio capital del estado y en otros del interior,

        El actual presidente municipal de Puebla, en su primer periodo como alcalde, durante el gobierno de Moreno Valle Rosas, apoyó abiertamente la privatización del servicio de agua potable al que se opone un alto porcentaje de la población. Vecinos de la colonia San Manuel se quejan de la falta del indispensable líquido en varios sectores de esa colonia y la respuesta del presidente municipal, Eduardo Rivera, fue: “La responsabilidad es de la empresa Aguas de Puebla, reclámenle a ella”.

       Es decir, que si un día falla el servicio de alumbrado público en esta capital, habrá que reclamarle a la empresa que haya sido contratada para eso por el ayuntamiento, porque este ya no será responsable.

        Los ayuntamientos panistas tienden a privatizarlo todo y ellos quedar como cobradores de impuestos y multas, sin la pesada responsabilidad de otorgar los servicios públicos que la ciudadanía de un pueblo, una ciudad o un municipio requieren. Qué bonito ¿verdad?.  
       
     

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