Domingo, 13 Agosto 2023 07:52

La asunción de la virgen maría

Reflexión Poética | Compartiendo Diálogos Conmigo Mismo

(La que concibió en su seno virginal y trajo al mundo al Hijo de Dios, verso enternecedor y verbo inmortal, percibe de sol a sol la maravillosa loa del alma y del cuerpo en el altar Trinitario; y, nuestros espíritus,- como siempre-, se orientan a nuestra Abogada con toda la inocencia y la familiaridad de los angelitos).

I.- LA REINA UNIVERSAL;
SIEMPRE EN SALIDA DE SÍ, HACIA EL TODOPODEROSO

La Inmaculada Virgen, resguardada
de toda mancha de traspié ancestral,
acabado el ciclo de su vida terrenal,
fue asunta en todo a la gloria divina,
y alabada por el Señor como Reina.

Habita en el cielo y goza con Cristo,
de la imborrable serenidad beatífica.
Nos atañe elevar la mirada dolorosa,
de nuestro peregrinar por aquí abajo,
vaciarnos en su lámpara y dar oídos.

Como curso del Mesías, imitémosla;  
y oigámosla como cauce espiritual;
surjamos en sintonía con su virtud,
y resurjamos estableciendo el bien;
que es el que nos despeja el camino.

II.- LA PRIMERA EN HABITAR EN DIOS;
SIEMPRE EN GUARDIA, SIN DEMORA HACIA EL PARAÍSO

Era necesario que María, que vivió
en el Verbo y el Verbo junto a Ella,
en la que se alojó nuestro Redentor,
liberada de todo hálito corrompido,
fuera asunta por la mirada de la fe.

Gestémonos en la obra de la Madre,
que habitó en las peanas de la cruz,
para comprender las pesadumbres,
y vislumbrar a través de la piedad,
la dimensión nívea del nuevo reino.

Lo esencial radica en no desfallecer,
en no debilitarse en la lucha diaria,
respecto a la fuerza de las tinieblas,
que no cesan de lanzar sus ataques,
para que el Salvador no halle hogar.

III.- LA MEDIACIÓN CON ESPÍRITU MATERNAL;
SIEMPRE EN CERCANÍA, HACIA ARRIBA Y LOS DEMÁS

Desde todos los rincones intercede,
por conciliar y reconciliar corrientes,
y media como auxiliadora de todos;
nos resguarda en su manto materno,
nutriéndonos con los dones divinos.

Que alguien, como nosotros, habite
en el edén con el cuerpo nos da luz;
puesto que, a los ojos del Altísimo,
nada se abandona; sólo hay que ver
a la Estrella, como puerta del limbo.

El arquetipo de rectitud engrandece
al Creador y enaltece las maravillas,
el deseo de acogerse tras las caídas,
la alegría de recogerse unos a otros,
con el regocijo de sentirse resurgir.

Víctor CORCOBA HERRERO
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Publicado en COLUMNAS

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