Columna | Sin Límites

*Era un español uno de los “tlaxcaltecas” mencionados

La investigadora poblana Emma Yanez Rizo demuestra con datos y hechos históricos que la talavera nació en Puebla, que los primeros loceros que llegaron a Puebla Capital en 1550, que fueron españoles cuyos descendientes no han podido ser ubicados por falta de documentos, que a fines del siglo XVI se inició el registro de loceros y que se reglamentó a partir de las ordenanzas de 1653.

Asimismo, demuestra que la talavera se inició en Puebla, a cargo de españoles asentados acá, quienes formaron talleres y capacitaron a criollos, quienes formaron gremios hasta 1620. Incluso menciona un nombre de un español, Nicolás de la Cueva, que los tlaxcaltecas consideran nativo de esa entidad.

Los datos están contenidos en el reportaje El Origen de la Talavera en Puebla y el Clan de los Encinas-Gaytán, escrito en 2013 por  Emma Yanez Rizo en el Portal Mundo Nuestro.

Asimismo, está registrado en la tesis elaborada en julio de 2013, La Loza Estannífera de Puebla, de la Comunidad Original de Loceros a la Formación del Gremio (1550-1653) , donde Yanez Rizo obtuvo el grado de  Doctora en Historia del Arte del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, en la Facultad de Filosofía y Letras.

Una columna de quien esto escribe, publicada el 15 de junio señalaba que Tlaxcala reclamaba a Puebla ser el lugar de origen de la talavera. De acuerdo al escrito, el representante de la Unión de Artesanos de Talavera en San Pablo del Monte, Ismael Aurelio Alcantarilla, recordaba que en 1560 en Tlaxcala el soldado Alonso de Ojeda halló en su aposento unas vasijas grandes de barro, más de 80 platos, escudillas y losa bien labrada como si se hiciera en talavera.

Añadía que en esa época, Nicolás Martín de Alba, un notable artífice junto con Nicolás de la Cueva, nacidos en Tlaxcala, se trasladaron a Puebla para enseñar esta labor. Ellos son tlaxcaltecas, pero reconocidos como poblanos, finalizaba. https://www.e-consulta.com/opinion/2020-06-15/tlaxcala-reclama-el-origen-de-la-talavera

Pero, la investigación de Yanez Rizo asegura que a partir de 1620 se empieza a formar un grupo nuevo de loceros de origen criollo, con vínculos con la comunidad anterior y con diferencias específicas. Dice que con sus anteriores maestros, estipulan las ordenanzas de 1653. Ese grupo se expande en torno a la figura de Diego Salvador Carreto.

Para más señas, menciona a Nicolás de la Cueva como parte de ese grupo, de quien dice era un joven huérfano español, que originalmente vivió en Tlaxcala, en 1635 ingresa a trabajar como aprendiz del maestro Antonio de Arteaga. De 1647 a 1660 arrienda como maestro una casa de locería “que va de la plaza pública a la Iglesia del evangelista San Marcos que fue propiedad del maestro Alonso Sevillano”.

Yanez hizo un minucioso trabajo de archivo en Puebla Capital, la Ciudad de México, el Archivo General de Indias de Sevilla, la lectura de bibliografía específica sobre la historia de la loza estannífera en México, en Sevilla, en Talavera de la Reina, en Puente de Arzobispo, en Génova y en Liguria, región en la hoy Italia, aliada por entonces al imperio hispánico.

GRANDES VACÍOS EN HISTORIOGRAFÍA

Para la historia de la talavera en Puebla lo sucedido en la segunda mitad del siglo XVI es fundamental. Y de la misma manera para la historia de la ciudad. Es un siglo obscuro, con grandes vacíos en su historiografía, y que requiere de un esfuerzo en la investigación científica que los arqueólogos e historiadores no han dejado de dar y que desde las instituciones de investigación se debe impulsar.

Su tesis es un profundo estudio del siglo XVI poblano y narra la historia de los artesanos que desarrollaron la llamada entonces loza fina, documenta con muchos datos, la vida de los trabajadores que contribuyeron con su destreza y capacidad artística a la construcción de nuestra ciudad colonial.

Durante muchos años, a partir del texto de Edwin Barber de 1908, que afirmaba que el origen de la mayólica o talavera en Puebla se debía a su introducción por  los frailes del convento de Santo Domingo en 1526, no se ha dejado de especular por los estudiosos de la cerámica al respecto.

Talavera de la Reina y la región de Toledo en España son la cuna de un importante grupo de loceros asentados en Puebla, donde destacan los Encinas-Gaytán, vinculados a su vez con los azulejeros de Sevilla de la familia de Alonso García, los Bautista Salomón de Génova y los Bautista Conrrado de Liguria, castellanizados.

La investigación corrobora la cercanía de estos primeros loceros con el convento de Santo Domingo en Puebla, así como con los principales alarifes y arquitectos de la época: Alonso Díaz, Pedro de Arganda, Pedro López Florín y el capitán y arquitecto Francisco de Aguilar.

En su trabajo Yanez habla en particular, de Gaspar de Encinas el viejo, como uno de los primeros loceros españoles asentados en Puebla en 1580, que logra expandir su linaje, a través del matrimonio de sus hijos con mujeres de familias de loceros y el sistema de trabajo maestro-oficial-aprendiz. Ahí nació la talavera poblana.

En fin, como escribió Salvador Fidel Ibarra (México, 1901-1958), en su poema Puebla:

Y llegaron de España forjadores
que hicieron filigranas y balcones
 y rejas, y ebanistas que en portones
de tropical madera,
dejaron de su genio los primores,
y al mirarte grandiosa, pero austera,
trajeron de la noble Talavera
la magia de color de sus esmaltes
donde se quiebra el sol en mil reflejos,
y alegraron tu frente
con los policromados azulejos.       

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