El Covid 19 ha convertido a madres en heroínas, en la educación de sus hijos, el hogar y sustento de sus familias.

Muchas serán sin duda las lecciones que nos ha dejado la pandemia del Covid 19 a toda la humanidad, que abarca todos los ámbitos de la vida de las sociedades actuales, desde los aspectos sociales, de medio ambiente, de convivencia, económicos, políticos, culturales, deportivos, psicológicos, entre otros, demostrándonos que si no hay salud en la población, es imposible lograr un desarrollo y estabilidad en los países, algo que hasta hoy nos damos cuenta que se ha descuidado en forma irresponsable y que dejó claro, que ningún país estaba preparado para enfrentar dicha situación, unos más y otros menos; pero la gran mayoría no tenía a la salud de sus habitantes como una de sus principales prioridades.

El caso de México resulta aleccionador y patético, además porque dejó a la vista, toda la corrupción y los grandes negocios qué desde el poder se llevaron a cabo, sin importar la salud de la población, sino sólo buscar beneficios económicos, vía los moches o con compras fraudulentas jugando con la salud de los ciudadanos, sin importar si se trataba de mujeres, niños, ancianos, personas con alguna enfermedad terminal o incurable, eso pasó a segundo término para aquellos funcionarios encargados de proporcionar los servicios de salud a los mexicanos, que hoy sufren las consecuencias de dichos actos, que esperamos sean investigados y se ponga a los responsables tras las rejas.

El panorama actual es desolador, debido a que la pandemia no da tregua y siguen en aumento los contagios y defunciones lo que seguramente puede prolongarse hasta finalizar este año y puede tornarse aún más grave con la llegada de la temporada de invierno.

En el tema de la educación obligatoria que hoy reciben nuestros hijos en esa edad por medios digitales y plataformas, las cosas a la fecha, no pintan bien y aún y cuando fue una medida desesperada tomada por las autoridades educativas, a fin de evitar se perdiera el ciclo escolar, los problemas que enfrentan los niños y padres de familia se tornan cada vez más complicados, al tener que decidir entre quedarse en casa a ayudar a que sus hijos tomen sus clases, ya sea por televisión o por internet, o bien, salir a buscar el sustento de la familia para sobrevivir y llevar lo necesario para salir adelante, decisión que no ha sido fácil para nadie y en la cual la balanza se ha cargado hacia las madres de familia, quienes en muchos de los casos hoy enfrentan una situación desesperada, al tener que ocuparse de las labores del hogar, atender a los hijos, apoyarles en su educación y en algunos casos, además trabajar cuando no cuentan con el apoyo de una pareja.

En toda esa actividad, en la que hoy las madres de familia, han tenido que tomar el rol de facilitadoras de la educación de sus hijos, ni las autoridades de Gobierno, ni la sociedad, han valorado la gran importancia de su labor, sin la cual, seguramente sería muy alto el número de estudiantes que habrían suspendido estudios o desertado de los planteles por no contar con el apoyo de ellas, para lo cual no fueron preparadas.

Una vez más, son las mujeres, quienes deben llevar a cuestas esta carga en los hogares y actividades laborales, ellas son quienes día a día sacan la casta para que sus hijos sigan adelante y para evitar que por la pandemia, suspendan sus estudios y caigan en una crisis psicológica por falta de actividad de los menores.

No sirve de nada se quejen de lo que han tenido que enfrentar: el conseguir mínimo una computadora o televisor para sus hijos, el pagar un servicio de internet cuyo costo en ningún momento ha sido rebajado por las empresas que lo venden, ni subsidiado por el Estado, siendo en este momento, no un lujo, sino un servicio necesario para la educación de los estudiantes.

El hecho de tener que pagar más por el servicio de energía eléctrica, cuyo consumo ha aumentado por el uso de los aparatos eléctricos como computadoras y televisores que deben estar trabajando mínimo 10 horas al día, sin que al Gobierno federal le importe en lo más mínimo ya que no ha otorgado ningún descuento a los consumidores.

Son por ahora las madres de familia, junto al personal médico y hospitalario quienes más han dado de sí mismos, para enfrentar la pandemia ayudando a los más afectados.

Sin ellos, el deterioro de nuestra sociedad y el futuro de nuestra niñez, estaría en grave riesgo y los daños serían irreversibles.

Justo es, no sólo reconocer su labor, sino apoyarles para que su carga sea menos pesada; es momento de sumarnos todos a este esfuerzo para salir adelante como un país unido y solidario.

                                            * Director General del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.

Publicado en COLUMNAS

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