En un momento crucial para la vida de nuestro país, en medio de la crisis desatada por la pandemia del Covid 19 que ha afectado la salud y la situación económica de todos los mexicanos; era de esperarse que la propuesta del Presupuesto de egresos del gobierno federal para 2021, diera prioridad a la atención inmediata de estos problemas que la mayoría de los países a nivel mundial en la medida de sus posibilidades han enfocado sus recursos para mitigarlos; sin embargo las prioridades del actual Gobierno en un año electoral, son otras, ya que se antepusieron a los problemas de la población, el apoyo presupuestario de los Diputados federales, a los grandes proyectos del Presidente, como son el Tren Maya, la refinería de dos bocas, el aeropuerto de Santa Lucía, el corredor Transístmico de Tehuantepec y el Tren México Toluca, obras que tuvieron un aumento de hasta el 93.1% comparado con el que tuvieron el año pasado. Dichos proyectos en el momento que enfrenta el país y que se prevé dure lo que resta de este año, están alejados de la creación de empleos, el apoyo a las micro y medianas empresas, así como a la reactivación económica del país, originadas por la pandemia, lo que ha hecho que en 2020 aumentaran a doce millones de personas en el desempleo y arrojado a la pobreza  a más de trece millones.

En el caso de  los programas sociales impulsados por el gobierno de la 4T, como son el de apoyo a las madres solteras y discapacitados, a adultos mayores y el de jóvenes construyendo el futuro, tendrán un aumento, junto con el de las Becas para el Bienestar para este año, recursos que se entregarán en forma directa a los beneficiarios que actualmente gozan de ellos y que seguramente se traducirán en votos a favor de los candidatos de Morena y sus aliados en las elecciones del 6 de junio de este año en todo el país, es decir, el uso clientelar de los mismos con recursos públicos será parte de la estrategia electoral de los candidatos del Partido para lograr el triunfo, colocando en amplia desventaja a los partidos de oposición y a los de nuevo registro, que no tendrán esos medios a su alcance.

Pese a lo anterior y a los cálculos del Presidente, los recursos destinados a los Programas sociales, ante la crisis originada por la pandemia del Covid 19, son insuficientes, para cubrir las necesidades de los destinatarios y sus familias que han perdido sus empleos y empiezan a incorporarse a la informalidad en el mejor de los casos, o a la delincuencia en el peor, por el cierre y la quiebra de las empresas que se han visto obligadas, ante la falta de apoyos y recursos gubernamentales a cerrar sus puertas.

La ausencia de programas innovadores de parte del Gobierno, para atender a las víctimas de la actual crisis se irá acrecentando día a día, en la medida en que la desesperación y falta de oportunidades de los trabajadores los lleven a tomar serias decisiones para llevar el sustento a sus familias y con el grave riesgo de contraer el Covid 19, con un sistema de salud colapsado y que ha sido rebasado por el alto número de personas contagiadas que de acuerdo a datos de las autoridades sanitarias asciende a un millón 507 mil 93 personas, habiendo perdido la vida 132 mil 69 , con una tasa de mortalidad de 8.7%  lo que ha obligado a los gobiernos de los Estados más grandes del país a regresar al semáforo rojo y al confinamiento de la población, como en el caso de la Ciudad de México.

El escenario anterior, no ha modificado la forma de pensar del Presidente de la República, para proponer la reasignación de programas y recursos de sus obras insignia a la atención de la salud de los ciudadanos y la reactivación económica, que incluso podrían serle más redituables electoralmente, que los programas sociales que no sirven para terminar con la pobreza y la desigualdad, por la falta de inversión en los servicios que demanda la población en áreas como la salud, educación y vivienda que cada día sufren mayor deterioro, ya que el objetivo del Gobierno federal, es que los destinatarios reciban los recursos en forma directa para evitar la corrupción y haya intermediarios en su reparto, como una forma de comprometer el voto, sin tomar en cuenta que no se cuenta con la infraestructura adecuada, ni los medios para satisfacer las necesidades de la población, quedando dichos recursos, sólo como paliativos en una crisis sin precedentes, de la que no se ve cómo el país podrá salir de ella, con un mayor número de personas desempleadas y número de pobres, sin que existan recursos suficientes para atenderlos, con una economía que no produce riqueza porque a la larga, los empresarios no podrán pagar los impuestos que necesita el Estado para su  subsistencia, así de crudo, está el panorama de México.

                                                                *Director General del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.

Publicado en COLUMNAS

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