Columna | P U L S O    P O L I T I C O

         La llamada “Corriente Critica” del PRI, que a nivel nacional dirige Genaro Morales y a nivel local. Erik Salgado, ahora sí se pusieron críticos y exigentes con sus dirigencias.

          Para empezar, el licenciado Eric, renunció  la dirigencia estatal de la Corriente, para participar en la contienda por la presidencia del comité estatal del Revolucionario Institucional y exigió la renuncia de todos los que aspiren a ese cargo y ocupen posiciones de mando dentro del partido, como el actual dirigente en la entidad, Lorenzo Córdova Rivera y Néstor Camarillo, que también ocupa una posición de mando dentro del partido tricolor.

         Esto para evitar maniobras internas para beneficiar a los aspirantes colocados en posiciones importantes dentro de la dirigencia estatal.

         Y por si lo anterior fuera poco, otros miembros de la dirigencia de la Corriente Crítica, como Juan Carlos Michel, presentes en el acto de entrega de solicitud de licencia de Eric Salgado, se pusieron exigentes: Nomás imagínese usted, pidieron que la elección interna para designar nueva dirigencia estatal, fuera democrática y que se respetara en forma clara, la decisión de la militancia. Ah, y también quieren que el comité nacional, designe como dirigentes sustitutos, a militantes ajenos a los actuales dirigentes, para garantizar la imparcialidad y el respeto a la voluntad de los priístas de a pié.

            De plano, los “críticos priístas” ahora sí se pasaron. Perdieron, como diría el maestro “Pachón”, Esteban González Mejía, ya fallecido y director en su tiempo de la secundaria nocturna “Flores Magón”, la noción de la realidad.

             Seguramente imaginaron que el PRI es un partido suizo o noruego o que se convirtió en un partido respetuoso de su militancia de la noche a la mañana, sin mediar un cambio de mentalidad entre sus líderes nacionales y locales.

              El Revolucionario Institucional, en sus inicios, al término del conflicto armado de 1910, fue un partido que trató de interpretar el sentir del pueblo que se rebeló contra la dictadura porfiriana y exigía un cambio político, económico y social y así tuvo gobiernos comprometidos con el pueblo, sobre todo el de Lázaro Cárdenas del Río, que creó, en solo un sexenio, estructuras sólidas de gobierno, que subsisten hasta la fecha, dando un gran impulso a la educación en todos sus niveles, a la salud pública e impulsando la agricultura, la ganadería, la pequeña y mediana empresa.

            Pero llegaron los tecnócratas, con Carlos Salinas de Gortari al frente y todo cambió: la economía, la política y se provocó un gran descontento social, dentro y fuera del PRI. Pero entonces, nadie pensaba ser crítico del nuevo sistema neoliberal, pues los priístas eran soldados leales de su partido y acataban órdenes, no solo por disciplina, sino porque no les quedaba de otra.

             Después del madrazo que recibió el Revolucionario Institucional en las pasadas elecciones federales, el PRI se derrumbó y quedó hecho añicos. Tal vez por eso ahora la “Corriente Crítica” ha surgido de sus cenizas y se pone valiente. Y eso está bien.

             El problema es que la mentalidad de las dirigencias nacional y locales del partido tricolor sigue cerrada.

             Para ellos, un cambio como el que exigen ahora los críticos, en una elección interna, representaría el término de su dominio y eso no lo van a permitir.

             La realidad, no les importa, porque no la conocen, o no quieren darse cuenta de que en este país ha habido un cambio real y drástico, que los priístas están fuera del poder y que el partido que ellos han venido dirigiendo desde tiempos mejores, está destrozado al grado de tener para el 2021, una intención de voto de apenas el 6.7 por ciento del electorado, según una encuesta reciente realizada por el diario El Universal, de la ciudad de México.

                El delegado del comité nacional priísta en Puebla, Américo Zúñiga Ortiz, ha dicho que piensa ganar con los miles de ciudadanos que no militan en ningún partido, lo cual está totalmente fuera de la realidad nacional y local.

              Ya desde ahora, se esperan problemas graves en la cúpula del PRI local. El PRI empezó a descomponerse internamente, desde hace varios años, por el descontento que los tecnócratas llegaron a provocar dentro de sus filas. Los priístas como los perredistas, se dividieron en grupos, corrientes o tribus, perdieron su estructura, su organización, su unidad y disciplina y lo peor, perdieron la ideología liberal, que siempre habían sustentado y con ello, perdieron su identidad y ahora nos salen con el rumor de que es posible una alianza entre el PRI y el PAN. Eso sería la muerte de ambos partidos.

             Desde aquí enviamos un saludo y nuestras sinceras condolencias, a nuestro colega Gerardo Pérez García, por el fallecimiento de su señora madre, doña Clara García López, así como a nuestro amigo y colaborador inicial de este diario, César Musalem Jop, por el fallecimiento de su hermana doña Lilia Musalem Jop, en la ciudad de Izúcar de Matamoros.

Publicado en COLUMNAS

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