La crisis actual que enfrenta la jefa de Gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheimbaun, desde el accidente en la línea 12 del metro ocurrido el lunes 3 de mayo de 2021 alrededor de las 22.22 horas y que ocasionó la muerte de veintiséis persona, ocurrido entre las estaciones Olivos y Tezonco, el cual ha sido considerado como el segundo más mortifero, después del ocurrido en el año de 1975 por colisión de trenes y es el primero y más grave de su tipo por derrumbe de estructuras, de acuerdo a los peritajes y análisis de peritos en la materia. Accidente que a pesar de todo el trabajo desarrollado desde Palacio Nacional para minimizar los daños y tratar de exculpar a la jefa de Gobierno por la falta de mantenimiento del sistema, no ha sido borrado de la mente de los ciudadanos de la capital y tampoco del imaginario de la mayoría de los mexicanos.

Sin embargo, dicho accidente no ha sido obstáculo para que Sheinbaum continuará sus giras y trabajo proselitista en todo el país, para afianzar su candidatura a la Presidencia con el aval de López Obrador que en público y en privado le ha externado su apoyo como una de las corcholatas a sucederlo en el cargo. Asimismo tampoco se dio algún anuncio para destinar mayores recursos al mantenimiento del sistema y a un programa que le permitiera garantizar seguridad a los usuarios; pero además en un tema como este, el Presidente no tuvo el argumento de poder culpar a los gobiernos del período neoliberal, ni a los conservadores del accidente, debido a que han sido el PRD y ahora Morena quienes desde hace más de treinta años han gobernado la ciudad.

Como si el problema del accidente de la línea 12 no fuera suficiente, el pasado 7 de enero, ocurrió un choque de trenes, ahora en la línea 3 en el tramo Indios verdes-Universidad que dejó varios heridos y una persona muerta, precisamente estudiante de la UNAM, destacando que al momento del accidente la Jefa de Gobierno se encontraba de gira proselitista fuera de la Ciudad de México y de inmediato tuvo que suspenderla para acudir a atender el accidente y ofrecer apoyo a las víctimas, con las consecuentes críticas en las redes sociales, de su ausencia y falta de atención al servicio de transporte más importante de la ciudad.

Ante dicho panorama, y el gran número de críticas a la jefa de Gobierno, donde hubo voces que hoy se cuestionan, ¿si esto le ocurre al gobernar la ciudad de México?, ¿qué papel desempeñará si llega a la Presidencia de la República para 2024 para solucionar los problemas del país?

Por ello, ante la crisis que enfrenta Sheinbaum, el Presidente una vez más tuvo que salir al quite para tratar de alguna manera quitarle responsabilidad en este nuevo accidente y ello no le afectara más en el ánimo de las preferencias electorales para 2024, sobre todo con vistas a las elecciones de este año en el Estado de México que esta conurbado a la zona metropolitana y que será la primera gran prueba de Morena y aliados para lograr alzarse con el triunfo.

Como parte de la estrategia distractora en la que el Presidente es especialista, inventaron la teoría del complot y conspiración de saboteadores del sistema de transporte, cuyo fin es crear el caos y afectar las aspiraciones de Sheimbaun con lo cual se pone en riesgo no sólo el servicio, sino también la seguridad de los usuarios, por lo que resultaba urgente y necesario asignar a más de 6500 elementos de la Guardia Nacional, a fin de vigilar las estaciones del metro y evitar así que los  fantasmas saboteadores logren su objetivo de afectar el servicio.

Las opiniones de los ciudadanos de la capital, se encuentran divididas, entre quienes han visto como un acierto que la Guardia Nacional custodie el metro, a pesar de que ello implique distraerlos de combatir la inseguridad que se vive en distintos estados del país, y por la otra de quienes consideran que dicha decisión del Presidente es un salvavidas a su corcholata consentida, para tratar de culpar a enemigos imaginarios, que hasta el día de hoy no han aparecido como tales; debido a que la detención de una señora que se le cayeron unas aspas en las vías del tren y la de una persona que lanzó una lata a dicha zona, no han servido para demostrar el sabotaje que se dice está operando y que justifica la presencia de los elementos de la Guardia en las estaciones.

¿Que es lo que debemos esperar de todo este despliegue policiaco que pretende blindar el servicio del metro? ¿Qué con ello se acaben los accidentes?, ¿Qué se detenga a los delincuentes saboteadores y sean presentados a la opinión pública para que carguen con toda la responsabilidad de los percances?, ¿Qué los ciudadanos se convenzan de que en todo este problema, la única que no es responsable es la jefa de gobierno?

Por lo pronto a la fecha, no se tiene la certeza de que las causas de los accidentes sean precisamente los saboteadores y si la presencia de los elementos de la Guardia Nacional evitarán que se sigan presentando los mismos o bien, de que finalmente se destinen mayores recursos al mantenimiento de las líneas y con ello se garantice su adecuado funcionamiento y servicio, lo que en cualquier país del mundo, menos en México aplicaría si se ponderara la conveniencia de que es mejor que las autoridades cumplan con su función, en lugar de estar dedicados la mayor parte del tiempo a anteponer sus intereses políticos y de grupo en el poder, al interés de los ciudadanos y el bien común que deben regir su actuar.

Seguramente en los próximos meses veremos hasta donde, la estrategia distractora del Presidente y su afán de respaldar a la Jefa de gobierno en sus aspiraciones a la Presidencia, dieron resultados, o si estos acontecimientos podrían llevarla a quedar fuera de la candidatura, lo que a estas alturas se ve difícil, aún y cuando los problemas del metro y la inseguridad continúen presentándose en la capital del país.  

*Director general del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.

Publicado en COLUMNAS

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