Columna | P U L S O    P O L I T I C O

        No es cuento, es una realidad: en el primer ensayo en su historia de más de sesenta años, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, secciones 23, de maestros federales, y 51, de maestros estatales, se realizó una elección de dirigentes, con voto directo y secreto de todos los mentores. Fue un intento democrático exitoso, que dejó atrás una serie de maniobras tanto de las autoridades educativas federales y estatales, como de viejos líderes que pretendían eternizarse en el poder sindical.

        En ambas secciones, se registraron problemas leves, que fueron superados sin muchos problemas y los triunfadores: José Luis González, en la sección 23 y Alfredo Gómez Palacios en la sección 51. No fue objetado el triunfo de ninguno de los dos.

        TERMINA CON ESTO UNA ETAPA, EN LA VIDA sindical de los maestros, que también se volvió folklórica por la forma en que realizaban sus congresos: en cada sección se elegían delegados para asistir al Congreso Seccional que se realizaría en algún lugar del estado que los dirigentes eligieran y que podían cambiar de ubicación en cualquier momento.

        Los delegados en general eran partidarios de las planillas propuestas por los mandamases de cada sección, pero siempre había un pequeño grupo de opositores que eran arrollados por los delegados oficialistas. A los opositores se les tenía en la ignorancia total de los acuerdos de la cúpula: Los opositores que no eran delegados, se organizaban para asistir y oponerse a gritos a los oficialistas y siempre fracasaban.

         Este reportero tuvo su primera experiencia en un Congreso Magisterial que se inició en esta capital. Al cerrarse la primera sesión, ya en la noche, se anunció que los trabajos continuarían en la ciudad de Acatlán de Osorio, en el sur del estado, lugar sumamente caluroso. Y al día siguiente, los reporteros y los maestros opositores, íbamos vestidos de guayaberas a la ciudad suriana y a la entrada de dicha población, había maestros que agitando sombreros nos indicaban que se había decidido a última hora, continuar los trabajos en la ciudad de Chignahuapan, en la sierra norte de clima frío y lluvioso y el retorno se iniciaba desde la entrada a Acatlán.

       Varias horas después llegamos a Chignahuapan y cuando arribábamos a la escuela donde se llevó a cabo el Congreso, escuchamos aplausos. Ya todo había terminado y la Sección 23, tenía nuevos dirigentes seccionales. La democracia había brillado por su ausencia.

       EN OTRA OCASIÓN, EL CONGRESO SE INICIO AQUÍ Y se anunció que continuaría en la ciudad de Tehuacán. Fuimos y encontramos que ya estaba todo el escenario arreglado en una escuela, donde había maestros y estudiantes para dar la bienvenida a los congresistas. Todavía no había celulares y el control de la comunicación telefónica lo tenía un comisionado que informaba: “ya vienen”; media hora después decía: “parece que hubo un retraso” y así seguía….a los reporteros se nos invitó a comer y al terminar la comida nos informaron que los trabajos continuarían en la capital del estado y ahí venimos de regreso para encontrarnos con que la fiesta, había terminado una hora antes.

         RELATAR TODAS ESTAS PERIPECIAS, ERA INTERESANTE. Los lectores se divertían, los maestros con espíritu democrático se enojaban y todo mundo se enteraba que las dirigencias sindicales de los maestros, no eran ejemplo de democracia o algo parecido, sino pachangas que al final de cuentas, resultaban divertidas.

        Una colega del Sol de Puebla, ya fallecida, Margarita Carrasco, calificó en una ocasión a un evento de estos, como “el congreso peregrino”, pues todos sabíamos dónde se iniciaba, pero nadie se imaginaba, donde terminaría y eso implicaba hacer una peregrinación.

         Lo del martes, fue totalmente diferente: el profesor Américo Telésforo Guerrero, ameritado mentor con muchos años de experiencia, nos decía ayer, que la elección pudo no ser perfectamente democrática, pero constituyó una experiencia que va a seguir mejorando y que va a redundar en el mejoramiento de la organización sindical del magisterio. Eso mismo pensamos nosotros.

        DESDE AQUÍ, ENVIAMOS UN CALUROSO ABRAZO a nuestro amigo el licenciado Mariano Piña Olaya, ex gobernador del Estado, ya radicado en Puebla, que ayer cumplió la friolera de 90 años de edad.      
        

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