Columna | P U L S O    P O L I T I C O
   
               Los partidos tradicionales de México, el PRI (corriente liberal) y el PAN (corriente conservadora) no están perdidos, como algunos afirman, están desorientados. Ellos no saben, nadie se los ha dicho, que en las elecciones del 2018, perdieron todo: la presidencia de la república, la mayoría, en el Senado y en la Cámara de Diputados, la mayoría en los congresos locales y las presidencias municipales más importantes en numerosos estados, en especial Puebla.

             Sus dirigentes nacionales y locales, no se han dado cuenta de la dimensión de su tragedia. Todavía no les dicen, que la lucha contra la corrupción, contra la impunidad, contra la inseguridad y la violencia y contra el sistema económico neoliberal, es un hecho y que ya son muchos los damnificados de sus respectivos partidos, y que no hay “como taparle el ojo al macho”.

            La detención de García Luna, el superpolicía de Fox y el secretario de Seguridad Nacional de Calderón, puso en evidencia  la total ineficiencia, de los gobiernos panistas y la falta de oficio político y de sensibilidad social que exhibieron los del partido azul, en los doce años que en mala hora, tuvieron en sus manos la Presidencia.

             Localmente, el senador Alejandro Armenta, ha propuesto al gobernador Miguel Barbosa, la renegociación de la deuda que dejó el gobierno panista de Rafael Moreno Valle Rosas. Y es que es una deuda que está pesando ya en la vida de los poblanos, pues se invirtieron, según el propio senador morenista lo dijo 44 mil millones de pesos, obtenidos como préstamo a la entidad, en obras suntuarias, con precios inflados y sin ninguna perpercución social, como el Museo Internacional del Barroco, por el que requirió la inversión de 7 mil millones de pesos o las ciclopistas por las que poquísimos ciclistas llegan a circular y que solo se están deteriorando sin siquiera usarse, en las que se invirtieron más de 600 millones y la rueda de la fortuna en la que se han invertido cerca de mil millones de pesos, para nada o el compromiso de pagar 5 mil 79 millones para pagar parte de la plataforma de una empresa automotriz alemana instalada en la zona oriental de Puebla.

            Con qué cara, los dirigentes locales o el dirigente nacional del PAN, van a pedir el apoyo ciudadano para las elecciones del 2021.

             Si en doce años los panistas convirtieron a este país en un desastre, ¿creen que podrán seguir teniendo el apoyo de la ciudadanía?

              El Partido Revolucionario Institucional, tuvo sus tiempos de gloria desde su creación, al finalizar el movimiento armado de 1910, hasta los tiempos de Echeverría y López Portillo.

               Pero el PRI es responsable de la implantación del sistema neoliberal en México con Carlos Salinas de Gortari, que solo logró que durante más de 30 años, el país se deteriorara política, económica y socialmente.

                Si el sistema se hubiera cerrado, políticamente hablando, a darle el paso al ya apabullante triunfo de López Obrador, estaríamos tal vez como Chile está ahora o habría ya una lucha armada abierta mucho más intensa que la que padecemos con los cárteles del crimen organizado, pues intervendrían otro tipo de grupos, los que luchan por un ideal, los politizados y la confusión que padecemos, sería peor, pues los que manipularían las cosas serían gentes sin sentido social y sentimiento patriótico, como el señor García Luna y sus aliados de aquí y de allá, cuyo único objetivo ha sido, lo dijo Fox, “darle en la madre a la cuarta transformación”, porque eso les perjudica.

              Las declaraciones triunfalistas del PRI y del PAN, no pasan de eso, de ser declaraciones, sin ningún sustento real, sin hechos que avalen lo que han venido diciendo respecto a su unidad, a su fortalecimiento y organización.

              Los dos grandes partidos de este país, cuyos antecesores, el partido Liberal y el partido Conservador, están en la misma situación de ruina política, económica e ideológica, que los partiditos que se alquilan como aliados.

              El PRI ha perdido a los tres sectores que fueron sus grandes pilares: el campesino, el obrero y el popular. Sus aliados importantes como el Movimiento Antorchista, ya lo han abandonado y muchísimos priístas, muchos de ellos con capacidad de liderazgo regional, también ya se le fueron.

              Acaba de afirmar el nuevo delegado del comité nacional del partido tricolor, don Américo Zúñiga Martínez, que no necesita recuperar a esas organizaciones, pues podrá reponerlas, ahora en las elecciones del 2021, con el voto ciudadano sin siglas. Vaya, vaya....   

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